Rey de todo

¡Bienvenido Eduardo!

Capítulo 2

Hace tiempo, mediante una guerra por Europa y Asia, un joven cadete italiano estaba decidido a irse, pues habiendo demasiada tempestad decidió viajar a América junto con su esposa Rosario, una hermosa joven mexicana que había conocido en Venecia.

Sin dinero, ni muchas esperanzas, la joven pareja optó por gastar sus ahorros en un barco el cual les permitiría llegar a México dónde reescribirían sus vidas, tras el viaje una tormenta los tomo por sorpresa desviándolos del camino, semanas en las que no tenían ni la menor idea de dónde estaban.

Una posible mañana, la pareja en mar abierto observo algo que distorsionaba el paisaje, pues tenía aparecía de ser un mar infinito que tenía algunos destellos, creían que podia ser un oasis de esos de que observaban en los desiertos, al acercarse a aquella cortina extraña, una ráfaga de viento los arrastró más y los hizo adentrarse en esta, atravesando un campo de fuerza que mostraba un conjunto de 6 islas, 5 se encontraban alrededor de la que parecía tener más color.

Pese a que estaban juntas cada una parecía tener un propio tipo de flora y fauna que hacía contraste con las demás, la joven pareja quedó anonadada al ver esto, pues nunca habían escuchado hablar de algo parecido, en poco tiempo optaron por llegar a la isla que se encontraba en el centro.

Consiguiendo las herramientas primerizas lograron vivir unos cuando meses en aquella isla tomando recursos de las demás, Rosario optó por nombrar cada una de ellas respecto al color que más alcanzaba a ver, a la que se encontraba al norte por ser una especie de bosque con demasiadas flores color morado, fue apodada “bosque morado” y así con las demás.

Comenzando a vivir en paz y en gran comodidad al tener todas las islas para ellos dos comenzaron a tener ideas de formar una familia y así comenzar lo que se podría ser un imperio.

Un conjunto de países organizó una junta, pues habían estado localizando fuerzas sobrenaturales en el océano, el cual creía que podría ser una amenaza.

México, Canadá y Estados Unidos se aliaron y optaron por mandar un grupo de investigadores hacia donde se percibían aquellas fuerzas, Llegando a entrar a lo que podría ser su futura mina de oro, pues al pasar el campo de fuerza descubrieron que aquellas islas eran muy ricas en minerales; al encontrarse con la pareja optaron por hacer un trato.

Ellos vivirán ahí siempre y cuando no se revele el secreto del lugar, las personas que entren al lugar serán contados y ahí formarán su propia civilización tranquila y sin ningún tipo de angustia a cambio de proveer los minerales de forma anual, así mismo aquellas islas recibieron el nombre de Wisherland, lugar que era protegido por estos países apodados “cuidadores” que cada año mandaban a hacer pruebas a las islas, pues creían que tenían alguna especie de energía que las hacía invisibles para protegen algun posible tesoro.

Conforme el tiempo pasaba y las islas ya eran habitadas por más personas, la protección de quien entraba y salía se fue disuadiendo hasta que los pueblerinos comenzaron a crear viajes clandestinos los cuales se hacían durante la noche para que así nadie se enterara, así el reino rojo utilizando la extraña energía que poseían lograron hacer portales conocidos como "madrigueras", las cuales podrían llevarte a México de una forma rápida.

No pasó mucho tiempo para que los cuidadores se enterarán y crearan un proyecto el cual consistía en una forma de que los pueblerinos de Wisherland pudieran salir del reino sin pena alguna, teniendo un estricto reglamento con el cual debían cumplir.

Marzo 30, Greeland

—¿¡Estás seguro de que vendrá a las 2!?— pregunto la señora Yomari a su hijo Alfonso.

—Mamá tranquila… él sabe lo que hace y al menos eso es lo que dice la carta. — respondió.

La familia Loredo era una de las más conocidas en Greeland gracias al esposo de Yomari quien trabajaba duro para conseguir bienestar en su familia, con su carisma y habilidad para hablar hizo que todo Greeland lo conocieran y lo tuvieran como una persona muy noble dejando ese ejemplo a todos sus hijos.

Se escuchó que tocaron la puerta del hogar y la madre corrió a abrir entusiasmada y al abrir se encontró con un joven de cabellos rubios despeinados con una mirada que parecía ser de tristeza

—¿Saul...?, ¿Que pasa...?, ¿y mi hijo? — dijo al ver su mirada

—Señora Mary... yo ...— dijo mirando hacia abajo —Lo siento mucho...—

El corazón de Yomari sintió un fuerte pinchazo y justo al momento en el que las lágrimas se asomaban alcanzó a ver como de un auto viejito salía un joven de tés blanca, cabellos rojo cobrizo oscuro y ojos azules; era su hijo Eduardo.

—Lamento no poder ayudar a su hijo con todos los regalos que les trajo— dijo Saul cambiando su mirada triste a una sonrisa, la señora le dio un golpe en la cabeza y corrió a abrazar a su hijo.

Eduardo había pedido el pasaporte para poder viajar a México, pues tenía intenciones de trabajar allá; toda la familia se unió en un fuerte abrazo hacia el joven

—Te extrañé mucho hijo...— decía Yomari mientras besaba en la cabeza a Eduardo

—Yo también mamá, no tiene idea de cuando extrañaba esto...— dijo mientras se dejaba abrazar.

—Mírate... sigues igual de guapo con los ojazos de tu padre— dijo al soltar unas lágrimas —Pero te veo muy flaco... ¡Ven, te preparé tu comida favorita! — dijo y todos entraron a la casa.

Tras comer todos se ponían al tanto con Eduardo, sus hermanos contando sobre el trabajo y estudios mientras el joven daba los obsequios que había traído.

—Bien bien... yo me tengo que ir... el pastel estuvo increíble señora Mary gracias — dijo Saúl —Necesito ir a hacer unas cosas del trabajo—

—¿Por dónde queda eso? — pregunto Eduardo —si queda cerca te acompaño necesito hacer unas cuantas cosas respecto al pasaporte— se levantó Eduardo



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En el texto hay: romance, drama, ficcion

Editado: 11.07.2024

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