Rodar y rodar...

Capítulo ocho.

15-01-2022
Los pensamientos de Nolan estaban demasiado inquietos. Estaba revisando sus redes cuando encontró las fotos de Orianna y David, festejando navidad y año nuevo. A pesar de que Jessica le había contado sobre su romance con David, no dejaba de tener cierto recelo por su cercanía. Ese día sentía que se iba a volver loco, contaba el tiempo que le faltaba para aterrizar en Canadá, había tenido unas grandiosas fiestas familiares pero era hora de volver. Poco antes de la hora, observaba el cielo mientras pensaba en su llegada, le gustaba ver el atardecer...
—Buenas tardes amargado, estamos a media hora de aterrizar.—Interrumpió una joven su silencio.
—Tamara, te dije que me llamaras señor Brown, ya no somos pareja y te recuerdo que estás trabajando.
—Uy disculpe señor Nolan, no es para tanto. Además, somos amigos.
—No tanto, pero igual estamos en horas de trabajo… Por cierto, quería avisarte que tengo nueva asistente.—Tamara se quedó boquiabierta, no sabía que decir sobre esa noticia.
—Por favor Nolan, no me despidas… Necesito el empleo, si gustas puedo llamarte como quieras pero no lo hagas.—Comenzó a hiperventilarse un poco así que trató de calmarla.
—Hey, tranquila. No te despediré, no soy un monstruo.—Agarró el té que le había traído y se lo dio a ella.—Escucha Tamara, quiero demasiado a Benjamin y no te quitaría el empleo por nada. Seguirás teniendo las mismas prestaciones y sueldo, solo que ahora serás mi secretaria, no tendrás que hacer estos viajes conmigo…
—Muchas gracias, no sé cómo agradecertelo en verdad…
—No es nada, tranquila, nuestra relación afectiva no afectará nunca el apoyo para ti y tu hermano.—Aseguró. Ella se quitó una lágrima de felicidad, había sido un gran apoyo a pesar de haber acabado su relación. 
—Ahora dime por favor. ¿Quién será la nueva asistente?
—Orianna Martinez, todo lo que necesito.—Suspiró al decir su nombre.—Una mujer fuerte, inteligente y perfecta, ella será mía sí o sí.—En su voz se escuchaba determinación, y a pesar de lo que cualquiera pudiese pensar esto prendió un foco en Tamara.
—Espera Nolan, ten cuidado con lo que haces, en ocasiones puedes llegar a ser posesivo… ¿Qué te ha dicho Lewis?...
Lewis era su psicólogo, desde el accidente, como ellos lo llaman… Desde entonces no ha dejado de asistir, aunque en ocasiones las cosas se le vuelven a salir de control pues decide no hacerle caso, pero Tamara siempre ha estado ahí para apoyarlo.
—Todo lo resumes a Lewis… Pero bueno, él ha sido claro, tengo que seguir con el tratamiento…
—Sí, todo lo resumo a él. Porque desde hace tiempo he notado que a pesar de que asistes, de un tiempo para acá tiras a la basura el progreso que han tenido.—Ella se sentía demasiado preocupada. No quería que recayera a lo mismo, había sufrido las consecuencias de un Nolan sin tratamiento y no quería eso para ninguna otra chica, él había sido su pareja pero se convirtió en lo más cercano a un hermano mayor que pudiera tener.
—Tranquilízate Tamara, en verdad estoy bien…
—¿Qué harías si ella sintiera algo por otro chico? ¿Y que fuese alguien que llegaras conocer?
—Apartarlo de mí camino.—La frialdad con la que se expresó le incomodó.
—Eso es exacto lo que no quiero, ¿y si esa persona fuese algún amigo?
—No importa, igual lo destruiría.—Eso fue lo que terminó con su paciencia. Brown se lo estaba tomando demasiado a juego.
—Te estoy hablando bien. Necesitas cuidar tu temperamento, si realmente llegas a volver a lo mismo no quiero tu ayuda nunca más, ¡No quiero ayuda de una mala persona!—Esto hizo que Nolan se pusiera triste, no quería que le viera como un monstruo.
—No lo soy… Sólo entiéndeme, me enamoré. 
—El amor no debe ser dañino Nolan, porque entonces eso no es amor… Quiero que seas feliz, sin embargo no a base de malas decisiones.
—Te prometo que no haré nada de eso…—Benjamin se apareció, traía consigo unos videojuegos que leofreceió a Brown.
—Tienes que cumplir esta promesa, Nolan, yo te quiero demasiado y siempre estaré para ti. Pero te pido esto porque no quiero que termines mal…—Nolan dejó de jugar y miró a los ojos a Tamara.
