Viernes, la salida con Lucas se acercaba, solo en un par de horas.
Solo un par de horas para gastar mi dinero y volver a ser pobre.
Si mamá se enterara que no tendré el dinero para comprarme el celular se desmayaria de seguro.
-No entiendo el ejercicio número tres.-Se queja Fabián, estamos en clase de matemáticas y nos tocó realizar grupo junto a los de adelante de nuestros puestos.
-No me mires a mí, yo con suerte sé que realice uno mío y no está bien.-Habla Anie y quiero reír.
Anie no es la mejor en las materias, pero inglés, artes, lengua y deportes era la mejor.
Pero matemáticas y química con suerte sacaba regular.
-Yo estoy realizando los míos, dile a Lucas.-Digo rápidamente.
-Luquis,-Dice Fabián moviendo sus hombros y colocando boca de pato.-por favor.
-Ni lo pienses. Y deja de llamarme así.
-Como cuando Matilda te lo dice no te enojas.-Vuelve a poner boca de pato y yo reiria, pero lo que dijo antes me amargo.
Vuelvo mi vista a los ejercicios y sigo realizando los míos. Solo me falta uno y me apresuró para terminarlo.
Miro a Anie que me está taladrando con la mirada mientras sube las cejas.
-Rosse.-Dice Fabián lo miro y tiene cara de pregunta y quiero reír por imaginarme un signo de pregunta en su cara.
-Dime.
-Me.
-No, idiota. Que me preguntabas.
-Ah, eso. ¿Irás a la fiesta de halloween que haré en mi casa?
-Oh, claro-me encojo de hombros.-Sí Anie va iré con ella.
-Bien, es con disfraz.-Levantó mi dedo pulgar y me levanto de mi asiento y me dirijo al baño.
***
-Sabes, hoy no podremos ir a comer helados.-Dice Anie en el almuerzo.
-¿Por qué?
-Tengo una cita, con un chico de la preparatoria de a dos cuadras, vendrá a buscarme como buen caballero que es. Creo que este es el definitivo.
Quiero golpear mi frente, lleva diciendo lo último desde los doce años.
-Ajá, espero que este sea el final.
-Aunque estoy joven y bella, creo que me lo pensaré.-Amaba a Anie con todo el corazón, pero era bien putanga y pues las cosas como son.
Anie era más baja que yo, debe medir 1,60 a lo máximo, cabellera chocolatada con ondas y un flequillo que le quedaba de infarto, tes pálida, ojos verde y contextura media, no era delgada, ni tenía sobrepeso.
Era una bomba sexy. Palabras de los chicos de toda la preparatoria y algunos con los que salía.
En cambio yo, estatura promedio 1'65, cabello anaranjado hasta más abajo de la cintura, tes pálida, ojos ámbar, delgada.
Pero lo último era por el régimen que me habían puesto a los diez años.
En fin me desvíe del tema.
-Serás zorra, Anie.
-Lo sé, ni yo me lo creo.-Dice mientras hace una pose diva.-No entiendo como puedes comer tanta verduras, yo debería comer todo eso y bajar mis kilos demás.
-Eres hermosa, no te compliques.
-Eso lo sé, pero por más hermosa que sea mi pantalón no quiere dar una talla más.
Río por las cosas que dice Anie y sigo almorzando.
***
~La parada de autobuses en cinco.~
Leo el mensaje de Lucas y le respondo con un "Ok".
Tomo mi abrigo blanco y salgo de casa.
Camino a la parada revisó si llevó el dinero y pongo mis guantes.
Otoño está frío y yo necesito calor.
-Ya era hora mujer.-Dice Lucas cuando estoy a su lado.
-Ni cinco minutos me demoré. ¿Dónde iremos?
-Al museo... De cuerpos humanos.-Asiento mientras busco el dinero del bus.
-Bien, el museo nos espera.
-Queda un poco lejos.-Lo miro y es sonríe.
(me derrito, me derritooooo)
-¿A cuánto?-Pregunto luego de salir de mi estupidez.
-A media hora.-Asiento y esperamos el bus.
***
-Este museo es gigante.-Digo observando el recinto por fuera.
-Sí, vamos.-Lucas me toma del brazo y caminamos a la entrada, en donde muestra dos boletos y nos dejan pasar.
Editado: 08.09.2018