Capítulo 13: ¡Entrada dinámica! ¡Ja,ja,ja!
Kijiro caminó durante un pequeño momento y después se detuvo por una extraña epifanía que le llegó.
Parado estático y pensando seriamente una posibilidad, si realmente sale bien, no quiero imaginar las maravillas que puede lograr hacer con esta habilidad de niebla negra que despertó.
Juntando ambas manos, logró hacer que saliera una niebla densa de color negro que poco a poco está formando una figura de un veneno pequeño de algunos cuarenta centímetros.
Viendo directamente con una cara asombrada que logró moldear y controlar ligeramente la habilidad con una gran sonrisa en el rostro, se montó en la espalda del venex y lo controló para que camine, pero no siempre se las cosas como uno quiere y Kijiro lo averiguó en este momento que mando andar al venex y este simplemente salió corriendo muy veloz.
Kijiro se abrazó fuertemente a la espalda del veneno y sentía el aire pegándole en el rostro. Está asustado de muerte; está es una velocidad asombrosa para una criatura pequeña.
Después de unas horas lograron llegar a una inmensa puerta de hierro reforzada y guardias cuestionando. Estos guardias vestidos con una vestimenta fina color azul y espadas largas. Algo que los hace muy extraños es esa túnica azul que tienen y no son mayores a los dieciocho años de edad. Uno de los guardias notó la extraña presencia del niño demacrado montando un extraño veneno pequeño e inmediatamente llamó para informar. —¡Niño, detente! —dijo con urgencia y curiosidad al ver la extraña niebla negra.
Kijiro se detuvo de golpe al ser llamado repentinamente por un guardia y rápidamente se detiene, o eso quería hacer, porque la habilidad no quería obedecer y este veneno solo corre desenfrenadamente directamente a la gran puerta de hierro cerrada.
Los guardias se alarmaron al ver esta escena extraña y gritaron con urgencia —¡Qué diablos! ¡Detente, niño! —Todos gritaron para llamar la atención de este niño raro que corre directamente hasta donde están ellos y si se impacta van a salir volando. No es una sorpresa que ese veneno aún siendo pequeño tenga una inmensa fuerza que no debe de subestimarse.
Kijiro, al escuchar las repetidas llamadas de los guardias de detenerse, se alarmó y gritó —¡No puedo! ¡No me responde! ¡No sirve! —dijo con horror y alarma al ver cada vez más cerca esa puerta de hierro con los dos guardias parados adentro y tratando de frenar el paso.
Los guardias solo observaron con los ojos abiertos que el veneno de niebla ya estaba por chocar y solo apretaron los dientes con fuerza, pero poco después sintieron un fuerte impacto con un fuerte sonido de golpe —¡slash! —golpeándolos de lleno y ambos salieron volando junto a la puerta de hierro que cuidaban.
Los guardias al salir despegados gritaron en el aire —¡Ahaha! ¡Haha! ¡Qué haces! —dijeron con miedo y horror al sentir que no pisan suelo, pero al ver que la enorme puerta también salió volando, se asustaron aún más y gritaron —¡Ahahah! ¡La puerta! —dijeron con evidente confusión y miedo.
Kijiro al golpear la fuerte puerta sintió que está en graves problemas y al ver que los guardias salieron volando junto a la puerta, únicamente sintió un fuerte dolor de cabeza por los futuros problemas que tendrá y pensando en que está por detenerse esto, pero al sentir que no disminuye la velocidad de carrera este veneno, continuaba corriendo como loco directamente por la calle llena de personas. Gritos de horror —¡Hahshs! ¡Salgan del camino! ¡Salgan! ¡Ahshah! ¡Haha! —gritaba llorando por todos los problemas que tendrá.
Los transeúntes al escuchar todo ese ruido se sorprendieron y vieron a los dos guardias salir volando junto a la enorme puerta en el aire y no mucho después un niño demacrado montando una criatura pequeña en vuelta en niebla que va directamente por ellos. Sin esperar más salieron corriendo y gritando como locos del miedo. —¡Ahaha! ¡Ahaha! ¡Un monstruo! ¡Ahaha! ¡Demonio! —gritaban en voz alta y trataban desesperadamente de hacerse aún lado para no ser golpeados por ese monstruo, pero al estar todos juntos en esta calle solo sufrieron una fuerte embestida que los hizo salir disparados al aire.
Kijiro al ver esta escena cerró los ojos con fuerza y las lágrimas salían, pero no se olvidaba de agarrarse fuertemente del venex. Solamente escuchando y sintiendo todos los fuertes gritos de horror de los aldeanos que están siendo golpeados, abrió un poco los ojos solo para ver que una anciana salía disparada y Kijiro gritó: —¡Lo siento!… ¡Perdón! —dijo con miedo al ver esto y volvió a cerrar los ojos.
Después de unos momentos, uno de los guardias que fue derribado se levantó y apoyó a su compañero; rápidamente deslumbraron al niño que monta a la criatura y corrieron atrás de ella.
Kijiro sintió un fuerte dolor de cabeza y abrió los ojos nuevamente. Deslumbró a una niña comiendo un pequeño pastel rosa y la vio. Sabe quién es esa niña; es Layla la villana.
Layla al salir de la panadería escuchó con curiosidad unos fuertes gritos y vio a varios plebeyos salir corriendo con horror y gritando como locos de algún monstruo; poco después vio la calle hecha un lío con ancianas cayendo del cielo y niños corriendo.
No mucho después deslumbró un humo negro espeso en forma de un monstruo y encima de eso está una figura que conoce. Es Kijiro el niño que la rescató y ahora está por estrellarse contra ella directamente y gritó alarmada: —¡Hahsha! ¡Kijiro! ¡Ahaha! —decía en voz alta y moviendo las manos para no ser golpeada.
Kijiro escuchó el grito de miedo de Layla e hizo mucha fuerza para detenerse, pero al verla más cerca, rápidamente gritó de esfuerzo —¡Aaah! —poco después la extraña niebla negra se dispersó en el aire y Kijiro cayó al suelo a los pies de Layla.
Layla, al notar que todo estaba bien, se relajó y vio que Kijiro cayó al suelo, ambos niños respirando agitados por todo esto ocurrido.
Layla habló. —Esto fue extraño —dijo simplemente y se derrumbó al lado del niño.
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Editado: 04.09.2024