Respira Conmigo

Debbie y Carlos Capítulo 86-90

Capítulo 86Sé buena contigo misma

 —No es lo que piensas, no hay nada entre Emmett y yo. El día que nosconocimos en la Plaza Internacional Shining, solo le pedí que no te dijera quiénera yo, es tan injusto que lo estén castigando por mi culpa. ¿Puedes perdonarlo ydejarlo volver? De lo contrario, todo esto me pesará; es posible que no pueda nilevantar la cuchara en la mesa del comedor.En su habitual forma sarcástica, Debbie olvidó lo importante que era estopara Emmett y se dejó llevar por una broma. Carlos le quitó la mano yla dejó con un mensaje preciso cuando se fue al trabajo: —Mantente atenta atus lecciones. 

Debbie se sintió frustrada. '¿Le rogué tanto y me dejó colgada?, ni siquieradijo si había perdonado a Emmett o no'.Después de la lección de yoga, Debbie volvió a la universidad con los lápiceslabiales, pero la actitud de Carlos la molestó demasiado.En la residencia, Debbie le dio los labiales a Karen y Kristina, al recibir esostonos de edición limitada, Karen la abrazó con fuerza y le dio un beso en lamejilla. —Jefa, eres una diosa."Kristina probó un brillo color magenta y se le veía increíble.

—Debbie, estoslabiales cuestan $ 2.999 cada uno y me diste varios, ¿por qué estás haciendoesto? Nos dijiste que necesitabas dinero, ¿por qué no los vendiste por internet?Debbie apoyó la mano en su barbilla y respondió: —No quiero molestarmeen venderlos, además no me gusta este color y has estado diciendo que a ti sí, asíque pensé que era perfecto darles a ustedes.Mientras tanto, Karen se quitó el tono fucsia que acababa de pintarse y miróa Debbie con picardía. —¿Tú y tu esposo se han reconciliado? —le preguntó.Debbie vaciló y no muy segura de cómo decírselo. 

—Pues algo así.Tenía suficientes razones para estar enojada, pero cada vez que veía a Carlos,se tranquilizaba sin saber por qué.—Arreglar sus asuntos es bueno Debbie, deben corresponderse el uno al otroy eso solo puede pasar si ambos están en paz, tienes nuestro apoyo para eso.—I'm a big big girl, in a big big world... —el tono de llamada de Debbiesonó fuertemente, interrumpiéndolos, en ese momento, era Tristán. —HolaTristán —respondió alegremente. 

—Sra. Huo, el Sr. Carlos tenía algunas cosas para usted. Ashley Ren, otraasistente del Sr. Huo, ha llegado al estacionamiento de su universidad, temiendoque usted no atienda su llamada ya que no conoce su número de teléfono, ellame pidió que se lo informara con anticipación.—Está bien, gracias, pero, ¿qué me va a traer? —preguntó Debbie mientrasse levantaba de su silla.—Lo sabrá cuando las vea, Ashley Ren conduce un vehículo de la compañíacon matrícula 5566. —Parecía que Tristán estaba en el aeropuerto, ya que porteléfono, Debbie podía escuchar los anuncios de salida y llegada en el fondo.

 —Está bien, voy en camino, gracias Tristán.—Es un placer Sra. Huo, también puede llevar a sus amigas con usted sidesea.A Debbie no entendía bien lo que Tristán decía, pero finalmente llevó aKaren y a Kristina con ella al estacionamiento, donde había un Mercedes SUVblanco en la entrada que llamaba mucha atención. Muchos estudiantes sedetuvieron para admirar el elegante coche, algunas chicas incluso fantasearoncon un Príncipe Azul al volante pero cuando descubrieron que el conductor erauna mujer, se alejaron decepcionadas. 

Desde lejos, Debbie vio a una mujer de mediana edad con un uniforme negroque se quedó junto al coche. —Hola, ¿eres Ashley Ren? —Debbie preguntócuando se acercaron.La asistente se levantó las gafas y respondió respetuosamente: —Sí, Sra.Huo, soy Ashley Ren, la asistente de su esposo y vine aquí para entregarlealgunos artículos.Ashley Ren no era una mujer chismosa, pero estaba sorprendida de lohermosa y joven que era la esposa del CEO, después de algunos comentarioscorteses, sacó una bolsa del auto y se la entregó a Debbie. —Sra. Huo, aquí haytres tarjetas VIP para el mayor SPA en el cuarto piso del Edificio Alkaid, si notiene planes para esta noche, ¿por qué no va usted con sus amigas a disfrutar susservicios?Las tres chicas se sorprendieron al saber para qué estaba allí la secretaria. 

Debbie tomó la bolsa y vio que había tres cajas dentro, abrió una de ellas, enla cual venía una tarjeta dorada del Divana Nurture SPA, cada caja venía con unatarjeta VIP, con un monto de $50.000.Kristina no podía creer lo que estaba viendo, se cubrió la boca con la mano ydijo: —Gracias, pero no puedo aceptarlo, me quedaré al lado de Debbie y lacuidaré por el Sr. Huo, con o sin la tarjeta.Habiendo tomado ya una tarjeta VIP de Carlos, sintió que era demasiadovergonzoso para ella tomar esta también, Karen pensó lo mismo y tomó delbrazo a Debbie y miró a Ashley Ren. —Por favor agradécele al Sr. Huo pornosotras, nos sentimos honradas de ser amigas de Debbie pero no podemosaceptar estas tarjetas, por favor tómalas de vuelta, y muchas gracias.

Ashley Ren vio a las amigas de Debbie con una mirada de aprobación yseñaló: —El Sr. Huo espera que su esposa pueda tener su compañía cuando ellallegue al SPA.Cuando las otras dos chicas escucharon esto, por un momento, no pudieronresponder, sin embargo, Kristina todavía pensaba que deberían rechazar lastarjetas. —Entendemos, vamos a acompañar a Debbie cuando vaya al SPA, perono tenemos que aceptar las tarjetas.Karen también dijo. —Debbie, solo guarda tu tarjeta, te acompañaré lapróxima vez que quieras ir al SPA y así podré pedirle a mi papá más dinero parapagarlo por mí misma.

 —Karen solía tener algunas tarjetas para la sauna y elsalón de belleza, pero no podía pagar una tarjeta VIP para el cuarto piso deledificio Alkaid. No obstante, por su amiga, Karen le pediría a su papá algúnapoyo financiero, supuso que la ayudaría si mencionaba que Debbie era laesposa de Carlos.Sin decir una palabra, Ashley Ren solo les sonrió a las chicas. —La decisiónes tuya —dijo tranquilamente mientras esperaba la respuesta final de Debbie,ella comprendió a sus amigas y sintió impotencia. Al cabo de un rato, decidióllamar a Carlos. —Viejo —comenzó a hablar por teléfono después de habersedisculpado y alejado un poco de sus amigas y de Ashley Ren.—Mmm.. ¿Cómo me llamaste? —preguntó Carlos con una voz profunda quehizo que Debbie se sonrojara.—Um... tu asistente Ashley me ha traído las tarjetas, pero me temo que nopodemos aceptarlas, mis amigas y yo rara vez vamos a un SPA —le explicó. 



#3424 en Novela romántica
#1267 en Otros
#63 en Aventura

En el texto hay: amor juvenil, amistad

Editado: 22.07.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.