1
Observo las mesas de la cafetería con la charola entre mis manos, la campana sonó hace apenas cinco minutos, pero hoy es día de tacos, por lo que todos aquellos estudiantes que no suelen almorzar aquí están presentes.
Mierda, parece que todas están ocupadas.
—Como eres el nuevo, voy a dejar que elijas una mesa —Pronuncia alguien a mi lado.
Giro mi cabeza en esa dirección, topándome con los ojos grises de Benjamin.
—Gracias pero... No veo ninguna libre —Respondo en puntas de pie, tratando de encontrar un lugar para sentarnos.
Mis ojos ven la mano de Julie alzarse, sonrío levemente, está con otros chicos que no conozco, supongo que es hora de empezar a socializar.
—Por allí —Digo señalando a la joven. Benjamin se encoje de hombros y comienza a avanzar.
Caminamos entre las mesas a paso lento, viendo a mi medio hermano en una mesa con sus amigos, quienes lo observan con una extraña expresión mientras habla. Reduzco aún más mi paso al pasar a su lado, agudizo mi oído y termino por detenerme a sus espaldas:
—Vamos chicos, por favor, es nuestra única oportunidad de volver a ver a Nate.
Abro mis ojos completamente, la charola se resbala de mis manos, pero antes de que caiga la presiono con las yemas de mis dedos.
Aún así, el tambaleo ocasiona que mi jugo de manzana caiga, llamando la atención del grupo y un par de chicos a nuestro alrededor. Levanto el objeto con rapidez y me acerco a ellos, colocando la charola sobre la mesa.
—Hey enano...
—¿En verdad estás considerando hacer esto? —Cuestiono mirando a Finn, ignorando por completo a Ethan.
—Ahora no Will.
—¡Es una maldita locura! —Exclamo. —¿No te das cuenta el riesgo que...?
—No te metas... —Me interrumpe sin mirarme.
—Bien... Has lo que quieras, pero tú y yo sabemos que me necesitas para esto, y no pienso hacerlo —Respondo tomando mi comida.
—¿Finn a qué se refiere? —Pregunta Riley.
—Disfruten su almuerzo. —Digo antes de que él pueda responder, me alejo con una falsa sonrisa. No puedo creerlo, ¿En verdad piensa que algo de eso puede salir bien? Entiendo que extrañe a su amigo, pero es una verdadera locura.
Me siento en frente de Julie junto a Benjamin,los saludo con un simple hola y yo comienzo a comer.
—¿Will...? ¿Está todo bien? —Me pregunta Julie.
—Nada de esto está bien... —Musito sin quitarle los ojos de encima a Finneas.
2
Estoy escuchando música triste, porque todo el mundo sabe que escuchar canciones lentas y que hablen sobre lo injusta y aburrida que es la vida es lo mejor para combatir el mal humor y lo sentimientos oscuros.
Si después de eso, todavía no entienden lo que sucede se los diré: Estoy triste, enojado y hasta harto de estar aquí; papá no me entiende, Mary es demasiado considerada con todo y Finn, bueno, él me odia, y para complicarlo todo un poco más, quiere hacer un maldito ritual que precisa sí o sí de mi participación. ¿La razón? Soy la última persona que vió a Nathaniel con vida.
Porque sí, cualquiera se daría cuenta que seguir los consejos de una medium desconocida y con apariencia de bruja del siglo XV es una mala idea. Solo que Finn no, está tan cegado con la improbable fantasía de volver a verlo que no se da cuenta el riesgo que hacer algo como eso conlleva.
¿Y yo que estoy haciendo para evitarlo? Nada, solo lo ignoro y escucho música triste. Parezco tranquilo, pero es porque en verdad lo estoy, sin mi no puede hacerlo.
Oddie me mira desde un rincón de la habitación con su cabeza apoyada en una de mis zapatillas. Siento que me juzga, pero aún así no pienso abandonar mi rutina de estar acostado sin hacer absolutamente nada durante todo el día, es una maldita religión.
Water Fountain de Alec Benjamin suena a través de mis auriculares y yo cierro los ojos para sentir aún más ese depresivo pero a la vez bello verso. El sol cae por mi ventana, son casi las seis de la tarde, y por lo que pude notar, nadie ha llegado aún.
Suspiro al mismo tiempo que la luz del pasillo entra a mi habitación, alguien acaba de abrir mi puerta. Levanto un poco la cabeza y la silueta de Finn se dibuja ante mis ojos.
Él enciende la luz y con cierta timidez, pregunta si puede pasar. Asiento levemente y apoyo mi espalda en la pared.
—¿Qué sucede? —Le pregunto.
Finn se sienta en la punta de la cama y rasca su nuca, parece no poder mirarme a la cara, mantiene los ojos clavados en Oddie, quien mueve su cola amistosamente.
—¿Finn? —Arqueo una ceja.
—Sé que no tenemos la mejor relación, y que durante todos estos años no te traté muy bien pero... Necesito que me ayudes con esto. —Musita en voz baja, jugando sus dedos.
—Finn yo haría cualquier cosa por ti, pero esto es demasiado. No sabemos qué puede pasar si algo sale mal...
—Pero sí sabemos lo que pasará si lo hacemos bien.
—Lo siento, pero la respuesta sigue siendo no.
Él se pone de pie y lanza una pequeña carcajada irónica. Lo sigo con la mirada hasta la puerta, donde se detiene, posando la mano en el umbral.
—Sabía que no lo entenderías... —Pronuncia en voz baja.
Sus palabras ocasionan un fuerte dolor en mi pecho, mi cuerpo se siente caliente, como si estuviera quemándome en una hoguera, una corriente de energía recorre cada extremidad de mí. Me pongo de pie y cierro mis puños con fuerza, provocando que mis nudillos se tornen blancos.
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Editado: 13.08.2021