ABRAHAM Y MADY (pt.1)

Me miro una vez más en el espejo, buscando algún desperfecto en mi vestimenta, pero ya lo he visto tanto que ya no hay nada que arreglar.

Miro hacia afuera por la ventana y no puedo evitar que una sonrisa boba se plante en mi rostro. Sigo creyendo que todo esto es una ilusión, un sueño más de estos que ya he tenido. Pero esta vez puedo asegurar que es real, que aquella mujercita a la que amo con locura me ha correspondido, y que a partir de hoy será la dueña de mi corazón, del hombre y de la bestia.

Aunque desde el momento en que la conocí fue así, pero ahora digamos que será oficial.

Conocí a Mady cuando era solo una niña, y sabía que por más que fuera algo que yo no elegí, no estaba correcto, por eso decidí esperar. Cuando tuvo su primera transformación lo supo, supo que estábamos conectados, que compartíamos un destino juntos.

Ella pensó que aquella misma noche la alejaría de sus padres para llevarla a la manada conmigo, pero honestamente, no tenía ninguna prisa. La conocí a una edad temprana, y era consciente de que ella aún tenía mucho por vivir y explorar. No quería arrebatarle todas aquellas ilusiones y convertirla en una esposa a tan corta edad.

Lo hablé con sus padres y con ella, seguiría viviendo junto a ellos hasta el día en que ella decidiera que estaba lista para ser mi esposa, y así fue. Compartimos tiempo juntos, pero nunca la aleje de a quienes ella apreciaba, claro que anhelaba tenerla junto a mí a cada minuto del día, pero solo una vez eres joven y no quería que se quedara con un mal sabor de boca por saber que habría muchas experiencias que no viviría. En ocasiones llegamos a viajar juntos, pero también le di la libertad de que explorara y conociera el mundo por su cuenta o junto a sus amigos.

Y aunque aquello dio mucho de que hablar entre gente fuera de nuestro círculo de confianza, inventando rumores de que yo la había rechazado, o que ella me rechazó, que tenía a alguien más, entre otras cosas, ese trato dio frutos. Tenemos una relación muy sana, tenemos una gran confianza uno en el otro y no hay nada que no podamos solucionar hablando.

Mady es una gran mujer, una que no se rinde ante ningún obstáculo que se le presente, que sabe lo que quiere y lucha por ello hasta conseguirlo. Una mujer que no se conforma y siempre está buscando por más. Una mujer sabia, que cada día preocupara empaparse de más conocimiento y que procura siempre compartirlo con los demás.

Gracias a ella es que ahora se más, porque aún después de tantos años viviendo, no es comparable lo que aprendes de un libro, que lo que aprendes escuchando a aquella persona que amas. La emoción en sus palabras y el brillo en sus ojos mientras te habla de algo nuevo que ha aprendido es un sentimiento invaluable, y solo por eso, aprendes hasta lo más mínimo de su relato.

Ella es demasiado hermosa, su piel parece porcelana, su cabello en ondas siempre tan perfectas, aún cuando ella dice que está hecho un desastre. Amo los lunares en su rostro que asemejan una constelación, sus labios rosados y tan suaves que te invitan a probarlos. Todo en ella es belleza pura, pero por más que pueda halagar su físico y su belleza exterior, no hay palabras con las que podría describir lo que hay dentro de ella, aquella belleza interior es mucho más especial, es lo que la hace sobresalir, lo que le da su brillo, y algo de lo que más amo de ella.

— ¿Está listo el novio? —escucho al señor Romeo preguntar.

— Si, más que listo —respondo recibiendo una cálida sonrisa.

— Entonces hay que bajar, todos te esperan.

— Vayamos —digo mientras camino hacia la puerta.

Evan y Kane salieron hace un tiempo, cuando les pedí si podían dejarme unos momentos a solas para poder dar un ensayo a mis votos. Pero en cuanto salgo de la habitación, los veo en el pasillo, sentados en una banca no muy lejana.

— Te podemos jurar que no escuchamos nada —dice Kane de inmediato, haciéndome reír.

— Solo no queríamos dejarte del todo solo, respetamos tu espacio, pero eres nuestro hermano y no queríamos que estuvieras solo antes de bajar —menciona Evan en cuanto se levanta.

— No tienen porque dar explicaciones —digo al abrazarlos por los hombros— sabía que no se irían muy lejos, no sin mí.

Reímos, y ante aquel momento tan espontáneo, veo como el señor Romeo nos saca una fotografía con su cámara.

— Veo que vino en conjunto con la ocasión —le digo al ver su cámara.

— Así es, se que pusieron mucho esfuerzo en esto, y no quería arruinar la estética con una cámara tan digital —ríe.

El sueño de Mady era tener una boda al estilo vintage, y como se lo dije alguna vez, estoy dispuesto a hacer lo que sea por ayudarla a cumplir sus sueños. Claramente la boda no sería la excepción.

Por suerte, Alysa, Leslie y Doth son unas expertas en esto. Ellas fueron quienes me ayudaron a encontrar al mejor wedding planner entre todas las manadas del mundo. Pues aunque será una boda "normal", hay cosas tradicionales de una unión entre licántropos que quisimos incluir.

Seguimos caminando, entre risas y cortas anécdotas, mientras cada uno de ellos me cuentan como vivieron el día de su boda. De quién más me sorprendo es del señor Romeo, desde que su Luna murió, no se hablaba más de ella, y el que compartiera algo así en este día, me hizo comprender que aquel dolor no lo atormenta más, que por fin encontró paz en su corazón.

Por un tiempo habíamos pensado que la diosa le había dado una nueva oportunidad, pero al parecer lo malinterpretamos. O al menos eso dice él, pero se reencontró con una vieja amiga, y tal vez ya no lo quisieron intentar, pero se veía feliz, se le notaba enamorado.

— Caballeros —aquella voz me saca de mis pensamientos y sonrío al ver a Doth frente a mí— ¿me permitirían a su amigo un momento?

— Claro —responde Evan de inmediato— los esperamos en la salida.

— Si, no tardará mucho —dice Doth mientras ellos se alejan.