Narra Violet
-Has estado muy callada desde que nos subimos a mi auto- lo escuché decirme mientras nos servía un jugo con unas galletas.
Alejandro me ha traído a casa, por lo que le he invitado a pasar y hablar aquí, ya que si me llevaba a su casa me temía que volviera a suceder lo de anoche y que otra vez amaneciera allí.
-Estoy esperando que me cuentes eso que tienes que decirme- le dije llevando la bandeja a la mesita que estaba en el centro de los muebles.
Me senté en frente de él mirándolo esbozar una sonrisa.
-Que te causa gracia? - le pregunté
-Anoche tomábamos alcohol y hoy vamos a merendar como unos nenes con galletas y jugo. Me encantan las vueltas de la vida - me contestó tomando una de las galletas y llevándosela a la boca.
Negué con la cabeza.
-Ya dime lo que tienes que contarme-
Me miró
-Tengo problemas con Patrick. Esos golpes que le viste hoy, se los he dado yo- me habló muy tranquilo.
-Como que tú? Es tu mejor amigo...- le dije sorprendida.
-Él era mi mejor amigo- emitió
-Por que lo golpeaste? - no pude evitar preguntarle.
-Habló mal de ti, Violet. Anoche era el quien me llamaba y como no le contesté se enojó. Nos ha visto llegar juntos esta mañana y pues me ha dicho que te llevé a la cama, insinuó que no le contesté anoche porque de seguro estaba viendo lo que todos ya han visto en tus fotos- sus palabras me golpearon muy duro.
Ni siquiera podía terminar de asimilar que lo que había dicho era cierto, ya que salía de Alejandro. El no mentiría nunca y menos con eso.
Negué con la cabeza, tragué fuertemente impidiéndome sentir ganar de llorar.
-Ni te atrevas a sollozar si quiera. Te he hablado claro y preciso porque soy tu psicólogo y debo decirte las cosas tal y como son. Es un miserable, una basura de persona. Sé que tienes muchas preguntas y que no crees que alguien que fue el primero en ofrecerte ayuda, ahora hable así de ti. Sin duda alguna es un poco hombre y no merece hacerse llamar mi mejor amigo, ni mi colega. Por eso lo he puesto en su lugar con unas cuantas caricias de mis manos. Ahora se ha hecho la víctima, pero lo voy a hundir. Le saldrá muy caro haberte cogido en su boca -lo escuché decir con palabras frías.
-No le he hecho nada para que hable así de mí. Me molesta porque me hizo una cara por mucho tiempo, ahora me doy cuenta de que solo me ayudaba para llenarse la boca diciéndolo a todo mundo- me expresé aún en shock por lo que sucedía.
-El problema va más allá, pero te arrastra. Con quien siempre ha tenido su espina por dentro, es conmigo. Es solo que no le había prestado atención, me he dado cuenta de que siempre ha querido estar en competencia conmigo y que solo me ha usado para su beneficio. Entró a trabajar en la clínica porque así lo quise yo, siempre lo he ayudado en todo desde niños y eso es lo que me molesta, hemos crecido todo el tiempo juntos y resulta que ahora quiere revelarse de mala forma. Por lo mismo tanto que no recibirá buenas cosas- lo escuché hablar.
-Si, tú a quien quieres ayudar puedes hacerlo entrándolo a trabajar en la clínica ya que eres el director, ¿no? ¿Cuándo me lo dirías? - aproveché para preguntarle.
Me miró y respiró profundo.
-Si te lo decía entonces empezarías a decir que no quería que los demás empleados pensaran que tenía favoritismo contigo, que ellos se ganaron su puesto por su currículum y que sería injusto lo que haría contigo para ellos. Ya te conozco y se las respuestas de muchas cosas que salen de ti- me contestó
Tenía razón. No perdía una.
-Debiste de contármelo, yo todo te lo digo, Alejandro- le dije desviando mi mirada de la suya.
-Lo siento, es solo que no quería que fueras a rechazar mi ayuda. Te recompensaré este error- me dijo apenado cambiando de asiento y sentándose a mi lado.
-Está bien, no pasa nada- le dije sabiendo que no podía enojarme con él ya que era la única persona con la que contaba, esa que me brindaba su mano amiga y que estaba ahí para mí siempre desde que me conoció.
Tomé una galleta y la mordí, disfrutando de ella, observé como me miraba.
-Lo único bueno de mi día, has sido tú. ¿Sabias? El despertar de esta mañana aún me tiene embobado- lo escuché decirme.
Sonreí
-Yo creo que debes preocuparte por tu puesto en la clínica y porque tu nombre no se manche por mi culpa. Llegué a tu vida y ya te estoy causando problemas - le dije sin querer mirarlo.
-Esa clínica pertenece a mis padres Violet. No perderé mi puesto - me sorprendió lo que me dijo.
-Tampoco sabía eso - emití
-Irás sabiendo todo de mi poco a poco. Como yo contigo. Ya deja de decir cosas que no son ciertas, tu para mí nunca serás un problema. El caso de Patrick lo resolveré, pero no hago nada atormentándome con algo que tiene solución, una muy inmediata. Mañana ninguno de los dos tenemos que ir a trabajar y no hay por que razón interrumpir esa satisfacción por problemas laborales, esos inconvenientes se quedan allá. Tu y yo aquí ya tenemos otra vibra- me dijo con mucha cautela.
Esta mañana lo he visto como nunca y verlo ahora tan pacífico y sereno me hacía apreciar sus dos caracteres.
-Esta mañana te he visto botar fuego por las orejas. Mi psicólogo que ahora me habla muy sereno y tranquilo es el mismo que esta mañana dejó todo morado a su excolega- lo escuché emitir una carcajada.
-Se merecía que lo dejara como un tomate exprimido- me contestó
-Que machazo! - exclamé sarcástica mirándolo sonreír ampliamente.
#15944 en Novela romántica
#2138 en Novela contemporánea
superacin decepcion abusos, superacion femenina, amor psicologia aprendizaje
Editado: 09.10.2022