- He hablado con todos los chicos y ninguno quiere cambiar de habitación- Rocío confirma lo que Rosi y Cris sospechaban.
- ¿Y Estrella? Ella seguro que se cambia- le dolería mucho que su mejor amiga la dejara plantada en esta situación.
- Se ofreció la primera pero ya sabes el problema que tiene ella, por su claustrofobia es imposible que se cambie a un camarote que no tenga ventanas.
- ¿Y no podría dormir con ellas compartiendo una cama o poner una cama supletoria?- dice Rosi.
- Lo primero que me han recalcado es que nada de más personas que las que corresponda a la habitación, van hacer inspecciones sorpresas y si descubren que hay más personas que las permitidas se plantearán en dejarlas en la próxima parada.
- ¿Entonces que solución nos das?- pregunta Cris.
- Bueno- parece que no le gusta lo que va a decir- Rosi podría dormir conmigo y tú Cris con Samel.
- Lo siento, pero no, he venido a divertirme y estar con mis amigos, Samel es muy majo y me cae muy bien sin embargo no deja de ser mi profesor y no quiero tenerlo de compañero de habitación- Cris expresa lo mismo que Rosi piensa pero que no tiene el valor de decir.
- Pues ya me diréis que más puedo hacer- se molesta por lo que le ha dicho él.
- Me iré yo con Rocío y te quedas tú el camarote- dice con resignación Rosi.
- ¿Puedo hablar contigo un momento?- le pregunta Cris a ella.
- Si claro- se apartan a un lado para que Rocío no los escuche.
- ¿De verdad quieres compartir la habitación con ella?
- No, no quiero- baja la voz para que la aludida no se entere- pero no hay otra solución.
- Si la hay, podemos compartir el camarote nosotros- mira de reojo a Rocío que les mira con curiosidad y le da la espalda para que no escuche lo que hablan.
- Yo...
- Vamos Rosi, puedo entender que te dé vergüenza estar con un chico en una habitación a solas, ni siquiera somos amigos, pero este es el último viaje que haremos con nuestros amigos antes de irnos a la universidad, ¿Deseas pasarlo con ella pegada todo el día a tí?
Ella piensa su propuesta, hoy ha dado un pequeño paso con Álex, han estado toda la tarde juntos y se lo ha pasado muy bien, con Rocío tendría que cumplir un horario y estaría todo el día pendiente de ella.
- Vale, compartiremos habitación- dice tímidamente.
- Necesito el permiso de vuestros padres, aunque sois mayores de edad cualquier cambio tiene que contar con la aprobación de vuestros tutores- les dice cuando le comunican su decisión.
Rosi llama a sus padres mientras Rocío va a comprobar si ya han llegado todos los alumnos antes de zarpar
- Cariño ya sé que Cris es un buen chico, pero no lo conocemos- a la madre de Rosi no le parece bien que compartan la habitación- ¿Seguro que no puedes dormir con Rocío?- vuelve a preguntarle.
- Mamá Rocío y Samel son pareja, han venido al viaje para estar juntos, de ninguna manera me interpondré entre ellos- miente descaradamente, rogando en su interior que a su madre no le dé por preguntar a Rocío por su " novio "- y no hay ningún camarote libre- sigue mintiendo pero ahora por un distinto motivo, no quiere que sus padres gasten un dinero innecesario por su culpa.
- Pásame el chico al teléfono- el padre de Rosi está ahora al aparato.
La cara de Cris se va poniendo de todos los colores mientras habla con Antonio.
- Si papá, no haré nada de lo que tengas que avergonzarte- Antonio por fin dá su permiso después de hablar con ellos.
Rocío ya de vuelta confirma la autorización rápidamente con los padres.
- Os estaré vigilando- son sus últimas palabras al marcharse.
Los dos a la vez suspiran de alivio.
- ¿Así que Rocío y Samel son novios?- le pregunta burlonamente.
- ¿A qué hacen buena pareja?- dice muy seria, sólo traicionan sus palabras el color rojo de sus mejillas.
- Vaya sorpresa, no me esperaba que tuvieras un lado oscuro.
- Pues ya sabes, ten cuidado conmigo- lo mira amenazante y luego se ríe.
- Estrella suéltame, me estás ahogando- su amiga la estaba esperando en la puerta del camarote.
Cris la saluda con la mano pero Estrella se lanza sobre él y le planta dos besos en la cara.
-Gracias, gracias por traerla- le dice emocionada- ¿Listos para la fiesta de esta noche?- pega saltitos de alegría- Es a las diez en la discoteca pero hemos quedado a las 8 para cenar antes. ¿Te vienes con nosotros, Cris?- lo acorrala contra la puerta.
- He quedado con mis amigos, pero gracias- dice intimidado por Estrella.
- ¿Pero irás a la fiesta, no?- él asiente con la cabeza y se pone los cascos para que Estrella lo deje tranquilo.
- ¿Cuál es la fiesta de hoy, la ibicenca o la de disfraces?- pregunta Rosi.
- La ibicenca. Estoy deseando estrenar mi vestido blanco- fija su mirada en el reloj de la pared- Me tengo que marchar- dice cuando vé la hora que es- las chicas me están esperando para vestirnos y maquillarnos, es una lástima que no estés con nosotras- se despide con la mano.
-¿De qué va eso de la fiesta ibicenca?- se quita los cascos en cuanto se va la amiga.
—¿No lo sabes? Lo explicaron en la reunión, nos tenemos que vestir entero de blanco.
Él niega con la cabeza y encoje los hombros.
— No he traído nada blanco. Iré con lo que tenga— dice sin darle importancia.
— No seas tonto, tienes que ir de blanco, algo tendrás.
— Si, unas zapatillas.
— ¿Y no puedes pedirles algo prestado a tus amigos?— insiste Rosi.
— Si yo no me he enterado, no creo que ellos tampoco, no nos interesan mucho esas cosas— coge otra vez los cascos para ponérselos, dando por terminada la conversación.
— Puedo preguntarle a Álex.
— No— dice molesto y se pone los cascos.
Enfadada por su indiferencia se coloca en frente de él y le quita los auriculares.
—Vas a ir a esa fiesta vestido de blanco— tira de él—vamos a comprarte algo— lo agarra de la mano, su tacto es suave y cálido— Coge la tarjeta— le ordena.
Editado: 07.12.2019