<<el tiempo, no sé si es porque pasamos esta etapa de adolescentes, que a veces sentimos que pasa lento y a veces muy rápido, que a veces es poco y a veces demasiado, días que no terminen y días que queremos que acaben ya.>>
Después de ese día volví a tomar la iniciativa de volver hablar con él, las cosas empezaron a cambiar, ya no me trato como una amiga, sino como algo más. Hace unas semanas, algo muy extraño paso, lo vi triste, con unas ojeras bastante notorias, y más delgado, luego me entere que había terminado con su novia, por algún motivo me sentí culpable por eso, pero yo seguía firme con la decisión que había tomado desde un inicio, quería que me escuchara y al menos entrara en razón.
NARRADOR.
El tiempo paso muy rápido para Romely, las cosas empezaron a dar muchas vueltas, eran como un reloj de arena, siempre cambiando de posición cuando la arena se agota, algunas cosas se aclararán para ella, la mayoría de las preguntas que siempre se hizo llegaron. Unas con la peor respuesta, que con el tiempo llegara a aceptarlas.
Lo peor de todo fue su situación sentimental, un debate con su mente y su corazón que no le dejan aclarar las cosas.
ROMELY
Las cosas cambiaron, mis sentimientos se mezclaron con su situación, yo quería ayudarlo, quería estar para él, pero nunca pensé que las cosas cambiarían. Empecé a confundirme, parecía que escribirle a él me hacía feliz, pero cuando lo veía pareciera que me lastimara inconscientemente.
Hace unos días salí con mi hermana a comprar, íbamos hablando muy plácidamente, de repente de una calle salió un chico, era Yoseob, estábamos a unos pasos, dije un hola, pero no respondió, traía puesto una chaqueta con capucha y lo único que le veía era los ojos, unos ojos profundos y negros que me hicieron temblar, el siguió su camino como si nadie le hubiese hablado, caminamos hasta la tienda más cerca, yo sentía mis piernas flaqueadas, sentía que estaban temblando, incluso mi voz me fallaba, sonaba entrecortada y temblorosa. Cuando llegamos a casa, fui directamente a mi cuarto, lloré, solo quería llorar, también tenía un miedo, mucho miedo. Dos veces me paso eso, dos veces que llore con solo verlo, el resto de veces me dio miedo, un miedo indescriptible, un miedo sin motivo.
Al principio pensé que me gustaba, pero después paso a que lloraba y sentía miedo. Solo sentí muchos sentimientos mezclados hacia él, amor, miedo, tristeza y odio, las tres últimas se inclinaron más hacia mí, pero al final dicen que el amor vence.
Kala se fue hace tres semanas a visitar a su mama, dijo que solo se iba por 3 días, pero se quedó mucho más, eso me preocupa, hace un tiempo estaban hablando muy mal de Kala, decían que una vez de estas, ella quedara embaraza, siendo joven, y que arruinaría para siempre su vida, no saben el coraje que me daba, yo siempre intento defender la diciendo que hasta ese punto ella no llega, que ella no es tan estúpida.
- ¿Qué tal estuvo la visita? ¿Cómo está tu mama?
-mal, por eso me quede
- ¿Qué paso? –pregunte preocupada
-el maldito de su marido la maltrata, mientras estuve allá, tuvieron una discusión, se la pasa en los billares jugando y pues en su casa tienen 4 bocas que alimentar y no es justo que en el estado económico que se encuentran, que él se gaste el dinero en juegos de azar. Mi mama le reclamo y empezó a golpearla, las niñas empezaron a rogarle mientras lloraban que parara, pero no las escuchaban, las lleve a otro cuarto, cuando volví, la tenia del cabello y arranco un gran mechón, yo intente defenderla y me tiro al piso, me tomo muy fuerte de los brazos, mira –me indico sus brazos, estaban morados –por eso me quede por más tiempo, quería asegurar de que no vuelva a tocarla, pero mi padre me llamo a que vuelva.
Estaba sorprendida, pero la sorpresa no solo fue para mí, las otras veces que iba Kala, nada de eso pasaba, fue un gran golpe para ella. También me sentía aliviada, ahora sabía que sus tontas teorías, de que ella tal vez estuviese embarazada o que vivía con un hombre, eran mentiras e imaginaciones de ellos.
- ¿le dijiste que se divorciara?
-claro, pero ella es bastante necia, sé que no me haría caso –suspiro triste.
-deberías decirle, que es por el bien de las niñas, esas pobres sufren mucho.
-por eso mismo no se quiere separar, porque él es su papa, y si se llegan a separar, eso les va afectar mucho.
- ¿más de lo que están? –dije alzando una ceja
-eso cree mi mama.
Después de la muerte de Adam, la madre de Kala, tuvo dos niñas, pero Kala no las quería tanto como quiso a Adam, incluso decía que a veces eran muy fastidiosas, lo que nunca dijo de él.
Paso unas semanas y Kala me invito a comer un helado, yo acepte gustosa. Fuimos a una heladería que quedaba en la esquina del parque, compramos los helados y nos sentamos en el parque
-Romely, yo…-parecía nerviosa –yo necesito decirte algo
- ¿Qué pasa?
-bueno, ¿recuerdas cuando hubo la caminata nocturna?
-claro, tú te fuiste esos días donde tu mama, hace dos meses
-bueno, yo fui a esa caminata con un amigo, cuando llegamos nos quedamos en un hotel y tuvimos relaciones –me sorprendí, se supone que ella estuvo con su mama –después volví acá, paso un tiempo, y me empecé a preocupar porque no menstruaba, así que compre una prueba de embarazo –no sabía que decir, lo único que pensaba era “por favor, que haya sido negativa”, pero no fue así –salió positiva
Como balde de agua fría cayó sobre mí, aunque en el fondo tenía un presentimiento de que iba suceder, me sentí estúpida, me sentía decepcionada, había defendido a mi prima de algo que al final sucedió.
-llame al chico, me dijo que él iba a conseguir las patillas para el aborto - ¿aborto? –las semanas que estuve donde mi mama, no fueron del todo allá, apenas él tuvo esas pastillas, yo viaje a donde él vive actualmente –suspiro y continuo –cuando llegue me dio las pastillas, pensé que solo eran de forma oral, pensé que era tan simple, como quitarse un chicle del zapato, pero no era así. Después de haber hecho todo, me empezó a doler el vientre, estaba sangrando mucho, y tenía mucha fiebre, toda la noche estuve así, nunca pensé que sería así de complicado y doloroso un aborto. El me pidió que me quedara, pero no le hice caso, el tiempo que estuve donde mi madre sangraba de vez en cuando, hasta que termino.