El anciano continuó, su voz resonando con amabilidad: "En el cofre, joven amo Li, encontrarás una tarjeta con una suma modesta de dinero. Hemos estado al tanto de tu situación en la universidad y hemos descubierto que las cosas no han sido fáciles para ti económicamente. En un principio, tus padres estaban dispuestos a enviarte ayuda financiera, pero luego decidieron que no era necesario, temiendo que te sintieras presionado. Sin embargo, tu hermana mayor intervino sin su conocimiento y te envió la tarjeta que está en el cofre. No es mucho, pero tienes todo el derecho de usar ese dinero. Ella quería que lo supieras".
El anciano prosiguió: "También hemos añadido fondos a la tarjeta que sueles utilizar".
Li Wei estaba desconcertado. "¿Cómo supieron mi número de cuenta?" preguntó, sorprendido por la precisión de los detalles.
"Joven amo Li, fue un proceso sencillo", respondió el anciano con calma. "Tu hermana realizó una llamada y obtuvo el número de cuenta".
Li Wei asintió, asimilando toda la información. "Entiendo. Les llamaré cuando me sienta preparado para hacerlo".
"Comprendo, joven amo Li", respondió el anciano con respeto.
"Muchas gracias, señor…". Li Wei se detuvo, dándose cuenta de que aún no sabía el nombre del anciano.
"Permíteme presentarme", dijo el anciano con amabilidad. "Mi nombre es Ma Xiang. Espero tu llamada".
Con estas palabras, la llamada llegó a su fin. Li Wei permaneció en silencio, aún asimilando todo lo que había escuchado. Salió a caminar por el campus universitario, perdido en sus pensamientos. Aunque lo que le habían dicho era sorprendente, su mente estaba llena de dudas. ¿Podría ser verdad o alguien estaba tramando una elaborada broma? A pesar de sus dudas, no podía negar que había un peso genuino en las palabras del anciano.
En medio de sus pensamientos, su teléfono sonó nuevamente. Esta vez, era su jefe de dormitorio al otro lado de la línea.
"Wei, ¿dónde estás?" preguntó con preocupación. "¿Por qué no estás en el dormitorio?"
"Salí a dar un paseo para aclarar mi mente", respondió Li Wei, decidiendo no compartir la profundidad de sus pensamientos en ese momento.
La cafetería de la universidad no parecía una opción atractiva. A pesar de trabajar allí, Li Wei no se sentía cómodo, como si fuera invisible para el mundo que lo rodeaba. Optó por el pequeño restaurante cercano a la universidad, un lugar al que solía ir cuando tenía apenas lo suficiente para un helado, una opción más económica que una comida completa.
Entrando al lugar, el chico detrás del mostrador lo miró de arriba abajo con claro desprecio, pero Li Wei no le prestó atención. Ordenó un simple plato de arroz blanco, recordando las veces que lo había hecho en el pasado. La monotonía del arroz no le importaba; para él, era una forma de recordar tiempos más humildes.
Sin embargo, justo cuando esperaba pacientemente su pedido, la puerta del restaurante volvió a abrirse. Zhang Jie y sus amigos entraron, desatando una ola de murmullos y risitas burlonas. Li Wei, que había estado sumido en sus pensamientos, levantó la mirada y se encontró con las miradas despectivas de ellos.
"Oh, mira quién está aquí. Parece que el sirviente de la cafetería tiene hambre después de su agotador trabajo".añadio Zhang Jie "¿Y qué pediste, Li Wei? ¿Más arroz blanco? ¡Qué sorpresa!"
"¿Arroz blanco? ¿En serio? ¡Eres todo un gourmet!" Xu Ming dijo haciendo el tonto.
Las risas crueles llenaron el aire mientras Li Wei luchaba por mantener la calma. Sin embargo, su paciencia tenía un límite. En un momento de rabia contenida, cambió su orden y pidió un platillo especial del menú, acompañado de un helado grande.
"Cambien mi pedido. Quiero el platillo especial y un helado grande", dijo Li Wei con determinación.
El chico del mostrador miró con sorpresa la nueva elección de Li Wei. Al calcular el costo, mencionó con indiferencia: "Eso serán 1026 en total".
Zhang Jie intervino, casi incrédulo: "¿1026? No creo que ni siquiera tengas ese dinero para gastar aquí".
Li Wei, sin ceder ante la provocación, sacó su tarjeta y pagó la cantidad requerida. Los amigos de Zhang Jie quedaron momentáneamente atónitos, como si hubieran sido golpeados por un rayo. Li Wei recogió su recibo y esperó con paciencia mientras preparaban su pedido.
Una vez que tuvo la comida en sus manos, Li Wei se retiró del restaurante con la cabeza en alto. Con sus perturbadores comentarios retumbando en su mente, caminó hacia el campus de la universidad. En un banco solitario, se sentó para saborear su comida, aunque su apetito se había visto afectado por la amargura de la situación.
El sol comenzó a descender, y Li Wei decidió poner fin a su día. Se dirigió a su dormitorio, encontrándolo vacío. Se dejó caer en la cama y, como por reflejo, tomó su teléfono. Una notificación atrapó su atención: un mensaje de Liu Xiang, su jefe de dormitorio. La reunión de clases lo había mantenido ausente, pero había excusado a Li Wei por el día. Una pequeña muestra de apoyo que Li Wei agradeció silenciosamente.
Después de ver el mensaje de Liu Xiang, la llamada de su mejor amiga sacudió el celular de Li Wei. Ella quería saber por qué no le había contado lo que había sucedido anoche y le recordó que al día siguiente era su cumpleaños. Le aseguró que no quería regalos, solo quería que él asistiera a la fiesta con sus compañeros de dormitorio. Li Wei respondió con un "sí" antes de que su amiga colgara. El gasto de 1026 en la comida lo dejó con tan solo 224 en su tarjeta. Pero, para su sorpresa, después de revisar su saldo, encontró un mensaje que indicaba que tenía 10,000,224 en su cuenta.
Atónito, Li Wei llamó al banco para confirmar la cifra, y le aseguraron que era correcta. No podía creerlo. Decidió que al día siguiente se pondría en contacto con el anciano para averiguar más. Mientras miraba su teléfono en estado de incredulidad, finalmente se rindió ante el agotamiento y se quedó dormido.