Rough

Capítulo 4

*
 

Lo tomé del rostro y Sonreí al mismo tiempo










Lo tomé del rostro y Sonreí al mismo tiempo. Definitivamente la espera había valido la pena, sin duda alguna. Alexander tenía la sonrisa mas hermosa y sexy que había visto. No podía creer lo que estaba viendo.

—¿Cuántas personas te han visto hacer esto?—pregunté. Solo negó con la cabeza y capturó mis labios nuevamente, este hombre no dejaba nunca de ser un campo.

—No te voy a responder— dijo mientras dirigía sus besos hacia detrás de mi ojera. Sus manos fueron bajando por mis costados, hasta llegar a mi cintura. Se pegó a mi haciendo que nuestros cuerpos comenzaran a causar fricción.

Fue bajando sus besos hasta llegar a mi pecho. Quitó el sujetador y comenzó a repartir besos ahí, de uno a el otro hasta volver luego de unos minutos a mi boca. Abracé su cuello mientras sus manos iban a mi espalda y me levantaban para colocarme un poco mas arriba de la cama, poniendo una almohada debajo de mi cabeza para comenzar el trabajo nuevamente.

Se puso de pie para quitar sus pantalones al mismo tiempo que su bóxer. Lo miré detenidamente, tenía un cuerpo trabajado y tatuajes en todo su brazo izquierdo, el león a un costado de su pecho en la parte izquierda y sobre sus hombros tenía lo que parecían ser fechas en números romanos.

Una pluma adornaba a su izquierda el nacimiento de sus entradas y juro por lo mas sagrado que la boca se me hizo agua.

Subió a la cama y quitando de mi cuerpo la ropa restante se colocó sobre mí. Tomó mis manos y las subió, apresando con una sola de sus manos mis muñecas mientras su otra mano se dirigía a mi parte baja.

Gemí cuando hizo contacto en esa parte sensible. Calló mi boca con la suya y comenzó a estimularme por un largo tiempo hasta que susurró sobre mi boca sus deseos de que me dejara llevar.

Soltó mis muñecas y vi como su mano buscó algo en el cajón de la mesa de noche que teníamos a la derecha. El preservativo.

Se lo colocó y volvió a estar sobre mi en segundos. Mordió mi hombro al mismo tiempo en el que me sujetaba a él. Sus manos fuertes estaban recorriendo mi cuerpo como a un mapa. Mi respiración se cortaba por lo alucinante que llegaba a ser el momento. Tomé su rostro y lo atraje hacia mi para besarlo.

Nos dio vuelta, haciendo que yo quedara encima de él. Lo tomé entre mis manos y lo posicioné en mi entrada, poco a poco se fue adentrando en mi, arrancando en los dos un gemido profundo. Me sujeté de sus hombros y comencé a moverme de arriba a abajo mirándolo directamente a los ojos. Me tomó de las caderas y fue marcando en ritmo de los movimientos.

Gemí cerrando los ojos, era indescriptible. Rápidamente cambió de lugar y me tomó de las piernas, dándome a entender que quería que lo rodeara en las caderas.

Bajó y puso su rostro a mi altura, me impulsé y capturé sus labios en un mordisco. Sus movimientos fueron aumentando y encendió su rostro en mi cuello, respirando fuerte y agitado. Clavé mis uñas en su espalda.

Un remolino se comenzó a formar en la parte baja de mi vientre y susurré su nombre. Aumentó las estocadas y luego de un momento los dos soltamos una exclamación unísona.

Me besó profundamente y me tomó en sus brazos, dirigiendo sus pasos al cuarto de baño.

Qué noche.

 

Abrí poco a poco los ojos y los cerré nuevamente cuando la claridad me molestó. Los froté y los volví a abrir hasta acostumbrarme a la luz del sol. Estaba envuelta en la sábana blanca de la cama.

Odiaba cuando las cortinas de una habitación quedaban abiertas, me fastidiaba el echo de tener que despertarme para cerrarlas y tratar de dormir nuevamente después, porque lo más seguro era que no volviera a dormir.

Me removí para pararme a cerrarlas pero noté que algo apresaba fuertemente mi cintura. Un brazo musculoso estaba apretándome, ahí fue cuando me di cuanta de lo que había sucedido.

Sonreí. Realmente había sido una demostración impecable del significado de la palabra que llevaba por apellido.

Traté de darme vuelta pero nuevamente noté que no podía. Alex se encontraba con su cara enterrada en mi cuello, su respiración me estaba haciendo cosquillas.

Volví a sonreír.

Mi teléfono estaba sobre la mesa de noche así que solo me estiré un poco para alcanzarlo y encender la pantalla.

Eran las 7:30 am y mi vuelo hacia Miami todavía necesitaba que lo reservara. Con todo el ajetreo de ayer lo había olvidado por completo. Vi mensajes de una de mis amigas, un correo de Mike y una llamada perdida de mi mamá. La llamaría mas tarde.

Abrí el WhatsApp para responderle a mi la primera, por lo que parecía su hermano se iba a casar y estaba descargando su emoción conmigo. Reí bajito.

"Hablaré contigo en la noche, te espero conectada a Skype. Te quiero. No molestes más ❤"
Emily.

Mi hermana, Amy, me estaba comunicando que vendría por tres días el mes siguiente así que ya estaba planeando lo que haríamos. Les respondí rápidamente que está bien y que me emocionaba verla de nuevo.

Ella vivía en Los Ángeles y la veía en contadas ocasiones, una vez cada dos meses. Sonreí.

—Espero que no sea con un hombre con quién estés hablando—  la voz de Alexander  me sorprendió tanto que salté apenas lo escuché pegado a mi oído.

Me di una pequeña vuelta después de dejar el teléfono de vuelta en la mesa de noche y de que él soltara un poco el agarre de mi cintura.

—Si tuviera novio, créeme que lo de anoche no hubiera pasado—respondí.



#1808 en Novela romántica

En el texto hay: amor, empresario, rough

Editado: 28.07.2021

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