~ Doce años después~
—Y cuando le respondí, él intento golpearme, obviamente no iba a dejar que eso pasara ¿cierto? Él estaba cometiendo una discriminación y yo intente sacarlo de su ignorancia, pero como neandertal que es, quiso resolver todo a golpes.
—Tiene un ojo morado y una costilla rota —
el director acomoda sus lentes mirando con un rostro inexpresivo al chico, después a su tutor.
—¡Pero si apenas y lo toque, los testigos pueden asegurar que solo fueron unas palmadas de estate quieto!—
replica frunciendo el ceño y poniendo las manos frente al escritorio.
—Lamentablemente este no un juicio así que —se gira al hombre de traje que había estado mirando desde aquel lugar —Señor Stilinski, su hijo no puede cometer ningún incumplimiento más del reglamento o me temo que será expulsado.
—El que lo lamenta soy yo, disculpe a este cabezotas —da un paso al frente para quedar a un lado de la silla donde se encontraba el chico, lo toma de la oreja levantándolo de la silla —Yo me encargare de él —lo jalo hasta la salida ignorando las quejas del chico queriéndose soltar.
—¡Ah!, ¡Ah!, ¡Auch papá! — volvió a quejarse, pero su padre no lo soltó hasta que lo empujo dentro del Jeep. Por el interior era un ambiente reconocido, pero por fuera había sido completamente pintado de negro y en el techo una torreta de sirena.
—Es la tercera vez en esta semana ¿Entiendes que no puedo salir del trabajo cada vez te manden a dirección? ¡Por dios Junior! —le regaña conduciendo a la comisaria.
—Pero el hizo sentir mal una compañera... se burló de ella por solo tener una mamá y no dos padres como es lo " normal"— hace comillas con sus dedos—Yo le dije que era completamente normal, yo tengo un solo papá y no necesitó nada más que eso.
Stiles sabía perfectamente que cuando veía a los ojos de su hijo simplemente no podía molestarse con él.
Él y su hijo tenían una gran conexión, eran el uno para el otro, inseparables. Aquello lo supo al año de que se había ido lejos de Beacon Hills. Deaton le había dado un contacto en la ciudad de virginia, donde Stiles había decidido que darse, para que acudiera con ellos cuando el bebé estuviera a punto de nacer.
El parto fue un horror, tardado y doloroso, pero todo se borró cuando finalmente lo escucho llorar, su mundo volvió a ser de rosa con solo tener a esa criaturita en sus brazos. Cuando las enfermeras lo envolvieron en una sábana y se lo entregaron a Stiles para que lo mirase. Solo una palabra se le vino a la mente
Stiles sabía que todos los bebes se parecían, pero ese niño era un caso diferente.
—Derek —dejo salir de sus labios sin siquiera pensarlo. El niño era la viva imagen de él, su cabello negro, piel blanca, unos hermosos ojos color verde y para rematar sus escasas cejas levemente fruncidas mientras lloraba.
—¿Ese será su nombre? — pregunta una enfermera al escucharlo.
—Eh no... es solo que —comenzó a balbucear
—Es un buen nombre, le queda —se despidió la enfermera yendo a otro cubículo.
Y pues claro que le quedaba, era completamente a un mini Derek quitando algunos lunares que le había pasa genéticamente. Así fue como finalmente decidió llamarlo, como su padre. Pero él lo llamaba de cariño Junior y así la mayoría de las personas.
—Lo sé, lo sé, tienes un sentido de la justicia casi tan agudo como el mío— le acaricia el pelo —Pero tengo mucho trabajo en la estación así que tendrás que esperar ahí —Aparca en la estación, siguiendo a su padre por el camino que bien conocía.
—Ya paso más tiempo yo aquí que todos los delincuentes — refunfuña frunciendo el ceño para sentarse en una de las bancas de espera.
—Quita esa cara de amargado que te p... —no le dijo terminar.
—Si, lose, que me parezco a mi padre— Repitió conociendo lo que siempre le solía decir.
Stiles solo sonríe entrando a su oficina. Él nunca le oculto el hecho de quien era su padre y tampoco le hablo mal de él, Stiles le fue honesto de por qué se había marchado del lado de Derek. Stiles siempre le contaba de su padre. Cuándo Junior de más pequeño se lo pedía, además que había un detalle, Junior había heredado por obvias razones los genes de su padre haciéndolo un hombre lobo.
No le fue difícil enseñarle a controlarse, lo había hecho con Scott antes, si bien Stiles no había tenido nada que ver con lo sobrenatural en los doce años que Junior tenia de vida.
Junior siempre supo todo lo que deseo saber de su padre, aunque su papá Stiles nunca hablo con odio de Derek, junior había creado cierto rencor al saber cómo se ponía Stiles cuando hablaba o recordaba de él. Olía a tristeza y su corazón se oprimía. Incluso había noches en las que había visto a Stiles llorar al ver una foto en su teléfono.
Simplemente él no podría querer a alguien que hizo llorar a su padre.
Así paso parte de la tarde, como ya era costumbre esperar a su padre, personas entraban, otras salían y la noche fue cayendo. Stiles debía esperar a que el turno de la noche llegara, ese día no habían dejado a nadie en los amparos y los oficiales de oficina se marcharon mientras que los de campo hacían su rondín en la noche.
Su padre como detective debía quedarse a investigar sobre las desapariciones de las personas que recientemente estaban ocurriendo.
Stiles tecleaba en su computador, despejo la mirada sobando su sien, volteando hasta la banca donde se supone que debía estar Junior pero no, salió de inmediato de la oficina viendo como Junior caminaba a las puertas de afuera a la desolada calle, parecía que una tormenta se aproximaba pues los rayos iluminaban el cielo a lo lejos.
—Junior ¿Qué haces? Regresa—
lo llama tenido un mal presentimiento.
—La puerta se había quedo abierta y se estaba golpeando con el aire —
se voltea finalmente después de atrancarla como era debido. Suspiro, quizás solo estaba siendo paranoico.