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Cuando entramos al comedor ya todos estaban ahí. Me siento en la cabezera de la mesa, Alex a mi derecha, Dominic a mi izquierda al lado de él está Kelly al lado de ella está Jennifer, al frente de ella está Thomás y al lado de él está Adam quedando la silla de el lado izquierdo de Alex libre la cual es ocupada por Lea.
Casi suelto una carcajada por lo tenso que se puso Alex.
Entran los sirvientes con la comida colocándola delante de cada uno.
— Espero que les guste.— Digo agarrando el tenedor y cuchillo para empezar a cortar mi filete.
Cuando estoy por terminar mi filete, me fijo en Lea. Su forma de agarrar los cubiertos y comer son bastante elegantes, su ceño se frunce concentrada en cortar el filete. Voy bajando la vista por su rostro, viendo sus ojos negros y rodeados de abundantes pestañas, sigo bajando hasta su pequeñas linda nariz por último mi vista queda en sus rojos y carnosos labios. Automáticamente muerdo mi labio inferior.
¿Qué se sentirá besarla? ¿A qué sabrán sus labios?
Fruncí el ceño por esos pensamientos. No me gusta besar a las mujeres, solo follar y después adiós. Pero con ella es distinto, quiero besarla hasta saciar este deseo que tengo de ella.
Mierda.
Sacudo la cabeza para que esos pensamientos se vayan y dirijo la mirada por toda la familia Black. Unos rubios, otros castaños claro y cabello negro, ojos verdes otros azules por sus rasgos todos se parecen menos Lea, ella es todo lo contrario.
— Dominic, he notado el nulo parecido que tiene Lea contigo y Kelly. — Siento como Alex deja de respirar y todos los Black voltean a verme, menos Lea. Ella sigue comiendo como si no hubiera dicho nada.
Dominic le lanza una mirada a su esposa he hijos, terminando en Lea. Ella levanta la mirada y le da una mirada desinteresada, toma de su copa de sangre para después dirigir fría mirada en mi.
— Eso es porque no soy su hija biológica de ninguno de los dos. Los señores Black me encontraron y me adoptaron como su hija.— Me respondé Lea, haciendo que Alex la mirará con sorpresa, Dominic tensó la mandíbula, Kelly la mirará con cariño y melancolía, los demás estaban serios viéndola.
Adoptada.
La observo tratando de ver más allá pero no veo nada.
¿Encontrarla? ¿Dónde? ¿Por eso es así?
Mi mente se llena de preguntas pero no creo que esas preguntas sean respondidas, aun.
— Espero que no haya sido imprudente al hablar de eso Lea.— Su mirada no se aparta de la mía.
¿Qué escondes Lea?
— Tranquilo majestad, es un rey ellos siempre lo quieren saber todo.— Levanto la ceja sorprendido del como me respondió.
Hay algo más detrás de sus palabras. Sonrió de lado.
— No todo Lea, pero tu me causas curiosidad.— Noto como su comisura derecha del labio sube un poco.
Todos en la mesa están expectantes a nuestra conversación.
— No se lo recomiendo majestad, la curiosidad mató al gato.— Me recuesto es la silla y le sonrío.
Una sutil amenaza, me gusta.
Nos seguimos retando con la mirada hasta que escuchamos un carraspeo. Dirijo mi mirada a los demás, hay tensión en la mesa. Dominic es el primero en hablar.
— Majestad, la comida estuvo deliciosa. Muchas gracias por dejar que nos quedemos en su castillo. Y también me quiero disculpar por no haber podido venir los años anteriores.— Dice.
¿Fue por Lea que no han podido venir?
— No pasa nada Dominic. Pero ¿Por qué no podian venir?— Cuando la pregunta sale de mis labios, el ambiente se vuelve más pesado y frío.
— Problemas personales.— Se limita a decir.
Sí.
Doy un leve asentimiento. Y después de un silencio tenso terminamos de comer y cada uno se dirije a sus habitaciones.
— Dominic, quiero hablar contigo. Te espero en mi oficina.— Le digo antes que se vaya. Me levanto, le dirijo una mirada a Alex y me dirijo a mi oficina, sin ver la cara de Dominic.
Nadie me había retado como lo hizo Lea. Sutil pero claro, no quiere que indague más en el tema pero soy el rey, como ella lo dijo lo quiero saber todo, todo lo que tenga que ver con ella.
No pasan ni cinco minutos cuando ya están tocando la puerta. Hago que pase y Dominic entra sentándose en las sillas al frente de mi escritorio. Nos enfrascamos en una conversación de negocios y evito hablar de Lea.
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Cuando Dominic sale de mi oficina ya es de noche.
Tardamos bastante, pero esa conversación nos puso al día. Mande a servir la cena para los Black y yo solo pedi que me trajeran una copa de sangre a la oficina.
Le doy un sorbo a mi copa para después soltar una carcajada al imaginar a Alex comiendo solo con los Black. Desde aquí puedo escucharlo maldiciendome.
Más tarde lo tendre aquí todo furico. Alexander lo conozco desde que éramos niños, a pesar de que teníamos la misma edad, yo era flacucho y débil, él también era flaco pero muy fuerte con muchas agallas. Me salvo de muchas y todavía a día de hoy lo sigue haciendo. Todo comenzó un día que mis abuelos me mandaron por primera vez a la escuela, siempre había estudiado en el castillo con tutores porque ellos no querían que la gente supiera del bastardo de su hija, pero quería estudiar con más niños de mi edad así que a la edad de diez años y de mucha insistencia me dejaron ir por primera ves a una escuela.
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Miro por la ventana a donde de a hora en adelante voy a estudiar. Hay muchos niños de mi edad, corren de aquí para allá a otros los dejan sus padres y otros solo hablan entre ellos.
Bajo del carro y con la mirada baja me dirijo a paso lento hacia la entrada de la escuela.
Cuando paso al lado de los demás se callan y empizan a murmurar, unos me apuntan y otros se ríen.
Aprieto los lados de mi mochila y apresuro el paso.
Editado: 23.10.2021