Ryan Gibbs

Capítulo 4

Cerré la puerta del armario de la cocina donde tenía los platos y las tazas y serví un pequeño desayuno antes de salir a la ciudad de compras. Mi hermana y su amiga, cuando entraron por la puerta, fueron a sentarse a la barra de desayuno mientras que me cambiaba la camiseta por algo decente como unos vaqueros, una blusa y unas zapatillas.

—Me sigo sin creer la historia de la fuga del gato hermanita. Sabes que no soy como mamá que juzga a las personas por las cosas que hacen— tomó un sorbo de café seguido de un trozo de tostada y se relamía los labios pintados de rosa. Marie, su amiga, y yo seguíamos sus mismos pasos mientras la escuchábamos.— además, necesitas confirmar un acompañante para mi boda y se te acaba el tiempo. Se que la vergüenza te hace pasar malos momentos, así que si quieres puedo pedírselo yo en persona, con eso lo conozco antes que nadie.— El café casi emprende otro camino diferente al que se le asigna al escuchar esas palabras. Marie daba pequeños golpecitos en mi espalda para ayudar a calmar un poco la tos que me atacaba mientras que mi hermana tamborileaba en la taza y se reía a consta de mi reacción.

—Tú se supone que debes estar nerviosa con tu inminente boda, no planeando mi muerte con un sorbo de café.

Terminamos de desayunar y mientras que yo le ponía algo de comer al pesado del gato, ellas salían a la puerta mientras me esperaban. Recogí mi bolso del suelo y salí cerrando detrás de mi la puerta encontrándome con ellas en la principal.

Anduvimos por la ciudad hasta llegar a la pequeña tienda de trajes de boda.

Mi hermana y su amiga entraron en los vestidores para cambiarse a sus trajes de gala.

La primera en salir fue mi hermana, April, con imponente vestido de boda blanco, pomposo desde la cintura para abajo y con palabra de honor. Tenía su pelo rubio, que naturalmente es pelirrojo, recogido en un moño mientras que daba vueltas intentando mirar desde todos los ángulos posibles el vestido.

—Cada vez que lo miro me enamoro más de él.—Dijo mientras daba pequeños saltitos y aplaudía de una forma muy ridícula.— Marie sal ya.

Marie salió después del llamamiento con un vestido en cascada aguamarina, con el pelo, moreno, igual recogido que April y dando vueltas como ella hizo antes. La dueña de la tienda, que era también la que atendía, miraba la rara escena desde una esquina de la habitación donde estábamos.

—Estáis guapísimas las dos, ¿hace falta algún arreglo más?— añadió mientras ayudaba a que el vestido quedara un poco más pomposo y le quitaba las pocas arrugas que podía tener.

—Por ahora creo que esta bien— agradeció mi hermana antes de que las dos se volvieran a meter en el probador para cambiarse.

Acompañar a una chica a la prueba de su vestido de novia un día está bien, pero al tercer día ya cansa. Y mucho. La señora de la tienda andaba de arriba para abajo con distintos trajes y colocándolos en diferentes percheros mientras que sostenía el teléfono inalámbrico entre su oreja y el hombro.

La campanilla de la puerta de entrada sonó, empecé a quitarme pelusas imaginarias de la ropa y la mujer se dirigió a la persona que acababa de entrar para saludarlo.

—Nathan, que guapo estás.— Abrazó al chico a modo de saludo y yo seguí con mi acción mientras escuchaba. —No sabes lo bien que me viene ahora mismo tu ayuda hijo, los días en los que traen mercancía de la próxima temporada son devastadores y yo ya tengo una edad como para dar tantas vueltas de arriba para abajo. Agarra estos y llévalos hasta allí al fondo.

Justo cuando pasó el chico por la puerta de los probadores mi hermana y Marie salieron, quedándose embobadas mirando al pobre chico que como podía miraba por encima del montón de ropa que tenía entre sus brazos para no tropezarse.

—Si llego a saber esto me hubiera arreglado más.— Marie con una mano sostenía el vestido de dama de honor y con la otra se quitaba las arrugas de su vestido primaveral y se arreglaba el pelo. La señora se volvió a acercar a ellas y les quitó los vestidos de las manos antes de colocarlos en un perchero separado de los otros.

—Es amigo de la familia, hacía mucho que no lo veía, pero siempre que viene intenta ayudarme. Si queréis os lo presento, ya que él es el que estará la semana que viene en la última prueba, tengo un compromiso y dudo que yo llegue a tiempo.— Llamó al chico para indicarle que soltara los trajes en cualquier lado que pudiera y se acercara.— Nathan, estas son Marie, April— les dio un cortés beso en la mejilla a cada una cuando las nombró. Yo me levanté de mi asiento cuando ya me tocaba mi turno— y su hermana...

—¿Dietrick?— cortó a la mujer antes de que ella dijera mi nombre. Con cara sorprendida miré al chico a los ojos para darme cuenta de quien era.—No me digas que estás buscando traje de novia para casarte con tu gato, creía que no era posible la relación con un animal.— Puso una de sus manos en su estómago antes de soltar una carcajada que inundó toda la habitación donde estábamos. Las tres mujeres nos miraban con caras extrañas y yo notaba como se me subían los colores.



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En el texto hay: arte, amor, fugitivo

Editado: 17.09.2018

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