Capítulo 1

A veces no entiende porque le había pasado a ella, habían tantas personas en el mundo, porque tantas desgracias para una vida inocente?, Son preguntas que para ella no tienen respuestas, y era solo que ella fue la que estuvo allí, en el momento y en lugar no indicados, quizás si sus padres no hubiesen salido ese día no habrían muerto, quizás si hubiesen aceptado la propuesta de María, Samantha aún estaría con ella.
Pero así es la vida, no la elegimos, nos toca, y por desgracia por más desgarrador que sea cualquier momento de nuestra vida, una vez que suceden no hay vuelta atrás.

De que le sirve todo el dinero que sus padres poseían si no ha podido disfrutar ni un solo centavo de ellos?

A viajado por todo el mundo, a conocido lugares increíbles, personas sorprendentes, pero nada de esto la ha impactado, porque ahora no único que le importa es encontrar a su hermana.

Estará viva?, Y si lo está, llegará a tiempo para salvarla?, Y ahí está el problema nuevamente, nunca se sabe.

Las autoridades no pudieron hacer nada, ya ha pasado un mes y dos semanas, y aún no hay pista de su paradero.

Es desconcertante, como alguien puede desaparecer sin dejar pista alguna?, Como si cada una de sus huellas fueran eliminadas?

Sabrina tiene un amigo, se llama Ramón, siempre han sido muy unidos, todos le dieron la espalda pero él se ofreció a ayudarla con la búsqueda, quizás con otros intereses, quién sabe.

- Parece que solo nos pusieran a dar vueltas en círculo, estás cartas no llevan a nada. -dijo Sabrina a Ramón, algo frustrada mientras leía la nueva carta que quienes habían secuestrado a Samantha le habían dejado está vez-

- Eso parece, pero dime, que otra opción tenemos? Es esto o nada.

Verán, cuando Samantha fue raptada le dejaron una carta a Sabrina, decían que era para enmendar una deuda de su padre, pero, qué tipo de deuda?, Hasta donde ella conocía su padre no tenía enemigos, era un hombre honesto, honrado y trabajador, porque alguien podría odiarlo tanto?, aún después de que ya estaba muerto?, pero no fue solo una...

Cada carta llevaba a otra, y a otra y a otra más, era todo como una cadena, palabras subrayadas, números en negrita, era como leer en códigos, pero hacían lo que podían para descifrarlos, después de todo, no es un juego, se trata de su hermana.

- "La luna toca con su luz la punta del arco, que entre árboles la gloria del anciano vestido de blanco atrae, y allí dentro, entre los taburetes está la otra pista que te acercara a Odette".

- Odette?

- quiero pensar que es mi hermana, aunque está muy lejos de ser su nombre, "La luna toca con su luz la punta del arco, que entre árboles la gloria del anciano vestido de blanco atrae, y allí dentro, entre los taburetes está la otra pista que te acercara aún más a Odette". Todo es simbólico Ramón, "la luna toca con su luz el arco", eso quizás no.

- La iglesia que está entre los árboles frente al parque central!

- Tú crees?

- entre los árboles, y la gloria del anciano vestido blanco atrae, son pistas, entre los taburetes de la iglesia, hay debemos buscar la tercera carta, vamos.- y mientras el aún hablaba la tomo de la mano, la metió al auto y condujo hacia la iglesia-.

Llegaron deprisa al lugar, una vez dentro Ramón tomo la palabra

- Tú verifica la columna de la izquierda, yo verifico la de la derecha...

Una por una revisó cada silla, cada una de ellas sin excepción alguna, pero no, no estaba allí la carta.

- y ahora qué? - dijo Samanta, algo preocupada mientras pasaba sus manos por su cara-.

- crees que haya sido solo una distracción?

- no lo sé, ese es el problema, no sé, quiero saber, no tener que hacer todo esto, solo ir donde está, encontrarla, que esté bien, poder abrazarla, sentirla cerca, pero no sé nada, solo me guío por estúpidas cartas sin sentido. - en sus ojos se notaba la nostalgia, estaban cristalizados-
Pero justo cuando Ramón intento consolarla
- me parece que quedó aquel taburete por revisar, vas tú o yo?

-por Dios, no lo vi, espero que sí este hay. - dijo, y avanzó secando una lágrima que había rodado por su rostro-

Se dirigió de espacio hacia el taburete que se encontraba arrumbado en una esquina de la iglesia, parecía que no lo hubieran usado en años, una vez que lo revisaron, si allí estaba, pegado debajo de él, el sobre con las próximas indicaciones, lo abrieron con cuidado de no dañar la carta al abrir el sobre y cuando por fin lo iban a abrir,... empezaron a escuchar pasos, eran firmes, lentos y estruendosos, venían desde el pasillo de afuera, al parecer iban al interior de la iglesia, justo al lugar donde ellos se encontraban, no había salida, había solo una puerta, y era justo por donde aquel extraño de zapatos ruidosos se acercaba.

Al fondo del salón había una gran cortina, corrieron hacia allá, y allí se ocultaron.
No podían ver nada, solo total silencio, hasta que, de un momento a otro, nuevamente, se empezaron a escuchar de nuevo esos pasos, más firmes que al principio, más ruidosos, más constantes.

Era poco espacio para dos personas, pero ya estaban tan habituados a esto de ocultarse que sabían acomodarse perfectamente en cualquier espacio por mínimo que fuera.

- Señor, ya el sobre no está, llevamos el otro al punto indicado?

Sus caras de susto, pasaron a ser caras de asombro, con solo poder ver quién estaba allí afuera o con quien hablaba estaban ya a tan solo un paso de su hermana, si, a tan sólo uno.

Samantha intento salir, aparte de preocupada estaba algo loca, porque, cuál era el plan?, Salir, y luego de eso qué?, Inmediatamente al ver sus intenciones Ramón la tomo de la cintura y la acerco a él, rodeándola con sus brazos.

Pero un simple abrazo no detenía a Samantha, intento salir, y justo cuando asomo su cabeza hacia afuera, el hombre se volteó, quedando justo de frente donde se encontraba Samantha.
Que pasaría ahora, su testarudez echara por la borda todo lo que habían hecho?, Y ahora qué?, La habrá visto?, Son preguntas, muchas preguntas, que se quedarán para la próxima porción de la historia, pero está, ya se queda hasta aquí, porque hasta en esto hay reglas, y ya me han fijado algunos límites.