Salva a la villana

Capítulo 9: ¡¡Aparece un demonio mayor!!

Capítulo 9: ¡¡Aparece un demonio mayor!!

Kijiro corrió directamente a las feroces bocas de la araña gigante sin detenerse aún cuando sintió un aire caliente, pero la niebla negra lo protegía; eso sentía en todo el cuerpo.

La araña realizó un mordisco poderoso, logrando arrancarle el brazo derecho al niño envuelto en niebla.

Kijiro sintió un fuerte dolor proveniente del brazo derecho que no tenía ahora, pero la ira, tristeza, resentimiento que está sintiendo es mucho más fuerte y está pensando para lograr despertar la habilidad con la que había asesinado a criatura de veinte metros de un veneno. No se activa.

Kijiro fue lanzado unos cuatro metros por una embestida de la araña gigante de siete metros y se arrastró por todo el suelo, cayendo de espaldas con fuertes cortadas y sangre cayendo al suelo…

Levantándose sintió que la niebla negra que lo envolvía desaparecía en el interior de las heridas y no volvió a salir más. Ahora está regenerando las heridas sangrantes como si nunca se hubiese herido en primer lugar.

Kijiro observó que las heridas habían desaparecido en unos segundos y tiene todas las fuerzas, pero no cree que tenga una oportunidad de asesinar a la araña; aún es un niño de solo seis años de edad que no logra sacar la extraña niebla.

Sintiéndose húmedo corriendo en las mejillas, se tocó con la mano izquierda y sintió las lágrimas escurriendo por las mejillas, llorando por la desesperación de no lograr cumplir la venganza de los niños pequeños.

La araña gigante no fue suave y al siguiente instante que se tragó la mano derecha del niño humano quería comer más; rápidamente deslumbró que la niebla negra desaparecía y sin esperar aceleró directamente al niño quieto, llorando e iluminado por la luz de la luna.

Kijiro levantó ligeramente la vista y vio que la araña estaba corriendo y lista para tragárselo; viendo las feas bocas con dientes puntiagudos del enorme animal, sabe que no tiene escapatoria y la muerte inminente solo espera.

La enorme araña llegó en unos pocos pasos firmes al niño que solamente veía con horror cómo sería comido, pero al siguiente momento nunca llegó la mordida.

Kijiro abrió mucho los ojos al ver que la araña sale disparada para atrás con un fuerte empuje, y deslumbró la figura heroica del mismo hombre que se llevó a Layla.

Sintiéndose muy irreal al ser salvado por un cazador de demonios, pero lo que no prestó atención fue que este tipo está en muy mal estado, la armadura destruida, llena de sangre y tripas de monstruos. El rostro del cazador de demonios está al descubierto, dejando ver un rostro hermoso de un hombre joven y frialdad en los ojos de zafiro.

El cazador de demonios volteó ligeramente la cara al ver al niño herido sin brazo derecho y habló: —Niño, voy a detenerlo; será mejor que te vayas y rápidamente informes a los aldeanos que hay una mazmorra de demonios —dijo con una voz helada sin emociones, viendo directamente a los ojos sin pupila de Kijiro.

Kijiro sintió un fuerte dolor en el pecho al escuchar las palabras resueltas del cazador de demonios y rápidamente preguntó —¿Usted estará bien?, ¡Muchas gracias! ¡Gracias! —dijo con una voz chillona y emocionada al saber que no moriría aquí y los niños serían vengados.

El cazador de demonios responde: —Voy a morir y retrasaré un poco a los demonios; salvar a los débiles es mi deber, niño. Será mejor que te vayas —dijo con calma y los ojos helados ahora un poco suaves.

El cazador de demonios observó todo lo que había pasado y deslumbró la magnífica habilidad del niño mestizo, pero lastimosamente no tenía fuerzas para asesinar a la araña y por alguna razón logró salir de la mazmorra donde los demonios están listos para cometer asesinatos y destrucción al mundo.

Kijiro observó la mirada suave y resultante del cazador de demonios. Sintió un cosquilleo de miedo al saber que los demonios estaban por salir y asesinar a los aldeanos. Entonces, viendo por última vez al cazador de demonios, observó la solitaria figura del hombre con una espada levantada; entonces una luz roja salió del suelo y una especie de portal morado apareció. Desde el interior salieron muchas criaturas de cuatro metros de color rojos con cuernos y muy parecidos a los toros; estos son demonios.

Kijiro observó cómo el cazador de demonios se acercó al portal para combatir a muerte con estos demonios enormes que también soltaban fuertes golpes y listos para destruir todo.

Kijiro, sin perder más tiempo, aceleró el paso; posiblemente algunas personas no le hagan caso de la inminente invasión de los demonios de mazmorra contra los que el cazador de demonios está luchando, pero dejó de avisarles

Al poco tiempo logró ver que los aldeanos estaban despiertos y armados con armas blancas, listos para adentrarse al bosque y asesinar al lobo.

Los aldeanos al ver aún niño maltratado con manchas de sangre saliendo del bosque rápidamente preguntaron en voz alta: —¿Qué pasa, niño? —dijeron en fuerte exclamación.

Kijiro se sorprendió al ver a todos los aldeanos armados y no perdió el tiempo para decir —¡Todos salgan de la aldea! ¡Hay una mazmorra de demonios! ¡Un cazador de demonios me salvó! ¡Él está luchando y morirá! —dijo con una voz chillona y urgente, gritando a todo pulmón para que los aldeanos escuchen.

Los alrededores rápidamente guardaron silencio al escuchar la fuerte declaración del niño y unos segundos después uno de los aldeanos vestido como un campesino de la edad media habló. —Eso es falso, niño mentiroso —dijo con ira y ojos de no creer lo que este niño decía.

Los alrededores silenciosos rápidamente recuperaron el sonido y fuertes sonidos de burla dirigidos al niño se escucharon.

Kijiro se sorprendió por la falta de respeto y burla de estos tipos, pero qué más podía hacer un niño de seis años para rescatarlos y salvarlos, nada.

Sin decir nada más, salió corriendo entre la multitud y estaba agradecido de que no hubiera nadie bloqueando el paso, pero se cayó al suelo al sentir una piedra golpeándolo en la cabeza.




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