Sabor a Café

Capítulo 1 - "Janeth"

— Señora, que la recarga ya salió.
— A mí no me enreda con cuentos muchachito ¡Devuélvame el dinero ya!
— Disculpe señora, no puedo devolverle el dinero porque...
— ¡LE HABLARÉ A LA POLICÍA!
— Entonces háblele ya. Tome el teléfono. Háblele — Mi voz es soluble aun con la rabia que tengo. La señora abre sus ojos como platos y sus cejas se arquean amenazando con salirse de su rostro
— Nunca nadie me había hablado así. — Dice ella con un gesto altivo.
— Señora, discúlpeme. Pero me levanto todos los días para ganarme el dinero que trabajo honradamente, por eso estoy aquí ofreciendo este servicio, estaría en la calle robando.
— Lo sé, No le hablare a la policía.
— Gracias. — Digo con alivio.
— ¡LE HABLARE A SU JEFE! — Dice ella finalmente levantándose y tomando su bolso de mano. Me recargo en la mesa de los dulces boca abajo tratando de aclarar mis pensamientos. ¿Por qué tenía que vivir todo eso a diario? Algunas personas me preguntan porque me quejo a sabiendas de que solo debo estar sentado en una silla. Pero es más que eso, cosas como estas pasan sin falta en este Cyber y la gente siempre está inconforme ¡El cliente nunca tiene la razón!

— ¡BUENAS! — Dice alguien desde afuera sacándome violentamente de mis pensamientos. <Ah, ahora que...>

— A la orden bien pueda siga.
— Deme media hora — Dice una muchacha acomodándose en el computador de la esquina. ¿Qué era lo que estaba pensando? Lo olvide, Gracias niña.

***

Me encuentro cerrando el local en el que trabajo y lo más difícil esto es entrar los letreros, debo sacar entonces el palo de la escoba.

— Hola hermano — digo subido en una silla y con un cartel en la mano.
— Que paso con la señora Dora. — Me reclama él.
— Yo solo...
— Joe, estamos para atender a los clientes no para gritarles. — Me interrumpe muy molesto.
— Daniel, sabes que no soy así, ella me grito primero. — Trato de aclararle.
— Como sea, no te puedes poner a su nivel, somos gente decente. Era mejor llamar a la policía.
— Yo trate pero... Ah. — Digo con desanimo, es imposible tratar de aclararle algo a mi hermano.
— Espero que esto no vuelva a pasar. — Dice frunciendo el ceño. Como mi jefe puede que tenga razón pero como mi hermano no, ¿puede él algún día entenderme? No sé cómo rayos hago para responder a tiempo con los trabajos del colegio, ya que cuando estoy llegando de la jornada escolar solo tengo tiempo de almorzar, luego salgo a trabajar. Siempre debo hacerlos cuando vuelva, mi vida es un completo desastre y ya ni tomar café me despierta de tantas noches en vela.

¿Porque no hice este proyecto ayer? Está muy largo...

***

Ya sonaba la alarma, me di cuenta que el sueño me pudo y no hice los deberes. Debo completar todo antes de irme, por eso es que llego tarde al instituto. Ya en clase me saca de estrés ver a la profesora de Ecoformación con su peinado de dora la exploradora. No me puedo concentrar.

— Pssd, Joe. Alguien quiere hablar contigo en el descanso — Me dice Lina.
— Que cosas dices, ¿Quién es? — Digo confundido.
— Los jóvenes de atrás, Si-len-cio. — Dice Dora la exploradora, es decir, la maestra. Cuando el timbre suena me acerco a Lina para preguntarle y no le alcanzo a hablar cuando ella me dice.
— Mira hacia la ventana. — Obedezco.
— ¿Qué es lo que quiere? — Le digo a mi amiga.
— ¡Pues averígualo Campeón! — Dice ella con acento español. Era la chica que llegó después de la señora Dora, tal vez me quiere pedir ayuda con el taller que la maestra de Inglés les ha puesto a los del grado b. Que excusa me invento para decirle que no quiero ayudarle.
— ¡Hola! — Me dice cuando me faltan al menos cinco metros para llegar.
— Hola... — Hay unos segundos de silencio incómodo. — ¿Puedo ayudarle en algo?
— Si, bueno no. Es que me pareciste muy simpático la otra vez y pues quería saber si podíamos salir o algo. — "Como lanzada la muchacha" pienso inevitablemente.
— Pues... Como sabrás trabajo en el Cyber y no puedo salir en la tarde.
— ¿Es un no? — Dice con un puchero.
— Bueno, pues...
— Hoy te acompañaré en la tarde. ¿A las tres y media? Vale a esa hora. Adiós. — Dice sonriente y se va hacia los laboratorios.
— Si claro, a esa hora. — Contando que no me dejo hablar.

***

No me percaté que ya había sonado el timbre y alcanzo a entrar a escondidas del profesor de sistemas.

— ¿Saldrán? — Dice Lina curiosa.
— Déjame llegar. — Digo agitado por las escaleras.
— Vengan, Joe ya tiene novia. — Dice Lina llamando a mis otras amigas. Preguntas como Joe ¿cómo se llama? ¿Quién es? ¿Ya se besaron? ¿Por qué no nos contaste? Rechinaban por todo el salón de clases.



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Editado: 17.03.2020

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