Sadistic

Il Principe

Me sentía desconcertada, no entendía lo que estaba sucediendo, la persona que hubiese pasado mis cosas a esta habitación sabia que estaba sucediendo, muy posiblemente fueron los conserjes, ¿Pero cual de los 5?

-¿Bella estas adentro?- escuche una voz por fuera de la habitación.

-Ehh..- Titubee tras la repentina visita, agarre la caja y la metí por debajo de las sabanas tapándola torpemente con los almohadones.-¡Pasa!- 

-Hola- Pronuncio Evangeline, mientras entraba a  mi habitación

Evangeline Barley iba en la misma clase que yo, no hablábamos tanto, pero de pequeñas éramos buenas amigas.

-Hola Eva- Pronuncie rápidamente, en esos momentos no podía verme más sospechosa.

-Vengo a dejarte esto- dijo estirando un sobre hacia mi

Sentí como un sudor frio recorrió mi espalda al ver aquel sobre, lo único en lo que podía pensar, es que era alguna otra nota, mi miedo era notable.

-Te pusiste pálida Bella, ¿Estas bien?-Pregunto preocupada posando su mano sobre mi frente.

corre, corre corre, corre -Escuchaba unas voces susurrando en mi cabeza.

-¡TÚ!-Vocifere señalándola con el dedo

-¿Que te sucede?- pregunto Evangeline dando unos pasos hacia atrás del susto.

CORRE, CORRE, CORRE, CORRE-gritaban aquellas voces.

Mi única reacción fue llevarme las manos a los oídos tratando de silenciarlas.

Y como aquella vez con Violetta, mi vista empezaba a nublarse, Agarre el sobre que cargaba Eva en las manos y salí corriendo fuera de la habitación.

-¡Eh Bella!- escuche el grito desconcertado de Evangeline.

No preste atención y solo corrí por los pasillos del internado, tratando de silenciar aquellas voces que me gritaban. Llegue a los baños y me encerré en uno de ellos. 

-¡Silencio!- vocifere, golpeándome la cabeza con las manos.

-¿Por que nos callas?- escuchaba como 5 voces a la vez con un eco que lastimaba mis oídos

 -Por favor, silencio- Imploraba

-Mírate al espejo Bella- Escuche una sola voz. 

Sali del sanitario y me acerque lentamente al espejo que se encontraba colgado en la pared, era un espejo largo y grande que ocupada toda la mitad de la pared de arriba.

-Mi vista se fue aclarando y sentí tranquilidad por un par de segundos-

Hasta que pude ver una mano que subía por mi hombro lentamente hasta llegar a mi cuello, no la sentía pero la podía ver en el espejo, en aquel momento sentía un miedo indescriptible, las lagrimas rodaban por mis mejillas hasta caer al suelo. Pero no podía gritar, no podía hablar, sentía un nudo enorme en mi garganta que me cortaba la voz.

-No llores ragazza, no te haremos daño- Escuche los susurros - 

-¿Q..Quién eres?-titubee mientras trataba de hablar.

-Eso lo decides tú- Respondió- Podemos ser amigas, enemigas o puedes ser solo una marioneta nuestra-

Trague saliva con fuerza y respire hondo.

-Lee lo que tienes en las manosEscuche aquellas voces con eco.

-Mis manos temblaban y se me dificultaba abrir el sobre, dentro de aquel sobre, solo se encontraban una carta y por dentro una pluma negra.

Abrí la carta lentamente que se encontraba doblada por la mitad.

-Levante mi mirada hacia el espejo y me tranquilizo el ya no ver aquella mano        

-Levante mi mirada hacia el espejo y me tranquilizo el ya no ver aquella mano. Pero aun sentía que alguien me estaba vigilando, como 100 cámaras que me rodeaban en ese momento.  Y escuchaba murmullos por todas partes. No entendía muy bien que me estaba ocurriendo, no sabia si debía hablarlo con alguien o esperar si seguía. Tenia miedo. 

Agarre la carta y la introduje en el sobre nuevamente junto a la pluma, el recuerdo de haber dejado a Evangeline en mi habitación regreso a mi mente, Todas mis notas estaban en la cama. 

Sali corriendo del baño hacia mi habitación, pero al cruzar por los pasillos sentía como unos ojos me seguían. Llegue a mi habitación y la puerta se encontraba entre abierta.  Al entrar mi sangre empezó a hervir de cólera. Todas los almohadones se encontraban en el suelo y la caja junto con cada una de las cartas y notas se encontraban regadas en la cama. 

Sali de la habitación  dando zancadas, baje por las gradas con un paso apresurado, debía ir al comedor ya que todas las alumnas debían de estar ahí. Entre al comedor tirando las puertas, y varias de mis compañeras me voltearon a ver al darse cuenta del golpe que le di a las puertas

-¡Bella!- escuche la dulce voz de Morgan, aun que mi furor era mucho más fuerte para poder poderle la atención necesaria 

-¡Como te atreves!- arremetí contra Evangeline, dándole un golpe con mis nudillos a la mesa en donde se encontraba.

-¿Estas bien Bella?- Contesto Evangeline sin entender la situación.

Agarre a Evangeline por su Americana y la acerque a mi con ira- ¿¡Como te atreves a tocar mis cosas!?-vocifere 

Escuchaba las voces de mis demás compañeras pidiéndome que me tranquilizara

-¡Pero yo no se de que estas hablando!- Contesto Eva confundida por mis acciones.

-¡Te juro que me las vas a pagar! Respondí proporcionándole una cachetada. 

-¡Troia! -grito Evangeline, Luego de lanzarme una patada en mi estomago, logrando sacarme el aire. 

-Cazzo- Masculle, La sujete por el cabello logrando botarla de su banco.

Evangeline no se quedo quieta y empezó a tirarme patadas y puños, definitivamente me dolían, pero en esos momentos mi cabeza solo gritaba, ¡Golpéala, golpéala! Ni siquiera escuchaba los gritos a mi alrededor e ignoraba las manos de mis compañeras tratando de separarnos.



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En el texto hay: asesinatos, suicidios, ezquisofrenia

Editado: 18.07.2020

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