Las miradas curiosas y sorprendidas se centraron en Naomi, siendo otra vez el centro de atención por culpa de su querida vecina.
—Luke —susurró con desgana— ¿Por qué me persigue la desgracia?
—Porque eres mala conmigo, y yo solo te doy cariño, es karma —expresó Luke con dramatismo.
—Cállate —exclamó sin poder evitar una sonrisa.
De uno en uno se anotaron en la lista, siendo Luke y Naomi los últimos en hacerlo. Mara permanecía alejada refunfuñando mirándolos con desagrado, haciendo comentarios con sus amigas quienes reían por lo bajo mientras les dedicaban gestos de burla.
Naomi permanecía impasible desde su lugar junto a Luke, con quien trataba de conversar de temas triviales para pasar el rato, esperando poder continuar con las clases en son de paz. No se esperaba verla allí, en realidad jamás se le paso por la cabeza verla en ninguno de los clubes, pero por desgracia, al igual que ella debía estar inscrita en uno. Sin embargo, ¿Por qué no le advirtieron de su presencia en él?
—Voy a matar a Grace —susurró para sí misma.
Nuevos cuchicheos y miradas de expectación se escucharon en toda la sala, los demás estudiantes susurraban entre ellos mirándola y desviando su atención al otro extremo. Confundida, observó aquel lugar.
—Y aquí viene otra vez —susurró con fastidio viendo como Mara se le acercaba a paso decidido, contoneando sus caderas y haciendo revolotear su lacio cabello dorado hacia atrás—. Que conste que es ella la que busca, solo soy víctima y recipiente predilecto para su veneno.
—¿Qué crees que haces aquí? —se posicionó de forma demandante frente a ella, cruzando los brazos por debajo de sus pechos abultándolos aún más.
Las miradas y suspiros de los chicos no se hicieron esperar, todos menos uno. Luke había apartado la mirada con evidente incomodidad ante ese gesto, mirando al techo como una súplica silenciosa.
—Lo mismo que todos —contestó Naomi con obviedad—, por si no recuerdas, también estudio aquí y al igual que muchos, me toco inscribirme en un club.
—¿En este? —indagó incrédula— ¿Tenía que ser este específicamente?
—Créeme que si por mi fuera —contestó con fastidio—, no me inscribiría en ninguno, mucho menos uno donde estés tú. Bastante tengo con verte todos los días no solo aquí, sino también invadiendo mi calle con tu… adorable presencia.
—Mira niña…
—Aja —susurró Naomi indiferente mirando todo menos a Mara.
—Me importa un bledo el por qué estás aquí —vociferaba Mara molesta gesticulando exageradamente con las manos—, pero sí quiero que tengas algo bien claro, esa actitud tuya de dominancia y rebeldía se te va acabar. Si por las buenas no entiendes, por las malas será necesario, aquí la única que manda soy yo. Soy la reina de esta escuela, la bailarina líder y la mejor en todo lo que hago. No trates de imitarme querida, no te queda… ¿Siquiera me estas escuchando?
Naomi tenía la vista perdida en la lejanía aparentando no haber puesto nada de atención, en cambio, había escuchado cada palabra salir de su boca. Con inocencia, centró una vez más su atención en su rostro malhumorado, y con gesto de no entender que sucede dijo.
—Ah, ¿Es que estabas hablando conmigo? —melodramáticamente colocó su mano sobre su pecho reafirmando su punto—. Creía que solo recitabas un monologo egocentrista para ti misma. Solo escuché yo, yo, yo.
Las risas ahogadas no se hicieron esperar a su alrededor, incluso Luke trataba de retener una sonora carcajada. Por otro lado, las amigas de Mara soltaron siseos de molestia y miradas de odio a Naomi.
—Eres una maldita… —susurró Mara con furia.
Dio dos pasos amenazantes acercándose a Naomi siendo interceptada por Luke, quien alerta se puso justo en medio de las dos.
—Cuidado con lo que haces y dices, Mara —advirtió Luke—, no quieres hacer otro espectáculo aquí, ¿Verdad?
—Se arrepentirán de esto… —susurró Mara— todos ustedes…
Se alejó con paso decidido y molesto de regreso a su puesto, refunfuñando el doble y maldiciendo su suerte.
—Bueno chicos, espero disculpen la demora —anunció el maestro llegando con un maletín a la espalda—, reúnanse en el centro todos, por favor.
Al fondo de la habitación había una pequeña puerta que daba al cuarto de sonido, allí se manejaba el equipo de audio conectado a seis parlantes colocados de manera estratégica en la sala principal, de tal manera, la música se escuchaba pareja y sincronizada en toda la estancia.
—Bueno chicos, primero me presento para los nuevos —dijo el profesor con una radiante sonrisa—. Mi nombre es Esteban Villar, profesor de danza y teatro hace más de diez años, dirijo el grupo de baile de la escuela y tengo una academia profesional. Encantado de conocerlos y espero poder ayudarlos a reafirmar su amor y talento en el baile, a menos que estén por obligación, en ese caso espero puedan enamorarse de este arte.
Algunas risas acompañaron la del profesor, continuando con su charla motivacional y la explicación del motivo principal del club.
—A final de año, al igual que todos los anteriores, se hará un acto de despedida —explicaba el profesor—. En este, cada club hace una o varias presentaciones, e incluso puede que se haga un acto en conjunto con otros clubes. En nuestro caso tengo planeado por el momento una coreografía en la cual participaran todos y cada uno de ustedes, será un performance mesclando varias canciones. Estas se agregarán a medida que transcurra el año, para asegurarnos que sean solo las más escuchadas. De igual forma acepto sugerencias, voluntarios e ideas de vestuario también.
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Editado: 29.10.2024