Rosse & Lucas

17. Una mirada.

«Lucas»

Había visto a Rosse salir rápido de la cocina y no sabía sí era bueno seguirla, así que le di un tiempo.

Colocó el temporizador de gallina para que suene y los brownie no se quemen o la casa.

Me dirijo a ver a los chicos que juegan ''crash'' en la PS4.

-Perderemos por tu culpa Tomi.-Habla Mar con los brazos cruzados haciendo un puchero.
Era una niña muy consentida por todos en la casa.
Aunque papá y mamá no le permitían todo.

-Que no, que ganaremos, ya verás.-Tomi siguió apretando botones y mordiendo.su lengua.
Era una imagen que daba un poco de gracia.

Al cabo de unos minutos comencé a subir la escalera para ir donde Rosse.
Cuando llegue a su cuarto escuche unos sollozos que me dejaron en blanco.

Sabía que hoy era el aniversario de la muerte de su padre.

Ni siquiera sabía porque lo llaman aniversario.
Aniversario era algo en dónde se celebrará algo y no se podia celebrar una muerte.

«Luego buscamos el.significado, ve a ver a Rosse»

En el cuarto no había nadie, pero pude observar que era de un color blanco y nada chillón como el rosa, incluso su cuarto tenía un aura de paz, estaba todo en perfecto estado, ni siquiera un libro estaba en una mala posición.

Seguí caminando al baño para ver si se encontraba ahí y no me equivoque, estaba en el piso con la mano en su pecho mientras las lágrimas no paraban de salir.

Verla así dolía, nadie es tan fuerte a una muerte de un ser querido, eso lo sabía.

Ella necesita mi apoyo, y aunque soy malo en eso, solo reaccione por instinto.

Y la abracé.

Y creo que la cague, porque su llanto comenzo a ser más fuerte. 
Comencé a sobar su espalda por algunos momentos y a darle palabras de apoyo que solo salían.

Era un momento bastante privado el que estábamos presenciando.

Pero ella necesitaba apoyo de alguien y yo quería ser ese apoyo.

Le había dicho a Anie que quería acompañarla hoy, costo un mundo.

Tengo que hacerle cinco de sus tareas. 
Ese era el precio y no lo podía cuestionar porque gracias a eso me dejo estar con Anie.

Y a los chicos les dije que podían jugar y yo ayudaría a Rosse a preparar todo.
A ellos no los tuve que convencer, casi que me saltan encima de lo feliz que se pusieron.

El llanto paro y nos quedamos unos minutos abrazados.

-¿Quieres ir a la cama?-La miré a la cara y sus ojos estaban inflamados, hasta parecía chinita.

Solo asintió y la ayude a colocarse de pie.

-Ven, vamos.

Fuimos a la cama y saco su mandil de cocina  para luego tirarse en la cama de espalda.

-Descansa un tiempo, luego puedes bajar.-Me siento en el borde de la cama y ella se corre para un lado.-¿Quieres que me acueste contigo?-Pregunto con una ceja alzada y ella hace una mueca graciosa y golpea el lado de la cama.

-Solo un momento, luego puedes bajar a ver los chicos.-Me dice y tiene la voz ronca por el llanto.

-Vale, pero que seoas que no soy tan fácil, estoy siendo bueno ahora.-Me recuesto a su lado, quedando frente a frente.

Siempre que la miro a los ojos me pierdo en mis pensamientos, en lo linda que es con todo ser que habita en la tierra, aunque a veces tiene su carácter que te hace temblar.

Nos quedan solo meses en este mismo pueblo y ya luego tomaremos caminos diferentes, no puedo dejar que lo que siento salga a flote, pero solo con una mirada de ella ya estoy perdido y solo quiero estar a su lado y cuidarla.

Sin darme cuenta mi mano va a su cabello anaranjado y lo acaricia de arriba abajo varias veces.
Seguimos mirándonos varios minutos más hasta que sus ojos se van cerrando de apoco.

Rosse es la chica más guapa ante mis ojos, siempre ha sido así.

Y fui, soy y seré un idiota por no hacer nada al respecto a esto que siento y que creo que ella igual lo siente.

Me quedo unos minutos, bastante lagos acariciando su cabello y mirándola dormir tranquila. Hasta que unos golpes en la puerta llaman mi atención.

-Ro, sono la gallina.-Dice Tomi entrando al cuarto y yo me acerco un dedo a la boca en forma que no haga ruido.

-Se durmió, se sentía mal.

-Es por su papá, mamá Vivian me dijo.-Asiento y me levanto para poder ir a ver los brownie.

Busco una manta que tiene en una mecedora y la cubro, Tomi se acerca y besa su mejilla para luego salir.



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En el texto hay: romance, amor, amistad

Editado: 08.09.2018

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