Andrés de la Vega
No podía negarlo, estaba desesperado por verla no era muy hábil esa vividora. Estaba cansado, ansioso de terminar con los auditores no encontraba la manera de justificarme y escapar, mi corazón se aceleraba con tan solo imaginar que Roberto podría estar cuidando mi juguete comprado alto precio, no lo pensaba por el dinero, algo más caro aun como era mi libertad.
La auditora me ha solicitado vernos el bar del hotel.
Mientras la espero bebo coñac en las rocas dos de nuestros contadores me acompañan charlando amenamente.
Desconocía la razón de la reunión. Durante la revisión la auditora no dejo de mirarme tampoco perdió ocasión para rozar mi mano o pegarse casualmente en su cadera. Mis pensamientos se interrumpen cuando la veo llegar, me hace una seña para que bebamos en la barra, se ha soltado el cabello y quito su saco para mostrar una blusa color crema que de inmediato desabrocho dejando al descubierto unos senos redondos y grandes. Bebe de mi vaso pasando su lengua por el borde del vaso, no le sumo la menor importancia.
Al parecer intenta seducirme pero soy un chico recién casado de modo que no me interesa caer en su trampa… ¡Pamplinas que estoy pensando! Ni estoy casado ni me interesa la auditora. Sin embargo mis pensamientos no me obedecen y de nuevo pienso en las cuencas azules de la vendida, mi esposa y el estúpido rogón de Roberto.
Mi vista se pierde “Como puede dormir de esa manera”.- mi cabeza se repetía la escena de verla sobre el camastro indefensa acomode su cabello tras su oreja.- estoy hecho un idiota porque sonrió al recordar a la bruja de Catemaco.-
Roberto, ahora ese tonto me hacía sentir espasmos en mi pecho, él era un hombre alto, bien parecido y con solvencia económica, Alejandra podía caer fácilmente en sus redes de ese Don Juan con extensa experiencia. Golpeo la barra.- como puedo ser tan estúpido.- me enoja el solo recordar, lo fresca que debió pasearse con ese come migajas…
Debí llamar a papá para que le cancelaran la suma entregada.- la voz salió de mi pensamiento apretando el vaso que bebía.
-¿Al parecer esta noche no me prestara atención?.- comento la auditora mientras Cruzaba la pierna para dejar al descubierto su piel. Se acercó cada vez más insinuante continúa la orientación de su inclinación hacia mi cabeza, intentando chocar con mis labios, deja caer su mano sobre mis pectorales que se escondían bajo la camisa de seda, ella me veía como un deleite, de mi parte no entendía lo que balbucea.
Me levanto para marcharme pero se interpone poniéndome su espalda, mostrándome su largo cuello, como estratega quita su cabello alborotado, su voz suena más translúcida.- me siento cansada tal vez deberíamos subir a una habitación. Sonriendo con picardía
“Vaya intenta seducirme”
En otra ocasión por menos de eso hubiera bastado para que estuviera encima de ella, la hubiese empujado con fuerza contra la pared haciéndole el sexo antes de llegar al cuarto.
-No tienes ganas de jugar esta noche.- se acercó besando mis labios húmedos por coñac.- la retire de inmediato
Bebí de nuevo sin responder la caricia.- Mi esposa debe estar esperándome auditora.- no me di por enterado en que momento desapareció, yo continúe bebiendo con la vista en un punto fijo del techo.
Pasada la media noche fue cuando el gerente del bar ordeno a uno de los meseros ayudarme a subir a la habitación
Me tambaleaba un poco pero logre caminar coherente y coordinado, oh al menos eso creí.
-Puedo avanzar sosegadamente no necesitan llevarme.- Replique al mesero que llevaba como guardia
-Señor, permítanos ayudarlo por su seguridad, si algo le pasara su padre no lo perdonaría
-Ese viejo me ha vendido por un poco de dinero y poder ¡que se joda!!Es mejor si me muero
Alejandra Valverde
Dibuje los paisajes que contemple en mi diario, ambicionaba llevar agua, arena para mostrársela a JL .Toco mi corazón cuando lo nombro. Es el hombre que amo sobre todas las cosas.
La brisa gentil pegaba en mi rostro, las olas del mar embravecido golpeaban la orilla llegado al final tranquilamente.
En la muñeca tenía la pulsera de Roberto. La pegue contra mi pecho me sentía feliz de tener su compañía, siempre evite la amistad o compañía de los hombres, no deseaba ninguna distracción en mi mente, mi objetivo debería en solo estar enfocada en estudiar y sacar a delante la enfermedad de JL.
Lleno mis pulmones de aire y sorpresivamente advierto que Andrés esta recargado en el marco del balcón, no tengo idea cuanto llevaba observándome.