Un 7 de julio de 1 Helena Valenti dio a luz a una hermosa bebe con el destino marcado: muerte. Ella obviamente quiso cambiar eso mandándome a la otra punta del mundo, lejos, pero lo que ella no sabía era que igualmente mi vida se iba a ver envuelta de muerte. Hay una frase que la repiten muchos mafiosos "Cuando naces en la mafia, mueres en ella", tiene mucha verdad, no hay forma de escapar...
El ruido del motor cesa cuando apago el auto, la gigantesca puerta de madera ante mis ojos se abre y mis botas con tacon hacen sonar mi andar. Respiro el aire frio de mi bella Italia, era pleno enero y el frio se colaba por cualquier abertura posible, la nieve caía lentamente dejando una muy fina capa en el suelo.
—Hoy es un día magnifico! —digo con una sonrisa en mis labios pintados de color vino, las personas ante mí me miran con confusión y desconocimiento, excepto una que me mira con asombro. —Hola mama, tanto tiempo...—tiro lo que queda de mi cigarro al suelo y lo piso, escupo el humo.
La mujer ante mi parece haber visto un fantasma, mi sonrisa se ensancha más. Apuesto a que no podía creer lo que sus ojos veían, su pequeña beba en carne y hueso, veinticuatro años era mucho tiempo. Corre hacia mí para envolverme en sus brazos, algo en mi explota, había añorado este momento hace tanto y por fin estaba sucediendo, pero me contengo, la debilidad en mi mundo es la mayor arma mortal.
—No estas muerta...—era como si ella hubiera rezado a cristo para que me reviva.
Me rio.
—Hierba mala nunca muere—bromeo, escucho risas provenir de la entrada. —Bueno familia, basta de tragedia— mi madre me suelta para volver a examinarme y verificar que soy real que no es su imaginación jugándole una mala pasada.
Soy Caterine Fiorella Gema Valenti Di Greco, si un nombre larguísimo, se nota que no se decidían como llamarme. Lo importante aquí es lo primero y lo último, Caterine Di greco. Un apellido con tanto poder. Te explico, mi familia pertenece a la mafia ¿Eso no es solo de las películas? No amor, es tan real que quema y ten cuidado, no vayas a quemarte.
Mi historia es un tanto interesante, desde mi nacimiento estoy condenada, mi madre tuvo que entregarme a una amiga suya y mandarme a la otra punta del mundo. Mi nombre paso del poder a ser una persona común y corriente, Fiorella Lopez, ahg como lo odié en su momento, no me pertenecía y así lo sentía, hasta que un día lo descubrí, mi verdad.
Lamentablemente fue en malas circunstancias, pero la vida es así, una perra. Quien creía que era mi madre fue asesinada ante mis ojos por unos hombres que me buscaban hace infinidades de tiempo, ni recuerdo como pude escapar. Viví en la calle mucho tiempo, luego entré en una banda criminal y allí aprendí a sobrevivir, entrando así a la lista de personas buscadas por el FBI, CIA, Interpol y todas las organizaciones que existen en el mundo. Una locura total, si mi vida parece de película.
Un día me encontraron, por suerte para mí a ellos les servía mantenerme viva, asique me entrenaron aún más, trabaje para el FBI un buen tiempo y luego me soltaron para ser libre. ¿Si los malos volvieron a buscarme? Por supuesto, tuve que dar por muerta a la falsa identidad que me había armado y renacer a la que nunca había podido vivir, la de tres nombres. Así llegue acá, porque es mi verdadera vida y después de tanto tiempo me toca poder vivirla.
Helena tiene un signo de interrogación y esta pálida, teme. Las incógnitas deben rondar por su cabeza fugazmente, el miedo es por como yo reaccionaria al pasado, debe pensar que la odio por mandarme al muere, pero no es así, ella pensó que sería mi salvación y todos podemos equivocarnos. Lo único que me enfada es que me haya dejado morir tan rápido ¿Tan rápido se quería librar de mí? Porque mientras ella seguro estaba cómoda y caliente en el frio inverno, yo lloraba por el dolor que me producía el entumecimiento de mis manos y pies, por como el frio me agrietaba la piel y me lastimaba, como cogí un sinfín de infecciones que me dejaron hospitalizada un mes entero.
Cierta parte de mi quiere saber bien su lado de la historia, las razones por el cual no me busco, puesto que crear mentiras es tan fácil. No me como eso de que se las creyó, porque si es así debía darle un buen golpe.
La mansión está en un silencio atormentador, ella me lleva a lo que es su oficina y cierra la puerta ordenando que nadie moleste, pide algo para que bebamos. Sus ojos están cristalizados, muestran una pequeña parte débil de mi madre.
¿Por qué ellos pensaban que estaba muerta? Bueno, cuando asesinaron a Cassandra —mi falsa madre— me dieron por muerta también, allí el mundo de mi verdadera madre se había derrumbado y su única misión fallo, que era el cuidarme, pero ¡Sorpresa! Sobreviví, obvio, si no, no estaría contando esto.
—Me entere un mes tarde de la muerte de Cassandra, intente buscarte porque algo en mi decía que lo haga, pero cuando me enviaron las imagines de dos cuerpos mi mundo se hizo trizas, caí ante las mentiras como una tonta— saca un expediente de un cajón con llave, como si lo tuviera allí para poder recordar.
No podía creer que se torturaba de esa forma.
Tomo la carpetita amarilla acariciándola con mis dedos, al abrirla lo primero que aparece es mi nombre y un centenar de fotos mías haciendo diferentes actividades, aparece TODO, absolutamente todo. Junto a toda mi información está la de Cassandra, las manos me tiemblan al ver la foto de su cadáver ensangrentado, golpeado y deformado por las quemaduras, la torturaron frente a mis ojos. Unos flashes de sus gritos vienen a mi mente recordando el pasado oscuro, ladeo la cabeza intentando alejar las debilidades.
—¿No pensaste ni un segundo que ese no era mi cuerpo? Es fácil crear una muerte— pensar que esa niña tenía toda una vida por delante me provoca nauseas.
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Editado: 22.09.2020