-¿Por qué vienes llegando a está hora, Rossetta?-Pregunta mamá cuando terminó de cerrar la puerta de la casa.
-Andaba en un museo, que queda un poco lejos.-Camino a la cocina y en el proceso beso su mejilla.
-¿Sola?
-No lo creo, ya no has visto, no te quieras hacer que no espía, madre.
-Yo no soy de esas.
-Deberías haber apagado la luz si querías espiar, te veías.-Mamá abre los ojos y dice una maldición.
Cojo la caja de jugo.
-¿Entonces...?-Pregunta sin terminar.
-¿Entonces qué?-Bebo de mi vaso.
-¿Ya son novios?-Y al momento que sale la pregunta de sus labios el jugo sale por mi nariz.-¿Estás bien hija?-Tomó la servilleta y limpio mi nariz e intentó en vano limpiar mi ropa.
-Sí, sí estoy bien.-Muevo la mano restándole importancia.
-¿Y, ya lo son?
-¡Mamá! Solo somos amigos-O eso creo. Lo último solo lo pienso.
-¿Y?, Edgar y yo fuimos amigos-Se encoje de hombros.-Ahora nos casaremos.-Muestra su anillo.
-No somos igual a ustedes mamá.
-Pero quieres, no lo has negado.-Mamá comienza a delirar y decir cosas como que haremos una hermosa pareja, que nuestros hijos serán hermosos.
Por un momento quiero llorar porque ni siquiera sé si podré tener hijos.
Eliminó esos pensamientos y me dirijo a mi cuarto, dejando a mamá hablando sola.
-Rosse, mañana trabajas todo el día.-Habla cuando estoy en la planta de arriba.-Lo debes por el fin de semana pasado.
-Bien, adiós.
Menuda suerte que me cargo.
Mamá debería solo darnos dinero y no hacernos trabajar, esto es explotación laboral para un menor de edad.
***
-Buenos días, bienvenido a....-Lucia sigue atendiendo en la caja y yo me dirijo a entregar el pedido de la mesa 4.
Falta solo unos minutos para el cambio de turno y así yo poder almorzar, bastante hambre me cargo hoy.
La mañana a estado un poco pesada, por no decir bastante. He andado como local llevando y envolviendo pasteles, galletas, entre otros dulces y cafés.
Cuando terminó de entregar el pedido voy al mesón dónde se encuentra la caja y comienzo a limpiar. Lucía que sigue atendiendo a la pareja rápidamente. Unos minutos después, se van felices con muchos dulces para sus cinco hijos.
-Escuche algo por ahí.-Dice tentandome a que caiga en sus garras, pero no lo haré.
-Que bien que no seas sorda y escuches. Me alegro.-Ríe y yo sigo limpiando. Hugo que es uno de los pasteleros trae algunos dulces y lo ayudó a ponerlos en la vitrina.
-Que graciosa eres.-Solo asiento y sigo ayudando.-Estás saliendo con Lucas.-No es una pregunta es una afirmación y yo trato de equilibrar el pastel que estuvo apuntó de caer.
-Ya era hora.-Dice Hugo y yo lo miro atónita.-¿Qué?, he estado esperando esto desde que son pequeños.
No creí que Hugo fuera a decir eso. Jamás en la vida.
-No estamos saliendo.
-Ayer salieron los dos, solos.-Dice Lucia y Hugo silva.
-Eso no tiene nada de otro mundo.
-Y el viernes pasado te cuido cuando estabas enferma.
-Pues que querías, ¿qué me dejara morir?
-Obvio no, cuñis.
-Lucia. Solo somos amigos, ni tiene nada de malo salir. Tu sales con tus amigos.
-Y los besó.
-Menuda amistades de hoy en día.-Dice Hugo y reímos.
No es como si en su época no fuera de esa forma, de seguro tenía bastantes amiguitas.
-¡Hugo!-Florencia grita desde atrás del negocio.
-La patrona llama, nos vemos cielitos.-Asentimos y vemos como Hugo se va.
Me vuelvo a ver a Lucía y esta con los brazos cruzados.
-Admitelo.
-No tengo nada que admitir, Lucía. Atiende a los que llegaron.
***
-Pedido especial.-Le habló a Rafaela y ella asiente para luego dirigirse a los clientes.
-Mañana es el cumpleaños de Vivian.-Habla Lucas y yo asiento.
-Sí, Edgar le hará una "pequeña" celebración en casa.-Hago comillas con mis dedos en pequeña, porque eso es lo último que Edgar hará, vendrá toda su familia a saludarla de seguro.
Editado: 08.09.2018