Narrador Omnisciente
En la gran oficina de aquella famosa boutique la hermosa dueña esperaba pacientemente la llegada de su amigo y mano derecha, esperaba que tuviera lo que le había pedido aquel día enfrente de la mansión de los Reinginald. Escuchó dos golpes en la puerta y lo vio entrar por ella a Ander que traía consigo una Tablet en sus manos. Emily se levantó de su sillón y camino hasta estar al lado de él.
—Tal cual eran tus sospechas nuestra gente en Yerim vio a Tristán ayer por la mañana, estaba limpiando y se le vio en la estación de policía del lugar. Tengo información que indica que la señorita Dominica le organizo una fiesta al alcalde Figueroa en un yate, por la forma en que Tristán estaba ahí índica que algo sucedió.
Le informó el chico para levantar su mirada y no pudo evitar que su corazón latiera al verla tan pensativa, observarla siempre le había parecido tranquilizador desde que era un niño, la admiraba demasiado que era incapaz de negarse a una petición de ella.
Ella estaba vestida con un largo vestido negro que le pegaba al cuerpo y calzaba sus zapatillas blancas que le daban el toque elegante, como siempre su cabello estaba perfectamente acomodado a un lado, lo que nunca le faltaba eran sus labios siempre de color rojo. Escucho como ella le hablaba y el chico salió de su encanto.
—Debemos averiguar que es lo que paso exactamente—dijo mirándolo-. El alcalde no me daría la espalda si de dinero se tratase—el chico asintió con su cabeza. Habría que investigar con más detalle.
En algún otro lugar de la enorme ciudad Norte, Tristán le informaba con detalle todo lo que había pasado a su querida Dominica desde un coche negro, pero al llegar al tema de la ahora señora desaparecida y su hija ella no dudo en reprenderlo por no ser lo suficientemente cuidadoso con su trabajo. Él se disculpó y siguió dándole el informe.
—Creo que la hija de la policía ira a hablar con un fiscal—estaba cien por ciento seguro de lo que haría la chica, Tristán creía no era muy inteligente la chica.
—¡Detenla! ¡Debes detenerla cueste lo que cueste!—gritó la señorita al otro lado de la línea, sus miedos como siempre salían a flote y la dejaban desvalida-. ¿Cómo es que las cosas se complicaron tanto? ¿Cómo es que ni siquiera pudiste cubrir y limpiar la muerte de esa chica?—sus palabras salieron sin antes pensarlas, eso claro, hizo sentir mal a Tristán que lo único que hacia era cumplirle los deseos a ella.
—Va a involucrar a un fiscal, ¿acaso no puedes ver que esto ya va más allá de mi poder?—respondió dolido mientras salía del coche dándole a la puerta un fuerte azote mientras la cerraba-. No tenemos tiempo, tienes que hacer esa llamada—le contestó sabiendo que era la única opción que ella tenía, no le pediría que lo hiciera si él tuviera la certeza de que las cosas irían como ella quiere. Tristán no quería darse el lujo de que al investigar el caso dieran con Dominica, él la iba a proteger de todo y todos.
Un capítulo corto, pero ahora sabemos el nombre del hombre de negro es Tristán al igual pudimos notar que algo planean él y Dominica.
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