«Ya no es un secreto»
El propósito del apretón de manos es demostrar buenas intenciones. Generalmente, es considerado de mala educación rechazar un apretón de manos, por eso nunca dejo a Franco con la mano estirada. En tiempos pasados era un insulto ofrecer la mano izquierda en vez de la derecha hasta que los Scouts lo tomaron como costumbre, esa es la mano que Franco siempre me ofrece, pero no lo veo como un insulto ya que ambos somos zurdos.
Su saludo esta mañana en el colegio para confirmar que iría con él a ordenar el refugio fue el detonante para explotar la bomba de preguntas en la que mi mejor amiga se había convertido.
—Julia, no creas que se me olvidó la cara de culo que pusiste ayer cuando Lyn dijo que estaba viendo a Frank. ¿De qué me estoy perdiendo? ¿Mi mejor amiga está enamorada?
No dije nada, pero me puse roja. No hizo falta decir nada para que Tori lo supiera y empezara a brincar como conejo.
Ya no es un secreto.
Cualquiera se puede dar cuenta.
Él se puede dar cuenta.
—Me ofende que no me hayas contado, ¿desde cuándo te gusta?
—No lo sé, Victoria —dije de mala gana.
—¿Cómo que no lo sabes? ¿Me mentiste en la pijamada cuando te lo pregunté? ¿Le mentiste a Emiliano?
—No te mentí, aún no lo sabía.
—Estás hablando de una forma muy ruda, cálmate por favor.
—Lo siento, pero sabes que no me gusta hablar de esto.
En serio no me gusta, son cosas que prefiero guardarme para mí misma y no le veo emoción a contarle a todo el mundo que alguien me gusta.
—¿Cuándo te diste cuenta de que te gusta?
Dudé. —El día que fuimos a ver a Lucas al hospital, durante las vacaciones.
—Ay me emociona tanto. —Había un brillo de emoción en los ojos de Tori, hablaba en serio, le emocionaba más a ella que a mí.
—No es para tanto.
Claro que sí es para tanto, el hecho de que me guste Franco Villarreal específicamente me ha desordenado la vida.
—¡Claro que sí! Te gusta un chico, eres la amiga sin sentimientos, es algo inesperado.
—No es la primera vez que me gusta un chico, además, sí tengo sentimientos.
—Ya sé que estuviste enamorada de Julio y Alexis.
Sí, mi primer novio se llamaba Julio, él era demasiado romántico y me hacía muchas, en serio muchas cartas y al final de cada una escribía: «Julia y Julio Forever». Ese «Forever» no fue tan para siempre porque nuestra relación duró tres meses, pero terminamos bien, así que aún lo saludo en los pasillos como si nunca hubiéramos sido novios, fue una relación muy inocente, teníamos 13 años. Recordarlo me hace sentir patética.
Alexis Torres, mi ex más reciente. A diferencia de Julio a él jamás lo saludo en los pasillos, lo detesto. Fue una relación de un año y terminamos hace seis meses, Alexis es un idiota, empezando porque se le insinuó a mi mejor amiga y lo que ganó fue una patada en las bolas de parte de Tori, ni siquiera sé porqué me fije en él y como lo soporté todo un año. Además, él estaba muchos puestos más arriba que yo en la pirámide social y eso era bastante incómodo.
—No creo que haya estado enamorada de ellos dos —dije. Era cierto, no estoy segura de lo que es estar enamorada, pero creo que no se acerca a lo que sentí con ellos dos.
—¿Sí estás enamorada de Franco?
—¡Agh! No lo sé. Ni siquiera sé qué es estar enamorada.
—Te diré lo que es estar enamorada, yo estoy enamorada de tu hermano.
—¿Por qué siempre tienes que meter a Tobías en nuestras conversaciones?
—Porque estoy enamorada de él. Tal vez tú no incluyes a Franco en nuestras conversaciones, pero siempre lo incluyes en tus pensamientos.
—¿Y solo eso?
—No lo sé, Toby ocupa mis pensamientos como para prestarle atención a otras cosas que hago por estar enamorada.
—¿Sabes lo extraño que es que mi mejor amiga diga estar enamorada de mi hermano?
—¡Julia! Toby es el amor de mi vida.
Quería decirle que he notado cosas en Toby que me hacen pensar que él también está enamorado de ella, o que al menos le gusta, pero no quería equivocarme e ilusionarla.
La conversación que estaba teniendo con Tori me hacia sudar las yemas de los dedos, aunque le tenía demasiada confianza a mi mejor amiga estos temas no son mi «territorio». Puedo hablar sobre cualquier otra cosa con ella, pero ¿hablar de mis sentimientos? Eso se me dificulta con cualquier persona.
Entré al aula de Química preparada para mi quiz, o eso espero ya que no estudié casi nada por visitar a Lucas en el hospital. Mi amigo está cada día peor y eso me hace entrar en pánico.
No es que tengamos un lugar fijo en las aulas, pero normalmente todos se sientan en un mismo lugar por costumbre. Busqué mi lugar: tercera fila de izquierda a derecha, segundo espacio de adelante a atrás, a mi izquierda y detrás de mí se sientan mis amigos, a mí derecha se sientan los interesados que me hablan solo cuando necesitan ayuda en la materia y delante de mí no se sienta nadie porque no es muy agradable sentarse en el primer asiento con el profesor Salazar que bromea tanto y que tiene mal aliento. Hoy fue la excepción, el chico que normalmente busca sentarse en un lugar completamente opuesto al mío hoy buscó uno adyacente.
Franco lanzó su bulto en el pupitre y tomó asiento. Se quitó su sudadera azul con dibujos de planetas al frente y al hacerlo su camisa del uniforme se alzó, lo que dejó ver su cuerpo flaco y blanco. Más blanco que su cara o brazos. Se recostó en la silla por lo que estaba muy cerca a mí, me hizo alejarme un poco porque pensé que tal vez podía sentir mi respiración acelerada en su cuello.
Para variar, Victoria levantó sus pulgares en aprobación porque Franco se sentó frente a mí.
Lo único bueno de que Tori sepa que me gusta Franco es que tengo una persona menos de la cual preocuparme porque me descubra viéndolo. Así que observé el cabello castaño de Franco recortado hace dos días, nunca se preocupaba por llevarlo peinado aunque no se despeina mucho porque es lacio, en la nuca su cabello recortado tan simétricamente me daba paz.