—Te lo prometo Tamara. Prometo no volver a lastimar a ninguna chica, prometo acudir con Lewis y prometo estar siempre aquí para ti…—Al escucharlo se tranquilizó. 
El tan ansiado aterrizaje llegó. Se reunieron las familias en el área de espera mientras sus empleados bajaban sus maletas, el lugar era como la terminal de cualquier otro aeropuerto, los Thompson y los Jhonson tenían su propio avión así que el lugar solo era ocupado por ellos, ya que era una zona privada. Esta vez sólo viajaron con el personal únicamente indispensable, no querían separar demasiadas familias porque entendían lo especial de la época. Nolan sacó su teléfono para revisar la hora cuando solo vio como Jessica pasaba rápido frente a él, no sabía el por qué hasta que vio a la dirección en que iba.
Jessica corrió a abrazar a David dandole un fuerte beso y él por la emoción fue hacia Orianna quien le recibió con los brazos abiertos. La abrazó tan fuerte como pudo, olió su cabello, nunca olvidaría ese aroma a flores. Sentía como si el momento fuese irreal, observó con detalle como las estrellas se veían a través de los ventanales, los rayos de la luna los atravesaban y daban justo en el rostro de Orianna, por un momento olvidó inclusive que estaban acompañados.
—Sí viniste.—Sonrió pod verla ahí. 
—Que saludo tan raro, pero yo también estoy feliz de verte.
—Perdón, pero pensé que no podría verte hoy.
—¿Y perderme el regreso de un gran amigo?—Ignoró por completo el que le llamara “amigo", le resultaba incómodo pero en esta ocasión le dio igual.—Por supuesto que vendría tonto, aparte debía acompañar a Dave. Y aunque él no viniera, te dije que te recogería al volver.
—Me haces demasiado feliz, Tamara.—Acarició su rostro.
—¿Disculpa?—Sonrió confunfida.
—Lo siento Oriann, quería decir que te presentaría a Tamara—Señaló a la chica.—Pero será en otro momento, ahorita me urge irme… Oye, ¿lista para nuestra cita mañana?—Tomó sus cosas y ambos se dirigieron a la salida, acompañados de la familia.
—Sigues terco… —Le dio una cálida sonrisa.—Pero bueno, recuerda solo amigos, ¿vale?
—Claro, solo amigos.—Le tendió su mano como si cerraran un negocio. Salieron y cada uno se fue para su hogar a descansar, Orianna se fue con Dave y ellos se fueron con sus respectivas familias. 
Todos se fueron directo a dormir, unos cansados del vuelo y otros del trabajo, esta ocasión les tocó trabajar inclusive el sábado. La noche se pasó tranquila y rápida, eran las ocho de la mañana cuando la ahora joven de cabellera cobriza despertó, se cambió rápidamente y se puso “su uniforme de civil”, después bajó a la cocina para desayunar.
—¿Qué haces vestida de así?—Cuestionó Dave.
—Déjala en paz, ella se viste como quiera.—Habló la señora Thompson.
—No, o sea, lo digo porque tiene como siete prendas iguales. Y ropa diferente que ha comprado ni siquiera se la pone.
Y en eso Dave tenía razón, siempre usaba ropa igual. La camisa de manga larga, pantalón estilo militar, guantes y botines negros, absolutamente toda su ropa después de las ocho era igual día a día. A pesar de los meses que ya habían pasado, las únicas ocasiones que había vestido diferente fue la ida a la playa, las fiestas familiares y una que otra vez que andaba en pijama hasta más tarde.
—¿Me veo mal?—Orianna le veía confundida, él casi no opinaba al respecto.
—A ver cariño, ¿te gusta cómo te ves?—Intervino la madre de Dave.
—Por supuesto, me siento bien y cómoda. 
—Entonces que de joda mí hijo, tu vistete como tú quieras y no dejes que nadie te lo cuestione. Mientras no los afectes no deben de decirte nada.
—¡Pero madre! Yo ni siquiera dije que se veía mal, solo pregunté por qué siempre vestía igual, se ve preciosa pero solo tenía esa duda.—Dave ni siquiera notó como se refirió a ella, Orianna lo Ignoró y cambió el tema.
—No se preocupe señora Lucía, no me incómoda. Solo pregunté si lucía mal o algo parecido, y no se apure, ni siquiera por Dave cambiaría de estilo.—La señora Lucía se le acercó y le dio un beso en la frente.
—Esa es mí niña, y tú muy mal.—Señaló a David en modo de regaño.
