ENTONCES TENEMOS QUE LIDIAR...
Panther, miró el reloj, eran las cinco en punto, la hora en que tenia que pasar a la oficina de su hermano para ir por la secretaria de su hermano. Una leve sonrisa se asomó en sus labios, los chicos sobre todo ellas, las cinco jóvenes estaban emocionadas por conocer a una verdadera bailarina de ballet. Les interesaba más al enterarse de que había sido muy conocida en el mundo entero.
Salió de la oficina poniéndose la chaqueta de motociclista y miró a su secretaria prepararse para salir
- ¿Lista para volver a casa? - preguntó ajustándose la prenda de cuero sobre sus hombros.
- Si - asintió colgando su bolso que se veía enorme en su pequeña estatura -, me espera más trabajo en casa. Di tiene que llevar una maqueta y Ron está confundido con su tarea de matemáticas, así que como vez una madre no descansa, sobre todo una madre soltera como yo.
- Si necesitas ayuda extra llama a cualquier hora, estaré encantado de ayudar con las matemáticas - dijo caminando a la salida con Samara a su lado -. Esta noche no podrá ser, ahora mismo voy por la señorita Kuztnikova, ha aceptado ir conmigo al estudio para hablar con los chicos...
- ¿Es la secretaria de tu hermano? - Preguntó deteniendo un poco sus pasos -, alrededor de medio día la vi salir apurada de la dirección, no se veía muy bien.
- ¿Salio? Bueno quizá ya regreso - levantó los hombros e hizo el movimiento para ir hacia el lado opuesto de la planta.
- No ha vuelto - lo detuvo deteniéndose en frente a los escalones que bajaban -. Antes de terminar fui a la oficina de tu hermano y él estaba solo, por cierto de muy mal humor. Nunca lo había visto así, normalmente él es mi favorito, pero...
Panther miró hacia la puerta cerrada de la dirección y sin decir una palabra fue hasta ahí. Desde el lunes cuando lo descubrió a punto de besar a su joven empleada lo había notado muy extraño, incluso fue capaz de llevar a Mandy a la oficina. Ryder no era un hombre que involucrara a sus amantes en el trabajo, siempre se mantenía sus asuntos íntimos fuera de Construcciones King y el hecho de que llevara a la rubia allí le pareció muy extraño, incluso lo fue más cuando la visita de ella se dio en dos ocasiones. ¿Qué jodidos estaba pasando?
Abrió la puerta, el escritorio de Lena Kuztnikova estaba vacío. Una maldición salió de la puerta cerrada de la oficina, Panther sonrió burlón y fue hasta la puerta jalandola para abrirla. Ryder estaba rodeado de facturas con el cabello rubio despeinado, sus manos estaban en sus sienes como si quisiera calmar un dolor de cabeza.
- ¿Que pasa hermano? - Preguntó cruzando los brazos parado junto a la puerta -, ¿No puedes con el trabajo? No debiste darle permiso a tu eficiente secretaria, ella puede con los presupuestos hasta con los ojos cerrados.
- No le di permiso de nada, ni siquiera para que renunciara - gruñó Ryder de muy mal humor.
- ¿Qué? Se irguió cuán alto era y dio un par de pasos hasta su hermano -, ¿Por qué? ¿Qué demonios fue lo que pasó?
- No es de tu incumbencia - los ojos enrojecidos lo miraron irritados -. Sólo renunció. Una mujer como ella, trastornada tiende a actuar imprevisiblemente.
- ¿Por qué dices eso?
- ¿No lo sabes? - Dejó caer las manos sobre el grueso cristal ahumado de su escritorio -, estuvo por años internada en un hospital, de esos para problemas mentales.
- No por eso puedes asegurar que esté trastornada - replicó Panther recordando la serenidad y calma que siempre poseía la mujer -. Yo no la veo así.
- Quizá está vez perdió los estribos - levantó los hombros apartando la mirada de los intensos ojos azules.
¡Mierda! Se mordió el labio inferior mientras amontonaba las facturas frente a él. No le gustaba mentir le a su hermano, pero no quería que supiera que gracias a su estupidez había hecho que Lena renunciara. Suspiró y se levantó dejando aquel desorden; mañana llevaría todo al departamento de contabilidad, ellos se encargarían desde ese día de los presupuestos.
Panther frunció el ceño, había algo en todo aquello que no le gustaba mucho. Miró a su hermano ponerse la chaqueta de lona, había estado apartando su mirada mientras le decía los motivos por los que su secretaria renunció. No era muy fácil a veces leer los gestos de su hermano, pero ahora era como si le fuera muy difícil esconderlos.
- ¿Tienes la dirección de ella?
Ryder levantó la cabeza de golpe. Entrecerró loa ojos y en su semblante se dibujó una expresión de enojo.
- ¿Para qué quieres saberlo?
- Ella y yo tenemos un asunto - respondió tranquilo aunque con el ceño fruncido -. Quedamos de vernos a esta hora.
- No, no la sé - movió la cabeza bajando la mirada buscando algo en los bolsillos de sus vaqueros.
- Bueno, tendré que averiguarla a mi manera - se giró para salir.
- ¿Por qué no vamos a tomar unos tragos? - lo detuvo con esa pregunta antes de que saliera de su oficina -, si la señorita Kuztnikova hubiera querido seguir con la cita que tenia contigo hubiera ido a tu oficina para avisarte de su nueva situación y darte en persona su dirección, ¿No crees?
En es instante Panther lo supo, ¡Algo había pasado para que ella renunciara! Bajó un poco la cabeza mientras ideaba algo para negarse a salir con él. Encontraría por su cuenta la dirección de la señorita Kuztnova e iba a enterarse de lo que había pasado.
- Lo siento Ry, pero tengo que ir al estudio esta tarde -, se disculpó manteniendo su interés en saber sobre Lena Kuztnikova oculto de su hermano -. Podríamos vernos más tarde, pero no sé si estaré demasiado cansado después de tres horas con los chicos.
- No te preocupes - suspiro Ryder posando la mano sobre la chaqueta de cuero -, estoy exhausto. Puede que no salga de casa esta noche. Tomaré algunas copas, si quieres puedes pasarte.
- Lo intentaré.
Dicho eso salió, fue hasta Jessy le sonrió inclinándose sobre el mostrador de la recepción.