Capítulo 9: Realidad

Tras caer en un sueño profundo me levanto y escucho el ruido de un ladrido. Al despertarme me doy cuenta que la cuadra en donde normalmente crecí está todo normal.

— Estás bien— dice el dueño de Baily.

— Sí, ¿Dónde estamos?— digo.

— Te quedaste dormido aquí y luego Baily y Princesa te vieron y durmieron junto a ti— dice.

— ¿Qué año es?— digo.

— Estas drogado—

— No, es en serio— exclamó.

— 2023—

En ese momento me levanto y camino a la puerta de mi casa para someterla y que me abran, en eso se asoma Baily, lo miró fijamente.

— Wof— dice.

Creo que es el perro normal que conozco. En ese momento mi madre abre la puerta.

— ¿Dónde putas estabas patojo del demonio? — dice.

En ese momento me balanceo sobre ella para abrazarla y besarla.

—¿Dónde está papá y mi hermana? — digo.

— Arriba—

En ese momento subo a mi cuarto y veo que todo se encuentra con normalidad. Tomo mi celular y veo que mis redes sociales están bien, mi grupo de Whatsapp sigue intacto. En ese momento hago un par de llamadas:

— Gerson— digo.

— ¿Qué pasó?— dice.

— Somos amigos, verdad— digo.

— Em … Sí— dice.

— Seguimos hablando con Jazz y Angel— 

— Sí—

— Reunel a ambos en tu casa, llego en treinta minutos— digo.

En ese momento me meto a la ducha y luego me alisto para tomar el carro e irme a casa de mi mejor amigo. No sin antes pasar a un lugar. 

Realizó una llamada

— Tokyo, estoy abajo, puedes salir— digo.

— Claro— dice.

Pasado unos minutos ella baja y la veo. 

— Hola— digo.

— ¿Por qué estás aquí?— dice.

— Tenía ganas de verte— digo.

— Solo por eso— dice riendo.

— Tuve un sueño raro, en donde vivías diversas multiversiones mías y en una realidad no eras feliz, pero quería decirte que pase lo pase espero poder hacerte feliz en cualquier realidad — digo.

— Es bueno saberlo— dice sonriendo.

En ese instante nos besamos y voy a ver a mi mejor amigo. Toco la puerta de su casa y veo a Jazz y Angel sentados.

— ¿Qué tal amigos?— digo.

— Hola, se te nota un poco excitado— dice Jazz.

— Bueno, fue una noche y lo que va del día algo muy extravagante— digo.

— ¿Por qué nos citaste aquí?— dice Angel.

— Es que tuve una especie de epifanía o más bien una realidad alterna a la que vivo actualmente— digo.

— Fumaste marihuana otra vez— dice Angel.

— Esto es serio. Conocí otras realidades en dónde no nos conocíamos, éramos competitivos, Angel tu eras infeliz, un sacerdote. En otras ocasiones, Gerson y yo no éramos amigos y estudiamos la misma carrera, Jazz era una poeta exitosa y yo pues algo así. Hasta competimos en un torneo nacional de Free Fire— digo.

— Primero que nada buenos días y segundo deja de inhalar esa mierda queres— dice Angel.

— Vaya, otras realidades en dónde no éramos amigos, no me imagino eso— dice Gerson.

— ¿Qué tan exitosa era?— dice Jazz.

— Al punto que yo fui exiliado de mi trabajo— digo.

— Pero si era reconocida— dice Jazz.

— Sí— digo.

— Solo tuviste un mal sueño. De plano comes mucha azúcar o pasas demasiado tiempo con Gerson— dice Angel.

— Querían que lo supieran. Más que todo porque el perro de mi vecino fue el que me llevó a esos viajes— digo.

— Un perro fue tu guía en tu fumada espiritual— dice Angel.

— Más bien es un espíritu que tomó el cuerpo del perro— digo.

— Definitivamente tenes que dejar de fumar o inhalar lo que sea que te metas, acaso te drogas con medicamentos— dice Gerson.

— Sabes, para ser mi mejor amigo eres una mierda— digo.

Todos nos reímos después de eso, nos vamos a comer a un restaurante para dejar pasar el tiempo. Regreso a la noche a casa, pero antes de entrar me encuentro con el cuadrupedo sentado esperando. 

— Puedes hablar— digo.

— Supongo que decidiste vivir tu realidad— dice Baily.

— Es mejor así, aquí no estoy durmiendo en la calle— digo.

— Aprendiste la lección a las malas, pero me alegra saber que has madurado emocionalmente— dice Baily.