—Pero madre… ¿yo qué hice?—Se quedó con la boca abierta confundido. Orianna solo se rio de él. 
Desayunaron como de costumbre, Dave les preparó la “especialidad de la casa", unos pancakes de vainilla. Luego de eso Oriann lavó los trastos e hizo diversos quehaceres antes de subir a leer. Estaba inmersa en su lectura cuando alguien tocó la puerta, desconcentrandola.
—Adelante.—Quien estaba detrás parecía no haberla escuchado.—¡Adelante!—Gritó esta vez y David apareció. 
—Hola, disculpa… ¿Qué lees?—Preguntó antes de seguir hablando.
—”Yo fui Alemania”, de RF Valentina, ¿por?—Ladeo su cabeza preguntándose si solo había entrado para eso. Le molestaba que le interrumpieran mientras leía.
—Ah, ya lo leí. Y no, sólo venía a decirte que está Nolan afuera, dice que te mandó mensajes pero no le has contestado aún. ¿Sabes qué quería?
—Antes que nada no me des spoilers que apenas lo comencé. Y sí ya sé, gracias por avisar, ahorita le digo que ya voy.
—De nada.—Salió del cuarto y ella rápido tomó el teléfono. Tenía mensajes donde Brown le saludaba, y le decía que saldrían a su cita. Agarró su mochila e introdujo diversas cosas entre ellas su libro, una sudadera y una lámpara.《Nunca se sabe para que podría servirnos》Pensó. 
Apenas bajó saludó a Nolan, ambos se despidieron de los presentes, Jessica había venido junto a él para visitar a Thompson. Según lo acordado sólo serían el y Orianna, así que así fue, los demás se quedaron en casa y ellos se fueron juntos en su auto. Nolan condujo hacia la carretera para tomar camino al lugar, Orianna pidió disculpas por no darse cuenta de los mensajes y emocionada comenzó a contarle sobre lo que leía, él la escuchaba y también comentaba sobre lo que le había gustado o disgustado de ciertos libros…
—Ah, y al final descubre la verdad.
—¡Nolan por favor, apenas lo comencé!—Dijo frustrada, mientras se ponía el libro en su cara.
—Tranquila, eso ya lo sabías, el verdadero espoiler es…
—¡No hables ya por favor! ¡Déjame averiguarlo por mí misma!—Él no podía dejar de burlarse de ella, por lo que se ha visto en la vida de Orianna la mayoría son pura risa.
—Es broma, no te daría un spoiler tremendo, solo estaba jugando contigo…
—¿Y a dónde iremos?
—Es una sorpresa, así que mejor vuelve a leer tu libro…
Ella le miró con cautela, sin embargo a fin de cuentas le hizo caso, tenía confianza en Nolan después de estos meses era una de las amistades fuertes que logró durante su estancia. Él condujo hasta llegar a unas cabañas que estaban cercas de la carretera, rodeadas por árboles. Entró con su auto hasta donde se encontraba la de ellos, la cabaña era pequeña, solo tenía una pequeña estancia, baños y una recámara con dos camas individuales. Era acogedora, acomodaron sus cosas y salieron a ver el lugar.
—¿Cómo conociste este lugar?
—Una amiga me lo mostró…
Se pasearon en silencio, observando cada detalle. Mantuvieron conversaciones con otros jóvenes, los cuáles les invitaron a reunirse con ellos en la noche para quemar malvaviscos bajo las estrellas en el salón principal, el cuál hasta el momento no habían ido a conocer. 
—¿Deberíamos descansar un poco?—Soltó Nolan después de caminar por un rato.
—Sí, claro.—Aceptó Orianna. 
Se dirigieron a su cabaña y se recostaron cada quien en su litera hasta quedarse dormidos, después de un rato Oriann se despertó al escuchar ruidos, era Nolan quien estaba calentando agua en la pequeña chimenea. Lo observó sin decir nada, él no se había dado cuenta que ella se había despertado, se levantó cuando lo vio preparar la mesita frente a la lumbre poniendo algunos aperitivos. 
—¿Por qué no me despertaste?—Dijo sentándose a su lado en el suelo.
—Quería hacerte una sorpresa…
—Lo siento, lo he estropeado.—Contestó nerviosa mientras las mejillas se le ruborizaban.
—No te preocupes Oriann, toma, traje galletas e hice café.—Le entregó una taza y un pequeño plato. Ella se sobo el estómago en señal de dolor.—¿Qué te pasó?—Preguntó preocupada.
