Manejaba a toda velocidad mientras me comunicaba con mi compinche Ariel
-Te necesito en el hospital Mugerza sur en 30 minutos
-Mi chavo tranquilo. Crees que soy el dueño de tu empresa recuerda que solo soy un director ejecutivo de tu imperio.
-No tardes – Colgué.
Estaba en del hospital y me desplazaba desesperado de un lado a otro tal como un luchador que espera en el cuadrilátero su destino, por fin aparece el rostro iluminado de Ariel.- manejas de reversa o porque tardaste tanto.
-Crees que vuelo como Superman. Hay demasiado tráfico
-Vamos, llévame con tu amigo el médico
-¿Cual médico?- se da vuelta para verme un tanto desconcertado.
-El que estuvo contigo en la preparatoria, hace apenas unos meses me comentaste que lo volviste a ver y trabajaba en este hospital, acaso tienes amnesia.
-Tranquilo amigo.- Pareciera que los satélites se alinearon y llegaron los recuerdos Ariel.- ¡Américo! ¿Estas enfermo?
-Deja de decir tonterías hoy nos quitaremos una lacra.- subió una ceja.- confía en mí vamos camina de prisa
-Ni siquiera sé si está en el hospital ahora
-Pues llamale y localízalo ¡Apurate! deja de ser tan lento.-saco el celular de su bolsillo para chocarlo en su pecho
-Te piensas que todo el mundo está a mi disposición y a la tuya
Una hora después
La enfermera llega con papeles en mano
-Doctor Américo el expediente del paciente de la habitación 2020. JL
-Que doctor es el que atiende al paciente
-El Dr. Negrete el paciente fue sometido a cirugía para implantar un electrodo en el espacio epidural cerca de la médula espinal por debajo de la zona lesionada, ha estado paralitico por 10 años que fue el accidente.
De un movimiento salto de la silla.- te lo dije. Nunca me equivoco. Estas a punto de perderlo todo vendida. Un amor de infancia las calañas se junta.
Ariel me susurrá.- Tenías toda la razón hermano, su amante ha estado enfermo 10 años.- mientras tocaba su barbilla.
Quisiera seguir aquí sentado pero no vine a perder el tiempo así que interrumpo a mi amigo para solicitar al doctor conocer al paciente… El amante de mi esposa.
-Ayúdeme Doctor dejame conocerlo hablar con el necesito
-¡Qué te pasa ahora Andrés!- refuta Ariel
- Necesito torturarla lo suficiente falta la estocada a muerte las pruebas. -Déjanos usar tus batitas y unos tapabocas por si llega alguien a conocernos
-No lo creo prudente Andrés necesitas tranquilizarte.- me dice Ariel mientras me detiene
-No hago caso a sus palabras y me dirijo al doctor-Por favor solo déjanos preguntar una cuantas cosas, juro que no meteré a nadie en problemas
- Dejame ver qué puedo hacer solo checaremos que no haya visitas pero no podrán quedarse más de quince minutos.- contesto el médico arriesgando su reputación y pellejo por mi
Después de unas llamadas
-Se ha retirado la señorita Alejandra. El paciente está solo. Pasen y sean rápidos este favor
-Te lo compensaré Américo estaré en deuda.- acento Ariel
La habitación era amplia adornada con las flores del jardín de mi casa. Al verlas tuve el impulso de aventarlas al bote de la basura, logre guardar cordura.- era una sin vergüenza todavía tenía el descaro de robarse las flores para el amante.
Al entrar observe detenidamente al individuo su cabello era castaño y ahora estaba con los ojos cerrados. Pero despertó al escuchar la voz del doctor Américo
-Buen día JL
-Doctor, buen día. Cuando JL lentamente abrió los ojos giro su rostro mostrando ese color que me parecían conocerlo perfectamente, esa sonrisa. Quién diablos era ese hombre su rostro me era tan singular
-Disculpa si te he despertado. He traído a mis estudiantes para conocer un poco sobre el nuevo implante que le han puesto.
Américo nos presentó con nombres falsos mi sangre ardía estaba sudoroso. El amante estaba postrado en cama de otro modo estaría embarrado en la pared -Esperamos no molestarlo puedo comenzar a preguntar.- pregunta con seriedad el Doctor Américo
-Claro doctor que desea saber?.- mostrando una leve sonrisa
“Donde he visto esa sonrisa. La duda me taladraba”