Rey de los muertos

UN REY MÁS FUERTE

Cuando despierto de mi pesadilla siento náuseas y dolor de cabeza. El mundo parece ir más rápido y me da vértigo. Normalmente, despierto sintiendo que mi cuerpo ha salido de una pelea, pero esta vez es mucho peor.

Busco a Lio con la mirada, pero no lo encuentro y eso me pone más nerviosa.

—¡Lio!

Corro entre los arbustos espinosos con mis nervios a flor de piel, y lo encuentro en el río, donde el agua es más profunda. Está de espaldas a mí; aguanto la respiración cuando veo toda su ropa en el suelo. Se sumerge bajo el agua mientras yo permanezco en la orilla como una estúpida, cuento hasta diez, intentando recuperar la calma, pero es inútil. Siento el calor en mis mejillas como si estuviera expuesta a los rayos del sol.

Lio sale a la superficie con lentitud y sus ojos apuntan a mí.

—Discúlpame. —Regreso sobre mis pasos a toda velocidad.

Cuando Lio termina su baño me encuentra sentada en una roca, mirando al piso como si las hormigas recolectoras de semillas fueran lo más interesante del mundo.

—¿Qué haces? —pregunta.

—Esa hormiga está levantando algo más grande que ella. —Señalé al suelo.

—¿Eso te molesta? —Se sienta a mi lado.

—No.

Lo que me molesta es que me guste tanto mirarlo desnudo y sentirme culpable por eso cuando sé que a él no le importa. Ahora ni siquiera tengo el valor de mirarlo a la cara.

Permanezco en silencio, hasta que recuerdo la razón por la que fui a buscarlo en primer lugar.

—¡Tenemos que irnos! —grito con urgencia—. Los cazadores llegarán en cualquier momento.

Y yo aquí tragando moscas.

—Te dije que los cazadores no serán un problema —respondió.

—¡Vendrán con un espantapájaros!

—¿Un qué? —arqueó una ceja.

—Así le llamó Morthu.

—No veo por qué Morthu vendría con un muñeco de paja.

—¡No es eso! —Me exaspera.

—¿Por qué no te metiste al agua?

—¿Qué dices?

Tiene la condenada habilidad de dejarme fría en un segundo.

—Yo no… —Las palabras se traban en mi garganta—. Escúchame, ¡debemos…!

—Te estaba esperando.

Santo Dios. ¿Qué se supone que debo decir ante eso? Concéntrate, Junne.

—Fue un error. —Logro responder.

—¿Qué fue un error?

A veces recuerdo al hombre de esa noche. Recuerdo la sensación de sus manos en mi cuerpo y la forma en la que hizo que me olvidara de mis problemas, aunque fuera solo por una vez. Esa paz efímera es lo único que espero conservar en mi memoria.

—Esa noche —respondo sin titubeos—. Fue un completo error.

Lio se pone de pie y se acerca hasta invadir mi espacio. Retrocedo y le doy la espalda. 

—¿Viste a Morthu en un sueño? —Es él quien cambia el tema de nuevo.

—Si. 

—¿Cómo?

—El lugar que vi parecía una prisión. Había muchas celdas. También vi una pelea antes de que Morthu se encontrara con el espantapájaros —describo lo que recuerdo.

—No me refería a eso. ¿Cómo es posible que puedas ver esas cosas?

—No es algo nuevo.

—¿Desde cuándo?

—Desde que te conocí. No sé qué hiciste, pero desde que te conocí todo lo que sueño se hace realidad.

—Yo no hice nada.

Tal vez sea cierto o tal vez no. Pero ¿qué otra razón habría?

—Ven aquí.

—¿Ah? —Cuando volteo, descubro que sus ojos apuntan detrás de mí.

Cuando me doy cuenta de lo que pasa, ya es demasiado tarde para correr. El espantapájaros que vi en mis pesadillas se acerca velozmente, sus dientes están ocultos tras un bozal. En un parpadeo, Lio se coloca delante de mí y atrapa los larguiruchos brazos de la criatura antes de que me alcance.

El espantapájaros es despedido hacia atrás con una fuerza surrealista y más cazadores se acercan para rodearnos. Cuando la criatura se pone de pie, un cazador libera su boca del bozal, revelando dos hileras de dientes filosos.

Retrocedo, asustada.

Uno de los cazadores corre hacia mí, pero antes de que pueda alcanzarme, el rey de los muertos se interpone. Cuando el hombre intenta defenderse, Lio le arranca los brazos.

Siento las náuseas que arrasan mi estómago de forma violenta. El espantapájaros corre hacia Lio mientras los demás cazadores esperan por su caída, pero eso no ocurre. El larguirucho intenta morder su cuello o cualquier parte de él que esté a su alcance. Lio es muy rápido y con una mano atrapa su mandíbula antes de que este lo muerda, mientras que con la otra agarra uno de sus brazos.

El rey lo derriba y coloca un pie sobre su cuello para mantenerlo en el piso. La criatura intenta levantarse, pero al final, el rey se inclina para tirar de su torso hacia abajo, separando la cabeza del resto del cuerpo.



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En el texto hay: rey, romance, accion drama

Editado: 24.06.2024

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