—Sólo tengo cólicos.—Contestó mientras seguía sobando, después se paró y dio media vuelta.—¿Estoy manchada?
—No cariño, no lo estás.—Él se sorprendió con la confianza que le habló sobre su menstruación, la mayoría de las chicas le ocultaban cuando estaban en su período y eso solo le hizo ilusionarse más pensando que era una confianza especial.
—Me gustó el café, me ayuda a relajarme… Nolan, necesito hablar contigo.
—Sí, dime.—Habló tranquilo pero un poco animado. Ella dudó sobre decirle así que mejor no lo hizo.
—Creo que será mejor hablarlo más tarde.
—Como gustes, oye por cierto, ¿ese libro no es demasiado juvenil? Es decir, tiene tiempo publicado pero yo lo leí incluso en digital cuando la autora recién empezaba.
—Me gusta leerlo porque me parece interesante, no tuve la oportunidad de leer cosas así antes.
—Sí pero es no sé, demasiada fantasía, al igual que otros que leí.  Me parece inimaginable que una vida pase por tanto.
—En ocasiones lo inimaginable es la cruel realidad de las personas. Cada libro que leo lleva un poco de realidad, los autores en ocasiones se basan en vidas de otras personas o en las de ellos mismos. Puede que los sucesos sean inventados o dramatizados, pero las emociones fueron reales.—Explicó tranquila, sabía que a veces sucedía eso. Ella misma tenía un libro entre sus borradores donde guardaba las tragedias de su vida misma.
—Te recomiendo uno de historia, si quieres algo que te aporte aparte de emociones, algo para nutrir tu inteligencia.—Su comentario no era malintencionado, pero ella lo sentía como erróneo. Lejos de molestarse prefirió explicar el por qué de su preferencia a estos textos.
—Si deseara estudiar me hubiese quedado donde estaba, me la pasé estudiando libros viejos y revistas de investigación. Sé que puede resultarte extraño, pero mí cerebro está cansado. 
—Te comprendo… Entonces ¿son como tu escape de la realidad?
—Exacto, aunque a veces me dejan destrozada por los finales, prefiero que sea por los libros a que la realidad lo haga.—Los recuerdos del pasado la comenzaron a atormentar, el tener que utilizar en ocasiones lecturas de revistas solo para distraerse lo sintió demasiado triste. 
—¿Y cómo fue tu vida allá?... Digo, si me quieres contar…
—No te preocupes. He estado acudiendo a un psicólogo a escondidas, no es porque me avergüenzo, solo no quiero que sepan… Pero bueno, ponte cómodo porque esta historia será larga.—Nolan se acomodó entre las almohadas y dirigió su atención completa solo a ella.
— No soy una víctima, he dañado a personas pero juro que no era mí intención. Cuando me mandaban a asesinar solo fingía fallar, hasta que me sacaron del campo. En las noches, cuando me había reusado a hacer las tareas durante el día ellos me castigaban. Esto fue después de salir del campo, la última persona que no asesiné mató a mi superior y me culpaban de ello. Lo que hacían era meter mis pies en agua y darme descargas eléctricas, me golpeaban fuerte en el rostro incluso tengo cicatrices, me hacían cortadas y rociaban líquidos para que me ardiera…—Ella sentía como su nariz comenzaba a humedecerse, el corazón le latía rápido y le dolía, su cabeza la sentía demasiada pesada. Nolan le dio una mirada de tristeza, puso su mano sobre la de ella para darle ánimos. Ella comenzó a sollozar más fuerte.
—Pero eso no fue lo peor, me obligaron a asesinar personas y como no lo hacía asesinaban a otros frente a mí, desconozco si eran inocentes, pero aún así no podía con ello.—El la abrazó intentando tranquilizarla.—Debo renunciar a trabajar contigo… Has sido tan bueno, pero creo que esto de ser reconocida podría acarrearme problemas, y no quiero que dañen a más personas por mí culpa.
—Pero, no quiero que me dejes…
—No te quiero dejar, somos buenos amigos y me has apoyado, simplemente es por seguridad.
—Si me dejas te aseguro que no contrataré a nadie más, lamento si al inicio fui un idiota sé que en ocasiones soy tonto e inmaduro. Pero quédate por favor.—Le acomodó su cabello mientras esperaba su respuesta.
