Sacrificio [yo soy fuego]

Capítulo 31

La muerte 

Darleen 

Tan solo han pasado un par de horas desde que mi encuentro con Wrath antes de que fuera interrumpido por la grandiosa presencia Jace y aun así todos dentro y fuera del reino sigue estando de la misma forma puedo sentir el caos y oler a la oscuridad a través de las paredes llamándome.

Su tranquilidad y el silencio que antes hacia perfectas mis estancias dentro de mi propio hogar han sido reemplazados por risas de una bebé a la que detesto con toda mi alma y todo ese amor que ahora todo el mundo le brinda se convertirá en dolor y pena sobre todo en pena que a mí me dará tener que pretender ser la hermana mayor comprensiva la que debe limpiar las lágrimas de una madre desconsolada por la muerte de su primera hija que gracioso suena una vez que lo pienso más en grande quizás sea el momento perfecta para que Abbey comience a experimentar el dolor.

Alexia me ha informado que hoy se celebrara una cena familiar como regularmente se están llevando a cabo. Mera y Jakov también estarán presentes en esta cena, pero eso no es de mi completa importancia mucho menos tener que asistir a sus cenas familiares es algo que me importe.

Todo el mundo piensa que por ser bonita debes de tener el corazón puro y lleno de bondad claro, no todas las personas con belleza son buenas y mucho menos son generosas y bondadosas. Mi corazón es de hielo y si no te andas con cuidado te puede quemar con el frio que este desprende cuando lo intentas tocar. Sin corazón, sin emociones nadie te puede lastimar algunos demonios renuncian a los sentimientos para evitarse dolor yo evito el dolor como un ser sobrenatural, pero eso no significa que con o sin emociones no puedas experimentar dolor.

—Está todo listo —me informa Alexia a mis espaldas— ¿Necesitas algo más?

Asentí sin retirar mi vista del paisaje.

La briza nocturna golpeando mi rostro y haciendo bailar mi larga melena hacia atrás primera y luego hacia adelante.

—Necesito que me des permiso de beber tu sangre —dije sin pudor alguno.

—Sabes que no necesitas pedirme permiso para hacerlo —Alexia. Oh mi querida y pequeña Alexia, espero que aprendas a ser fuerte y a no dejar que ningún hombre te posea como suya ya que siempre serás mía. Quien se atreva a ponerte una mano encima entonces conocerá la malvad de mi presencia; nadie te puede amar tanto como yo lo hago.

Me gire sobre mis palones encontrarme con la imagen del cuello despejado de mi dulce y pequeña guerra frente a mí. Deslice una de mis manos por su cuello hasta su nuca y la otra por su cintura acercándola más a mí. Desnude mis colmillos acercándome lentamente hasta su cuello. Sentí como su cuerpo se comenzó a tensar del placer mucho antes de clavarle mis colmillos en su piel. Cuando perforé la piel y encontré la vena comencé a succionar su sangre de forma lenta y cuidando no hacerle demasiado daño. No estoy lista para perderla a ella.

Cuando un noble te da el permiso de beber su sangre también te da el permiso de divagar por sus recuerdos, antiguos o actuales y esta mujer ha tenido un par de noches demasiado activas.

En cuanto terminé de beber su sangre fui de lo más cuidadas al momento de alejarme de su cuello y no terminar matándola. Solté un suspiro demasiado profundo antes de limpiarme las comisuras de mis labios con el dorso de mi mano.

—Intenta no perder la calma cuando Bain o Lara te pregunte que te paso en el cuello —volví a hablar con demasiada seguridad— tienes que decirles exactamente lo que te dije hace rato, tú no fuiste capaz de verle la cara solo intentaste defenderla y te clavo los colmillos y haciéndote perder el control completo de tus facultades mentales.

—¿Me crees tonta o algo por el estilo? —pregunto indignada—. Yo no soy como tus hermanas al contrario yo soy mucho mejor que ellas dos juntas y lo sabes.

Sonreí.

Simplemente sonreí por qué se le olvida que puedo leer sus pensamientos y sé que se pone celosa que la haga sentir menos de lo que es en realidad para mí.

Me volví a acercar hasta quedar a milímetros de su rostro de Alexia, dejé caer mi frente sobre la suya como gesto de perdón.

—No necesitas ponerte celosa —dije—. Nunca nadie podrá ocupar tu lugar, Lexia. Ahora necesito que seas mi mejor arma como siempre. Qué juegues todas esas buenas cartas a nuestro favor, pero sobre todo que sea la chica que todos aman y quieren.

—Solo si al final obtendré una muy buena recompensa después de hacer esto.

—La tendrás te lo prometo —atrape sus labios con los míos cerrando mi promesa—. Tendrás lo que quieras siempre y cuando todo salga de acuerdo al plan.

—Todo saldrá perfecto.

Su voz me demostró demasiada seguridad de sí misma y eso me agrado.

Salió de la habitación dejándome sola como se lo había pedido, rápidamente me acerque hasta la puerta de mi habitación para cerrar la puerta con seguro ya que saldré por la ventana y no necesito que entren y vean que no estoy aquí cuando venga a buscarme o tal vez nos encontremos por los pasillos nadie sabe.

Todos los descendientes de Adalyn portamos algo debajo de nuestra piel que nos hace completamente especiales, Bain demostró ser demasiado bueno para controlar las emociones de los demás, pero también alterarlas y ahora solo falta ver de qué madera está hecha nuestras pequeña y dulce niña Abbey, nunca antes ha demostrado tener algún don por lo que posiblemente eso retrase su coronación yo tengo muchos dones pero me gusta siempre utilizar en de la muerte, ese es mi favorito seguido de poder leer los pensamientos de los dos y ver su pasado, presente y futuro.

Salí por mi ventana como lo habías planeado y comencé a escalar y a escalar hasta llegar a la torre en donde está la habitación de la bebé, aun sigo sin recordar cuál es su maldito nombre, pero ahora menos que antes debería de ser lo que me importe conocer a estás altura del partido de nada me serviría conocer el nombre de un cadáver.




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