BRUNO
Que cambiaré de idea, ja, es una chica muy osada para afirmar esa barbaridad. Cuando por fin salí de la clase vi a mis tres únicos amigos esperándome apoyados en sus casilleros, Lucas; el más cómico porque aveces literalmente no entiende mi forma de hablar, Joel; es realmente genial y es el más serio y por último pero no menos importante Teodore; lo considero el mejor en deportes y muy buen amigo en general. El pasillo lo encuentro demasiado lleno de personas para mi gusto, todos caminando de un lugar a otro como hormigas locas sin rumbo definido, no me gusta estar entre tantos desconocidos que solo quieren ser tus amigos por puro interés cuando nisiquiera te conocen realmente. Los saludé a todos como siempre y nos fuimos charlando juntos a la cafetería, pedí un sandwich y cuando teníamos lo que pedimos nos sentamos en la mesa de siempre; la que está más cerca del fondo. Mientras comía mi sandwich mis amigos levantaron la mirada y yo ya sabía de quién se trataba, me tenía harto la actitud de esa chica, no soportaba que estubiera siempre encima de mi con sus tonterías, es irritante. Ni siquiera me molesto en mirar.
— Hola, te he traído tu postre favorito como cada día, ¿Te apetece?— la escucho decir dulcemente mientras me ofrecía el pequeño frasco.
— Y yo estoy cansado de repetirte que no me apetece comer ese pudín— respondo sin levantar la vista aún.
— Pero si lo he traído especialmente para tí.
— No lo quiero— la miro serio para que vea que no cambiaré de opinión, su sonrisa desaparece, ¿Es que no entiende que quiero que me deje en paz?, De momento Teodore, que está sentado justo a mi lado se para, la mira y le dice:
— ¿Sabes? A mi sí me apetece comer pudín de chocolate ¿Me lo regalas?— le da una de sus sonrisas perfectas, ella se sorprende un poco y luego le devuelve una de esas sonrisas tan dulces, esas con las que siempre me sonríe y me molesta. No comprendo porqué de repente le sonríe también a Teodore de esa forma. Todos en la mesa se quedan mirando su encantadora sonrisa, y siento que eso me molesta un poco, demasiado para mi gusto.
— Claro Teo aquí tienes, espero que te guste— le da el frasco, Teo ¡TEO!, ¿En qué momento ella supo el nombre de Teodore? y ¿Cuándo pasó a ser Teo? El también se sorprende y le pregunta:
— ¿Cómo sabes mi nombre Angelina?— ella vuelve a sonreír, más para ella que otra cosa, parece que he quedado en segundo plano en esta conversación, genial.
— De la misma manera en la que sabes tú el mío Teodore— le dice como en broma, él sonríe como un tonto, creo que por el hecho de oír su nombre completo viniendo de ella, no entiendo cual es la gran cosa, yo he escuchado mi nombre viniendo miles de veces de sus labios y no me ha parecido nada especial— ¡Adiós chicos!— se despidió antes de marcharse a su mesa junto a Perla.
— ¡Adiós Angelina!— le responden mis tres tontos amigos. Yo ni me molesto en hacerlo.
— Angelina es una chica tan guapa— dice Lucas mordiéndose el labio inferior, que asco.
— Toda la razón hermano, además de que es tan tierna e inteligente, sería genial tenerla de novia, me parece igual de guapa su amiga Perla— le contesta Joel.
— Podrían callarse, no dejan que coma en paz— le digo mirándolos serio.
— ¿No te gustan que hablen de Angelina?—pregunta Teodore mirándome, luego destapa el pudín de chocolate que le dió esa bambina latosa y mira a su mesa y le sonríe, de reojo veo como ella le devuelve la sonrisa, esto es increíble. El olor del pudín llega hasta mi nariz, me siento tentado a pedirle un poco pero no lo hago, porque ya luego sabrían que he mentido en lo que respecta no querer pudín.
— Me molesta escuchar su nombre, es molto molesto— dije mientras terminaba de digerir las migajas de mi merienda.
— ¿Qué significa ese molto?— me pregunta el bruto de Lucas.
— ¿Me conoces hace seis años y todavía no aprendes mi forma de hablar?— le pregunto mirándolo incrédulo, se encoje de hombros — molto molesto es como decir muy molesto en Italiano, ¿Capisci?
— Este es un imbécil— bromea Teodore tratando de no partirce de la risa, Lucas lo mira mal.
— Jaja en serio me muero de la risa— dice Lucas sarcasticamente.
— No entiendo porqué lo dices— agrega Joel perdido en sus pensamientos, creo que aún rondaba por su cabeza lo que había dicho sobre Angie, había ignorado incluso todo lo que habían hablado después Lucas y Teodore, luego le sonríe descaradamente a Teodore y agrega— Has logrado que te sonría tres veces suertudo— Teodore pasa una mano por su cabello y pone esa mirada que utiliza cuando va a decir alguna estupidez.
— Además a dicho mi nombre de una manera tan hermosa y sensual, que daría hasta lo que no tengo por volver a escucharlo viniendo de sus labios— no se si ellos hacen estas cosas para molestarme o porque realmente lo piensen. Pero ni siquiera comprendo porqué eso debería importarme, se que aveces puedo ser incluso peor que Lucas para comprender algunas cosas.
— Le digo a todos desde ya que no quieran tenerla a ella enamorada de ustedes, es una latosa, sonriéndoles todo el rato, dándoles regalos raros, y también chillando cuanto los “aman”— hice comillas en el aire.
— No comprendo porqué te molesta tener a una buena chica que está enamorada de ti, que aún después de tantos años sigue esperando que le correspondas, aún y cuando la rechazas— me dice Joel serio, con el ceño fruncido¿Cómo se atreve a hablarme de esa manera? y más por este tipo de tonterías.
— Métete en tus asuntos, es mejor que no comprendas.
— Recuerda que ella te quiere ahora pero si la cagas y ella encuentra a otra persona no te lamentes después, nisiquiera cuando te llegue a olvidar de verdad— no le respondo. Decir lo de olvidarme fue un golpe bajo, uno que me hace acordar de cosas que quiero dejar olvidadas. Hace algunos años atrás sufría de Atazagorafobia, es una fobia que me hacía sentir un horrible miedo obsesivo a olvidar cosas y a ser olvidado, era realmente extresante estar pensando todo el rato que tus amigos se olvidaban literalmente de tí o te ignoraban cuando en realidad no era así y solo eran puras imaginaciones mías, se hizo visible el problema cuando en italia tenía una novia que quería mucho, Clara era su nombre, nos prometimos tantas cosas antes de mudarme acá con mi familia, pero cuando me mudé todo el tiempo empecé a temer olvidarme de esos buenos momentos que viví con ella y luego se intensificó cuando Clara nunca me envió ni un mensaje ni mucho menos me llamó, simplemente me olvidó como se olvida uno de hacer los deberes. Mis padres me llevaron a varias secciones con un psicólogo para tratarme con una terapia cognitiva-conductual antes de que pudiera superarlo y eso ellos tres lo saben porque son mis amigos. Y además ¿Por qué carajos iba a llorar yo porqué esa pija no me quiera o tenga a otro?, todo lo contrario, haría una fiesta, y hablando de fiestas...