Voy en mi bicicleta en dirección a la pastelería de mamá y Rafaela.
Mejores amigas desde pequeñas esas señoras, vecinas y madrina de bodas.
Esas son nuestras metas junto a Anie.
Rafaela es una mujer encantadora, es como la versión mayor mía, o eso dice mamá. Lo único malo de ella es su hijo, menudo idiota que tiene, además de don sin expresión Lucas.
Lo conozco desde siempre al chico, me gusta desde que tengo 15, digo me gusto, ahora ya no.
(Mentirosa, mentirosa)
Así como mamá explotaba a sus hijos, Rafaela lo hacía con los de ellas, y esperaba con todo mi ser que me tocará el turno con Lucia y no con él.
Cuando entró al recinto voy al área de las bicicletas para dejar la mía, la cual resalta en color al lado de las negras que hay en ese lugar.
Sonrió porque amo el rosa.
Acomodo mi trenza e inspeccionó el uniforme, que consiste en unos pantalones de tela negro, una camisa rosa pastel con el logotipo de la pastelería en el lado izquierdo y finalmente el mandil blanco, que traigo en el bolsito que está en la canasta de mi bicicleta.
Entró a la pastelería y lo primero que me llega es el olor de los pasteles y el chocolate.
En la caja está Lucia y sonrió porque por primera vez en la vida se me cumplió algo. Pero esta niega con la cabeza a mi sonrisa.
-Mi turno fue con Ale, estoy esperando para cambiar con Lucas.
-Menuda mierda que lanzaron cuando nací.
-No es tan malo.
-Claro que sí, no tendré con quien hablar.
-Que yo recuerde Lucas no es mudo.
-Pues dile a él.-Ruedo los ojos y sacó la libreta del primer cajón a mi derecha.
-Por lo menos podrás hablar con la gente.-Sonríe y quiero matarla.
-Llegue Lu, puedes ir a casa.-Dice Lucas besando la coronilla de su hermana.-Rossetta.-saluda o eso creo que hace.
-Señor inexpresivo.-Creo ver el indicio de una sonrisa, pero doy media vuelta y me voy a mi lugar, ni aunque los amigos de Axel le dieran un porro este tipo reiria.
Odio a Lucas Morgado, lo odio con todo mi ser.
¿Por qué tuvo que gustarme señor sin expresión?
(porque es inteligente, guapo, no es puto y no anda tras chicas)
Pues ni siquiera de mí.
Me golpeó mentalmente y comienzo atender a la gente que ha llegado.
***
-Deberías sonreír-Dice Lucas haciendo la factura de la mesa 3-estas toda fea.
-Pues sonriendo no es como que me vea más bonita, señor cero sonrisa en el rostro.
-Tienes razón.-Se detiene un momento y abre los ojos-Acabo de decir que tienes razón el algo. Creo que enferme.
-Ojalá y sea un virus potente y te mueras.-Digo haciendo una rabieta a lo que el levanta la comisura derecha de su labio.
Si no fuera porque dijo una estupidez, estaría derritiendo todo mi ser.
-Dicen que yerba mala nunca muere.-Termina la factura y me la entrega.
Es tan idiota. Argh.
(por lo menos te hablo)
Para joderme.
(Pues que te joya todo lo que quiera, esta muy bueno)
***
A eso de las diez estamos limpiando la pastelería para dirigirnos a casa.
-Me contaron que te cambiarán de salón.-Digo a Lucas y este asiente.
-Sí, todo los años hacen lo mismo y este le tocaba irse al mejor de mi curso al tuyo y del tuyo al peor.-Dice limpiando el mesón de la caja-¿me cambiarán por ti?
-¿Qué?, no, yo soy la mejor del curso.
-No te creo, te hubiesen cambiado.
-No pueden-Me encojo de hombros.
-¿Por qué no?
-Solo no pueden y ya.-Digo y voy en busca de mamá.
-Lucas-
Término de ordenar el mesón, hoy no fue tan caótico como los otros días que me ha tocado.
Y Rosse andaba con mal humor así que disfrute sacarla de sus casillas.
Veo que se dirige dónde Vivian, con un su brazo tocando su espalda, debe estar cansada por atender tanto de pie.
Vivian toma su cara con las dos manos y le pregunta algo a lo que está asiente apenas. La sienta y le toca la frente y el cuello.
Editado: 08.09.2018