—En verdad quisiera pero no puedo.—Ante la negativa, el se levantó y salió del lugar, estaba furioso pero no pensaba decirle algo que la dañara. Dejándola sola, ella solo se quedó sin hacer ni decir nada, pensando en lo que implicaba la decisión tomada. Sabía que no lo hacía por gusto, su decisión fue tomada en base a lo que creía mejor, Patrick se mudará con ella para solventar sus gastos juntos. En el fondo lo que más le dolía era dejar a Dave, si bien ahora no eran tan cercanos, mínimo en la casa y en el trabajo lograba verle. Pero ahora que se iba no habría momentos en que pudiera siquiera observarle de lejos…
Mientras tanto Nolan intentaba aclarar su mente, no sabía que debía hacer así que optó por ir al salón principal. Ahí se encontró con varios jóvenes con los cuales estuvo hablando junto a Orianna ellos le invitaron a tomar un café frente a la fogata. El lugar era precioso, tenía un cielo transparente que dejaba ver las estrellas, lamparas colgaban de las vigas que iluminaban solo lo suficiente. Ahí se encontraba él, charlando con Damián… 
—¿Y la señorita que vino contigo es tu novia?
—¿Oriann? En eso estamos…—Contestó confiado.
—Lástima, ya estaba apartandola entre mis amigos.—Damián le guiñó el ojo jugando, cuando recibió un periodicazo por parte de otra joven.
—No seas idiota, definitivamente eres un tonto. No creas que me pones celosa, aparte puedes incomodar al joven.—Se volteó indignada cruzando los brazos, mientras alzaba el mentón. 
—Tranquila macarronsita, estoy acostumbrada a que crean que estoy coqueteando con otros, pero solo es una forma de ser amable, no te pongas celosa.
—¡Ya te dije que no me llames así, mi nombre es Sophia!
—Claro macarronsita.—Puso cara de coqueto.
—Olvídalo, y tú amigo, ¿qué película le gusta a tu amiga?
—Una que salió hace poco, es algo sobre un tren, es de su escritora favorita.
—Bueno, creo que ya sé cuál es, vas por ella y vuelves, ahorita acomodo que la proyecten.
—¿Andas de cupido macarronsita? Lástima que entre nosotros seas más fría que la nieve.–Hizo ademán de tiriritar en burla, Nolan solo sonrió al verlo y salió en búsqueda de Orianna. Tocó la puerta antes de entrar y ella le dio el pase.
—Hola.—Dirigió su mirada en busqueda de Ori, la encontró en la misma posición en que la había dejado.—¿Estas Bien?
—Sí claro.—Ni siquiera le devolvió la mirada, solo seguía viendo hacia la nada. Él se acercó para poder verla de frente.—Disculpa, perdón por no voltear a verte.
—No te preocupes Orianna, quiero pedirte disculpas por haberte dejado así… Quisiera compensarte, por favor, ¿quieres ver una película conmigo?
—No se trata de compersarme Nolan, solo quiero que respetes mi decisión y no te pongas así. 
—Te entiendo y la respeto. Solo quiero hacerlo como una ofrenda de paz, anda vamos te va a gustar la película. Ya le dije a los demás que irías.
—Está bien, solo deja voy por mí abrigo…—Ambos se fueron a la película, se sentaron juntos mientras tomaban café. 
—Hola, calabacita.—Saludó Damián a Orianna dándole un beso en la mano.
—¿Hola?—Ella estaba confundida, pues ellos no convivieron tanto como para tener esa confianza.
—Mi nombre es Damián, preciosa. ¿Ya te contaron que eres el amor de mi vida.—Ella solo sonrió tímida ante su halago.
—¡Damián deja de estar de coqueto! Ignoralo por favor, es un tonto. Y hola, mi nombre es Sophia.—Le Saludó ella.
—Hola, mi nombre es Orianna.—Le dio una cálida sonrisa.
—¡Tranquila macarronsita, sabes que solo soy tuyo! Aunque bueno, ahora que se conocen podrían compartir.—Subió y bajó las cejas mientras se quedaba observando a ambas.
—Cállate, ella ya tiene dueño. Mejor vamos a ver la película que ya va a comenzar.—Orianna quedó confundida, pero al ver el título de la película decidió solo ignorarlo.
Se emocionó en cada escena, esa era la película que más le gustaba. Después pusieron otras mientras comían palomitas, llegada la madrugada se quedó dormida, Nolan tuvo que cargarla como una niña pequeña, al volver a la cabaña la dejó dormida en su cama mientras la veía dormir solo pensaba en lo hermosa que estaba y lo genial que la habían pasado en la “pijamada" que habían tenido con los demás. Platicaron sobre lo que más les gustaba de las escenas, entre la charla acordaron seguir viéndose después de que ella se mudara.



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En el texto hay: tristeza, drama, aventura humor amor tragedia

Editado: 22.10.2021

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