Eran los últimos días de clases antes de las ansiadas vacaciones de invierno y ya los temas estaban vistos, por lo que los pequeños no tenían más que hacer en su horario de clases.
El profesor, les había pedido el viernes que trajesen pegamento líquido y brillantina, y ahora lunes tenía a los niños formados frente a su escritorio para que escogiesen un dibujo el cual decorarían para después escribir una carta.
Una niña en particular estaba más emocionada que el resto. Al llegar su turno observó las cinco opciones delante de ella, un reno, una campana, una nochebuena, un bastón de caramelo y un duende.
Este último fue su favorito. Tomó la hoja y corrió a su lugar para ponerse manos a la obra.