Ruse in the Drift

Capitulo IV

Hallie despertó aquella mañana, después de un sueño intranquilo. Despertando con una mirada un tanto sosegada y un vasto cansancio. Rachel lo notó, se encontraba en el escritorio que estaba junto a la cama, tal parecía que hablaba con alguien pues dejo su celular rápidamente.

-Hola, despertaste- comentó para después sonreír. Hallie bostezo y termino por sentarse en la cama. Rachel tomo de nuevo su celular y dijo al receptor: -hablamos luego de esto.

-¿Quién era?

-Cuestiones de un nuevo trabajo que conseguí. El jefe tiene ideas locas cada día. –Suspira y observa su celular para después colocarlo en uno de los cajones de aquel escritorio, y dice: -Y bien, ¿Cómo dormiste? Supe que llegaste un poco tarde.

-Terminaba de inscribirme en algunas actividades, quizá despejarme no me hará mal.

-Eso es bueno, pero hey, ¿Qué te parece comenzar toda esta manía de una buena forma?

-¿A qué vas con eso?

-Esta noche los alumnos realizaran una fiesta como festejo por los de nuevo ingreso, ¿te interesaría ir?

Hallie lo pensaba. Quizá sería buena idea. Despejarse de todo lo que hay y de lo que pueda haber. Lo podría lamentar, eso es obvio. El alcohol seria abundante y un gran dolor de cabeza estaba bastante asegurado.

Aun así, ella debía saber que un pequeño descanso antes de todo aquello no estaba de más. O podría negarse y prepararse. O ir, escapar un poco de la realidad, sus efectos y así estar más relajada. Casi había perdido parte de su atractivo por culpa de la misma incuria, años atrás, cuando todo aquel mal había empezado. Desde ese entonces la mayor parte era abulia y solo eso. Un cambio de rutina probablemente la estaba mejorando. Ahora solo estaba rodeada de personas petimetres y fatulas que no hacían más que dañarla más de lo que ya estaba.

Aquella invitación seria efímera y no traería mucho que desear. O quizá sí, nada estaba asegurado más que el mismo arrepentimiento. Aun así, sería bueno una mente despejada.

Hallie caminaba por aquellas calles tan solitarias. Como si ningún ser estuviese presente. Ella en esos momentos no pensaba en nada. Solo quería que sus pensamientos abordasen nada más que optimismo.

Era un lugar donde reinaba un profundo silencio en toda la vasta extensión de aquella tierra.

Aun a pesar de aquel silencio, comenzaban a venir grandes remordimientos a su mente. Eran recuerdos, recuerdos que simplemente se mantenían en cada rincón de su memoria y que quizá no la dejarían en paz hasta que ella pudiese sobrellevar todas esas situaciones.

Aquel absurdo silencio, era como recordar vívidamente un sueño. No; revivirlo. Al seguir caminando volvió a invadirle aquella extraña sensación que era casi euforia. El cansancio se volvía notable cada vez más. Tan solo debía recordar que aquel día se había comprometido a asistir a aquella fiesta de bienvenida. Esos recuerdos vagos le comenzaban a sentir que no fuese. Probablemente era una advertencia. No lo sabía.

Hallie Wenzel. Estaba sosegada en aquel callejón. Eran recuerdos que estaban viviendo ese mismo momento. Los mismos pensamientos y sentimientos de años pasados. Que, probablemente, ya no eran necesarios de recordar.

Hallie volvió a la Universidad. Donde se encontró a Rachel caminando por aquel pasillo, que en esos momentos se encontraba vacío, pues todos se encontraban quizá preparándose para esa gran noche.

-hola, linda- dijo Rachel sorprendida por verla.

-Hola, Rachel. - saludó con desidia.

-vaya, te veo salir de la habitación y vuelves después de tan solo 15 minutos.

- ¿15 minutos? ¿Solo han pasado 15 minutos? ¡¿Camino por largo tiempo en los callejones y solo han pasado 15 minutos?!

Y era cierto, quizá aquello le había hecho pensar que había transcurrido más tiempo. Solo se había enfocado en recuerdos que ya no importaban probablemente. Y eso loa hizo perderse incluso del tiempo.

-si... solo 15 minutos... ¿Sucede algo? - cuestiono Rachel.

-No... Olvídalo. Creo que estoy en haronía o algo parecido. Solo necesito un poco de tiempo.

-oh... está bien. Supongo. Aun así, no faltes a esta noche.

-Confía en mi palabra. - dijo finalmente para dejar a Rachel detrás de ella mientras comenzaba a caminar por esos largos pasillos solitarios de la universidad Illinois.

La candente tarde de agosto en que Hallie Wenzel comenzaba a sobrellevar aquellos recuerdos vividos, después de una imperiosa agonía que no se rebajó un solo instante ni al sentimentalismo ni al miedo

Solo reinaban esos pensamientos de nadería. Intentando elucidar aquellas situaciones.

Hallie camino hacia la biblioteca, la cual se encontraba al final de ese gran pasillo. Había un aura bastante solitaria. Tanto que parecía casi apócrifo ante la falta de presencia.

Se dirigió a uno de los pasillos donde se encontraban nada más que historias de acción y ficción.

Probablemente siquiera prestaba atención a cada uno de los libros que observaba. Su mente estaba vagando por rincones indescriptibles.

Al pasar por una gran cantidad de libros, su vista se había posado en uno, el cual, tenía un título algo extraño, su descripción no era del tanto interesante pero la portada sí que llamaba la atención.

Hallie sin decir nada al respecto lo tomó y se dirigió una de las bancas, que, según ella, se encontraba vacía.

Los minutos transcurrieron, ahora pasaban bastante lento a su parecer. Las manecillas del reloj parecían rodarlo lentamente. Con pasos infinitos.

26... 27... 28... 29...

Ahora marcaba las 5: 59. Un lapso bastante corto después de mirar nuevamente el reloj.

41... 42... 43... 44...

Nuevo tiempo. Segundos que parecían horas. Y momentos que simplemente no avanzaban.

54... 55... 56... 57... 58

Finalmente. El reloj ya marcaba las 6:00. Aunque realmente parecía poco como el tiempo había transcurrido. Media hora dentro de pocos segundos.



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En el texto hay: asesinatos, secuestros, romance accion y tragedia

Editado: 24.04.2020

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