revelation.

she makes me happy.

Son sus ojos, su forma de pensar, sus movimientos. Esos pucheros en sus labios. No es malo enamorarse de una figura femenina, tampoco es malo ser una mujer enamorada de otra. 


—Así que mi hermanita está enamorada.

Salgo de mis pensamientos y miro a mi hermano, el cual hace 3 minutos antes de que dejara de prestarle atención hablaba sobre una película.

—¿Qué?, ¿De qué hablas, loco? —Le digo divertida.

—Literalmente estabas en otro mundo mientras te contaba sobre...—Lo interrumpo completando lo que pensé que quería decir.

—La película que viste ayer, ¿Lo ves?, no estaba tan distraída.

—Ahí está, es claro que no estabas prestándome atención, te estaba contando que mi banda favorita acaba de sacar una nueva canción, pero cambiemos de tema, cuéntame de él, ¿Es guapo?

—¿Qué?, ¿De qué hablas?

—El chico que te trae enamorada.

—No hay ningún chico, hermano.

—Claro que sí, ya, dime, ¿Es feo o qué? —Niego ante sus preguntas insistentes, creo que no me está comprendido.

—Sus ojos, son lo más hermoso que he visto en toda mi vida. —Sonrío mientras en mi mente se aparece la imagen de la persona que me hace feliz. 

—¡Lo sabía!, estas enamorada, no puedo creerlo. Cuéntame de él. —Niego suspirando.

—Color avellana. —Continuo. Mientras mi hermano me mira tratando de leer mi pensamiento, como si está intentando meterse en mi mente para ver la imagen que tengo en ella. —Sus labios, tan delgados, rosados y delicados, cada movimiento de estos son arte para mis ojos.

—¿Y su personalidad? —Pregunta con intriga y emoción.

—Su forma de pensar, es como... El querer hablar con esa persona todo el día, sabiendo que jamás te vas a aburrir, que siempre habrá un tema del cual podrán hablar, su madurez en todo lo que dice y hace es simplemente perfecto. —Sonrío recordando todas esas charlas que he tenido con ella.

—¡Oh por Dios, estás tan enamorada!

—Y sus movimientos, tan dulces, lentos, suaves.

—Pues así como le lo describes, pienso que es algo femenino, ¿segura que no es gay? —El ríe con diversión y niego mirándolo a los ojos, estoy lista para decírselo.

—Es una mujer.

—¿Qué?, No entiendo.

—Audrey, su nombre, significa nobleza, fuerza, le queda perfectamente.

—¿Eres lesbiana? —No logro reconocer si en su pregunta hay algún tipo de malestar. Pero igual, me mira a los ojos y yo le respondo asintiendo.

—¿Te molesta?

—No lo sé, es solo que... No creo que sea algo de lo que nuestros padres estén felices.

—Pero ellos no son malos, además ya no vivimos con ellos, ahora somos independientes, y no estoy haciendo nada malo.

—Sofía, no sé ni que decirte.

—No tienes que decir nada si no quieres, pero bueno, hace unos minutos me preguntabas sobre esa persona que me está haciendo feliz y ahora que lo sabes, no dices nada.

—Es que, estoy algo sorprendido, sabes como son nuestros padres, ¿crees que lo aceptarían?

—Claro que si, soy feliz con ella, y tampoco necesito la aprobación de ellos, porque no está mal que me enamore de una mujer, ¿sabes?, no tienes que ver a dos mujeres enamoradas, tan solo a dos personas enamoradas. Ella me hace feliz, no hay nada de malo con eso.

—¿Me la presentarás? —Me pregunta y en ese momento se que todo estará bien, a pesar de que pienso que no es importante la opinión de los demás, es mi hermano, es mi familia, está claro que quiero que estén felices de la persona de la cual me enamoré. Pero también tenía en mente de que si ellos no lo lograran comprender, también estaría bien, porque se que estoy haciendo lo correcto.

—Si, ella muere por conocerte, hermano.

El se acerca a mi y me abraza, puedo confiar en él, las personas que te aman de verdad lo comprenderán y entenderán, por eso, se que mis padres lo comprenderán a la perfección, a pesar de todo.

...

—¡Hijos! —grita mi madre emocionada al vernos. —Dios, han crecido tanto. —Nos dice mi madre a mi y a mi hermano.

—Hola, mamá. —Le doy un abrazo, la extrañaba tanto. —Hola, papá. —Saludo a mi padre con un abrazo y ellos comienzan a saludar a mi hermano. 

—¿Y ella, es una amiga? —Mi mamá pregunta con curiosidad mirando a Audrey la cual está a mi lado algo nerviosa.

—Audrey. —Dice ella a mi lado con esa voz dulce que tiene y que tanto me encanta.

—Mucho gusto, Audrey. —Saluda mi madre. —Mi nombre es Lidia. —Extiende su mano hacia ella y la estrechan saludándose.

—Mucho gusto, señora. —Ella sonríe amablemente hacía mi madre.

—Y yo soy Luis, mucho gusto Audrey. —Saluda ahora mi padre, igual estrechando su mano. 

—Igualmente. —Me voltea a ver sonriendo y aún noto los nervios en su cuerpo, como si estuviera esperando a algo, que se perfectamente lo que es.

—Pasen, pasen. —Nos invita a entrar a la casa y entramos, sentándonos todos en los sillones, Audrey está sentada a mi lado.

—¿Y bueno?, ¿que traen de novedades?, siempre estoy aquí esperando a que vengan con alguna pareja, hijos.

—Mamá, de hecho... —Suspiro agarrando valor y siento la mano de Audrey sobre la mía, me está dando la misma fuerza que yo le di cuando ella me presentó a sus padres. —Audrey y yo estamos en una relación.

—¿Una relación?, No hija, no me refería a relación de amistad, relación romántica. —Mi madre ríe como si de verdad yo fui la que entendí mal lo que dijo.

—No, por eso, mamá, estamos en una relación romántica. —Sonrió mirándola. —Yo... Estoy enamorada de ella. —Mis padres nos están mirando, pero yo solo la miro a ella con una sonrisa la cual ella corresponde.

—Oh... —Mi madre se queda en silencio.

—¿Hace cuanto se conocieron? —pregunta mi padre de repente.

—Hace 4 años, en la universidad, ella me cautivó en cuanto la ví, sin embargo, le hablé como una semana después. —Yo y Audrey sonreímos al recordar cuando nos conocimos.



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En el texto hay: lgbt

Editado: 01.07.2019

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