Rumores

Capítulo 31 (Parte 2)

Benjamín-

—Señoras y señores, con ustedes Sabana Reynolds. Ella es la graduada con honores de este año, la cual dará un discurso para sus compañeros graduandos.

Todos aplauden y Sabana sube los escalones con una sonrisa.

Reluce una esclavina dorada y su medalla de graduación.

—Buenas tardes, compañeros graduandos. Estuve estos días tratando de escribir un discurso de graduación que fuera memorable, pero en cada uno de mis intentos parecía más aburrido que el anterior, así que decidí hablar de la vida. El día de hoy despertamos con un nudo en el estómago y con el corazón lleno de ilusión, nos preparamos y nos vestimos pensando en el mañana, preguntándonos ¿Qué pasará después? —varios del público asienten —. Pero que tal si nos enfocamos un segundo en el pasado, en que no vamos a volver a desfilar por estos pasillos, que se acabaron las carreras por la universidad buscando al profesor Connor cuando era el último día para entregar un informe —sueltan algunas risas —, o las charlas de la profesora June que nos hacían idealizar este momento y cómo sería nuestro futuro. Ese hermoso instante en que conociste, a la que no sabías en ese momento, se volvería tu mejor amiga; o como tuviste la madurez que antes no poseías para perdonar a alguien que te hizo daño, o quizás, cuando conociste a tu amor en la clase de la profesora June porque decidió ser tu compañero sin importar lo que el mundo decía sobre ti —le dedicó una sonrisa sincera —. Cada uno de esos preciosos momentos nos trajeron hasta aquí, hasta el último primer día del resto de nuestras vidas. Ahora solo nos queda enfrentar al futuro porque hemos cerrado una puerta pero a su vez hemos abierto un mundo de posibilidades. Hay que empezar esta nueva etapa con la frente en alto y comprendiendo que todo lo bueno que tiene para ofrecerte la vida empieza con un poco de miedo, empieza con un salto de fe.

Los graduandos se levantan de sus asientos mientras aplauden el discurso de Sabana.

La detallo bajar del escenario entre sonrisas y abrazos dirigidos a los profesores.

El público la recibe entre felicitaciones y risas haciendo que su sonrisa se ensanche.

Me encanta todo lo relacionado con ella.

—Queridos graduandos y representantes, el acto de graduación se da por concluido —se escuchan vítores y aplausos —. La celebración de este acto va hacer en el hotel "Le Point Rouge" gracias a la donación de uno de nuestros representantes.

Poco a poco nos levantamos de nuestros asientos y nos dirigimos hasta nuestros familiares.

Busco entre el mar de gente algún rostro conocido, hasta que doy con el de mi madre.

Ella al verme derrama algunas lágrimas y cubre su boca.

—Mamá, ¿Por qué estás llorando? —pregunto cuando estoy a su lado.

—Es que no pude evitarlo —me abraza fuertemente.

Por encima de su hombro veo a Anne echa un manojo de lágrimas y a Candace a su lado limpiando sus ojos.

—¿Es en serio, Candace? Esperaba más de ti, me siento decepcionado.

Ella me muestra su dedo medio sin dejar de secar sus lágrimas.

Sonrió y me acerco a darle un abrazo.

—No puedo creer que mi niño se graduó —dice entre lágrimas.

—Y yo no puedo creer que no dejes de llorar —bromeo haciéndola sonreír.

—Que te puedo decir. Ally y tú son mi punto débil.

—Lo se —beso su mejilla.

Mi padre se acerca a mí.

—Hijo, estoy sumamente orgulloso —estira su mano hacia mí, la apartó y le doy un abrazo.

—Gracias, papá.

Al oírme decir eso me envuelve en sus brazos.

Mi celular vibra en mis bolsillos y lo saco rápidamente.

Es Ian.

Contesto la llamada.

¡Ben! Te estoy buscando pero no logro encontrarte.

Miro en todas direcciones y tampoco encuentro rastros de Ian.

—¿Qué tal si nos entramos en el hotel? Si llegas primero envíame un mensaje.

Okay, mejor así.

—Y no olvides agarrar una mesa grande, somos demasiados.

Okay okay, ya le voy a decir a papá.

—Vale.

Cuelgo la llamada.

—¿Pasó algo? —cuestiona Jonh.

—No, solo que Ian estaba buscándonos pero entre toda esta gente no nos vio. Mejor vayamos al hotel y lo encontramos ahí.

—Me parece perfecto —opina mi padre.

Se levantan de las sillas, entre disculpas y roces llegamos hasta el auto.

Entró en el auto y me dispongo a llamar a Sabana.

Ben.

—Amor, voy saliendo al hotel.

Nosotros también, estaba a punto de llamarte.

—Perfecto, quién llegué primero aparta una mesa lo suficientemente grande para que podamos estar todos.

Somos un batallón.

—Si, un batallón muy llorón —suelta una risa —he perdido la cuenta de las veces que han llorado estas mujeres, imagínate que hasta Candace lloró.

La mencionada me lanza un peluche de Ally rompo en carcajadas.

—Por cierto, mi amor —digo entre risas —. Te veías preciosa.
 

—... Entonces Ian cambio la nota de su boletín de una D a una A —la mesa ríe.

—¿Y cómo se dieron cuenta que había cambiado sus calificación? —pregunta Megan.

—Porque el chico listo solo le puso una raya en medio a la D y creyó que nosotros pensaríamos que una A —reimos más fuerte.

Ian cubre su rostro con una mano.

—En mi defensa, era un niño y creí que sería una buena idea.

—Hijo, tenías 12 años en ese momento —revela —. Soy tu padre pero no puedo defenderte tanto.

Rió más fuerte que los demás.

—Recuerdo ese día. Me parece que te dije que no iba a resultar —comento.

—Tu tampoco tenías fabulosas ideas en ese momento, pensé que podrías equivocarte —contesta —. Y a fin de cuentas, ¿Cómo terminamos hablando de mi?.

—Amigo, todos hemos tenido una anécdota penosa y era tu turno —respondo.

Me muestra su dedo medio haciéndome reír.

—Si seguimos contando anécdotas graciosas de los chicos estoy seguro que vamos a durar varios días aquí —señala Jonh —, yo no estuve en la mayoría, porque a fin de cuentas los conocí cuando prácticamente eran unos hombres pero recordar ese momento y verlos aquí sentados frente a mi, me llena de orgullo —sus ojos se llenan de lágrimas —. Estoy muy orgulloso de ustedes y estoy seguro que todos en esta mesa se sienten igual, ver cómo superaron ese mal momento y convirtieron esa mala experiencia en algo alentador para llegar hasta aquí. Les agradezco de todo corazón haber encontrado la fuerza para llegar hasta aquí. Los quiero muchísimo, chicos.



#28800 en Novela romántica
#18231 en Otros
#2729 en Humor

En el texto hay: secretos, superacin personal, amorjoven

Editado: 05.05.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.