Rodar y rodar...

Capítulo tres

11-06-2021 
 

—¿Cómo diablos una niña de veintitrés años logró esto?—El hombre estaba furioso, golpeaba y tiraba las cosas que tenía a su paso. La mesa directiva solo lo observaba. Sabía las consecuencias de no encontrarla, y no solo eso, sino también el hecho de que la odiaba con toda su alma.—¡Un mes! ¡Un maldito mes y nadie ha sabido nada! 
 

—Ya no es tanto una niña y ha sabido defenderse bien, pero igual lo sentimos Dimitri.
 

—¿Lo sienten? –Gritó enfurecido—¡Lo sienten! ¡Eso es todo lo que tienen! Tienen todo el tiempo del mundo y los recursos como para que solo den solo una disculpa de resultado ¿Cómo demonios una niña pudo escapar de aquí si es un lugar de seguridad? No solo salió por la puerta grande, ¡Borró toda huella de su existencia! ¡Y nos ha dejado en ridículo frente a todos! No solo aquí se han enterado, ha llegado hasta mis superiores.
 

—Tú decidiste que la rotaran, nadie se sabe su nombre. 
 

—¿En verdad crees que soy idiota? Obvio alguien sabe su nombre pero no te lo dirán. ¿Y sabes por qué no te lo dirán? Porque esa niña tenía más comunicación con ellos que ustedes. Todos ellos trabajan aquí por gusto, pero ella no, y a pesar de eso supo como ganárselos.—Frustado se sentó en su lugar, esperando que alguien diera una explicación.—¡Digan algo! Demuestren que no son tan incompetentes. 

—¿Qué quieres que digamos? No sabemos qué líos tienes con esa niña estúpida que le das tanta importancia. 

—¿Esa niña estúpida? ¿En serio debo explicarte Sergei?... —Apoyó la cabeza en las yemas de sus dedos. 

Después apuntó a Sergei antes de hablarle.— Esa “niña estúpida" como tú le dices no sólo se escapó de la “mejor base militar”. Sino que aparte nos dejó inhabilitados dos aviones, un barco, el sistema de seguridad, quemó los archivos y borró de un sistema con una protección que según tus palabras era “impenetrable", perdiendo así toda su información. Y obviamente no lo hizo sola, tuvo ayuda de nuestros profesionales.—Enfatizó la penúltima palabra haciendo que tuviera más peso. Terminó de enumerar con sus dedos todo el daño que les ocasionó.—Ah y no sólo eso, sino que tiene buscándola como locos a una bola de imbéciles que no pueden encontrar pista alguna en este espacio tan pequeño.—Señaló el área cercana al pueblo. 

 

—Entiende hombre, ¿no sería mejor dejarla ir? Ya estamos hartos, esto ha sido tema de reunión semanal durante este tiempo.
 

—Tú cállate Vladimir, por cosas como esas siempre eres la segunda opción.—Cada palabra que decían lo único que lograba era enfurecer a Dimitri, no le gustaba que los resultados siempre fueran desfavorables.
 

—¿Así como tú lo fuiste de ella?—El silencio inundó la sala. Alguien tocó la puerta de manera insistente. 
 

—¿Qué quieren? ¡Joder!—Les gritó Dimitri. 
 

—¡Son noticias del agente cero, cinco, siete!—Vocifero alguien, venía corriendo así que habló pausado por el cansancio. Alguien le abrió la puerta al joven que rápido le entregó una carpeta a Dimitri.—Dice haber encontrado a Orianna, está en Canadá. Nos traicionó y se encuentra en la base de los canadienses, ayudandolos.

En la carpeta había diversas fotos de cuando Orianna recién había llegado a Canadá. Alguien la había fotografiado mientras estaba en la camilla directo al edificio y cuando salía de este. Se percibía ser de un ángulo cercano, pero en todas las fotografías solo aparecía ella. 

—¡Ven! De esto es lo que les hablo, al fin alguien que hace bien su trabajo.— Con una sonrisa enorme comenzó a revisar la información. En ella se tenía toda la información sobre la salud de Orianna, el estado en que había sido recibida y en el que fue dada de alta. Era el expediente médico, o alguien era muy cercano o realizó un muy buen trabajo. Gracias a la información pudo saber que necesitaba tomar ansiolíticos y que le habían detectado anemia. 
 

—Si dejaras tu obsesión por hacerla sufrir no tendrías a “una bola imbéciles” sin avanzar en nada, prácticamente nos has tenido buscando su rastro a luz y sombra, estamos perdiendo tiempo mientras ellos avanzan cada vez más y consiguen mejores clientes junto con el hijo del presidente.
 

—Yo soy quien manda aquí, si yo quiero los pongo a buscar hasta a mí jodido caballo.—Ante esa respuesta todos se quedaron como si un balde de agua les hubiese caído.—Mis órdenes se obedecen porque se obedecen, quiero resultados no me importa qué sea lo requerido.
 

—El poder te está cegando.—Sergei estaba demasiado molesto. 
 

—El poder no me ciega, estoy demasiado defraudado. Siempre se espera que seamos los mejores en el mundo ¡Pero no sólo yo trabajo aquí! ¿Y adivina quién va a poner la cara por ustedes? ¡Exacto! Este idiota que tienes frente a ti. 
 

—¡No por eso nos vas a tratar así! 
 

—¡Tú ni siquiera sabes qué sucede allá arriba! ¡Tú te vas cómodamente a tu casa a descansar!... Estoy más que seguro que no aguantarías ni siquiera una semana en mi puesto. La mesa me pide resultados, y venganza a los traidores, tú solo vienes acomodas carpetas y te vas a tu camita, yo me quedo aquí a pelear por los intereses de todos. Sabían bien que esto no es un campo de recoger florecitas, estoy harto de que me jodan mí trabajo solo porque tienen miedo o tengo que andarlos arreando para que trabajen.
 

—Dar órdenes cualquiera puede. 
 

—Pero no cualquiera puede soportar las consecuencias, así que puedes retirarte si gustas la puerta está demasiado grande. Que tengan buen día caballeros… Y damas.—Todos se pusieron de pie a su salida. 
 

Dimitri se fue a su oficina, agarró un vaso y se sirvió licor. Estaba demasiado exhausto por todo lo sucedido... se acomodo en su escritorio viendo el techo para comenzar a trabajar, fue sorprendido por su asistente mientras revisaba detenidamente la carpeta. 
 

—Buenos días, el oficial también le mandó decir que sí gustaría… ¿volver a raptarla? 
 



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En el texto hay: tristeza, drama, aventura humor amor tragedia

Editado: 22.10.2021

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