Estaba a punto de llegar cuando escuché varios sonidos extraños que no lograba comprender del todo, hasta que finalmente lo hice, ¡me están llamando! Inmediatamente bajé las escaleras. — ¡HOLA! —Dije con una emoción que no me cabía en la cara En ese instante pudimos tener una conversación, pero él no hacía más que mirarme preocupado. —Me voy. — ¿Y a dónde vas? —Intrigado lo cuestioné. — ¿Crees que al huir de tus problemas solucionaras algo? —Pues habré desaparecido —Me respondió mientras una aguda tristeza inundaba mi ser En esos instantes me sentí frágil, siempre había querido que él desapareciera pero al mismo tiempo sentía que no, y es que la vida se iba convirtiendo en anhelos, en contradicción, en semejanzas, pues a pesar de que la misma nos llena de miedos, uno termina por encariñarse con el ser que, aunque ha causado temor, terminó por compartir un sinfín de momentos. —Estoy con aquella agonía —me dijo antes de marcharse como lo prometía. —No es cierto, eso no existe —se dijo a sí mismo y cerró los ojos. Pero de alguna manera, en mi mente seguía viendo esa aparición y desaparición, ¿cómo era posible que siguiera viendo a Guillermo? Ya había pasado demasiado tiempo, algo andaba mal… ¿Acaso no pudo haber sido una sombra o un reflejo? ¿O algún producto de mi imaginación? Tal vez no lograba convencerse del todo, pero era lo más fácil. Aun así, me era imposible no sentir vergüenza. En aquel instante, de nuevo sentía cómo se me congelaba todo el cuerpo, sentía la manera en que la piel se me erizaba, el miedo era indescriptible y realmente no sabía que hacer, me dispuse a encender unas velas que me ayudaran a iluminar todo el cuarto, pues ya me encontraba en el sótano. Bastó obtener un poco de iluminación y repente pude ver a Guillermo de nuevo, no hice más que subir corriendo por las escaleras y quedar inmerso en una oscuridad absoluta. Intentaba caminar despacio y presentía que alguien me observaba, me dirigía hacia la bañera y no tuve otra idea que sumergirme en ella para tranquilizarme, había pasado un par de segundos bajo el agua cuando sentí cómo me presionaron hacia el fondo con ánimo ahogarme. — ¡No es posible! —Grité en medio de llanto. Estaba bastante asustado, seriamente todo ya se estaba saliendo de control, ¿de verdad había sido alguien o solo era un producto de mi imaginación? ¿Por qué no lograba ver a nadie? Me preguntaba una y otra vez si realmente eran cosas de mi imaginación o no, todo me daba vueltas y empezaba a creer que sí me estaba quedando un poco loco.