Sangre Púrpura

Capítulo 5

Artemis galopó y corrió a paso rápido; Georgia sujetó su sombrero y miró hacia atrás para verificar que Iuola la seguía.

Le encantaba salir a montar, era su pasatiempo preferido y lo compartía con sus hermanos. Su yegua, Artemis, era corredora y había participado en muchas carreras. Cuando Wolfram se la compró fue uno de los días más felices de su vida, puesto que ésta admiraba mucho a Artemis.

Ésta tenía un pelaje suave y de color negro; Georgia la amaba, sentía que podía compenetrarse con ella.

Artemis detuvo el paso y Georgia miró a su hermana—Dejemos que beban un poco de agua—le dijo y ambas desmontaron.

Éstas se encontraban en un valle no muy lejos de Westhampton House. Acostumbraban a salir a montar antes del amanecer y regresaba a las siete de la mañana. Iuola tomó las riendas de Atenea y la guio hacia el pequeño lago. Al contrario de Artemis, Atenea tenía el pelaje blanco y brillante; su hermana también amaba su yegua.

—No he podido responderle las cartas a Becky y a Ai—le comentó su hermana—La señora Cooper me ha puesto hacer demasiados deberes

—Ya tendrás tiempo, las mías las envié ayer

Iuola asintió—También es porque he avanzado mucho en la acupuntura la tía Sakura me dijo que me enseñaría otras cosas

Georgia la miró con mucho orgullo—Estoy segura que serás una gran doctora

Iuola suspiró—Como me gustaría poder ir a la universidad

—Tú no necesitas de la universidad Iuola ¿Por qué crees que solo pueden asistir hombres? Porque no son capaces de aprender las cosas por sí solos, tienen que dejar que otros les enseñen.

Su hermana sonrió—Tienes toda la razón

Georgia le devolvió la sonrisa y acarició el lomo de Artemis mientras bebía agua. Pero ésta así mismo e borró al recordar lo que le había dicho Wolf en la biblioteca hace unos días luego de regresar de los helados.

Georgia los invitados que tuve estar tarde fueron recomendados por la condesa de St. Jamesle informó su hermano luego de dejarla de pie por un rato—Decidí recibirlos porque ella me lo pidió. Uno de ellos estaba bajo su tutela y surgió gracias a ella

Georgia frunció el ceño¿Cuál de los dos?

El que te gusto tanto

Georgia puso los ojos en blanco¿Tengo yo la culpa de que ese hombre carezca de educación?

Wolfram se recostó en la sillaVi cómo te miraba pero también vi cómo lo mirabas tú a él

Georgia miró a su hermano como si hubiese caído de la lunaNo sé de qué hablas Wolf

Una cosa es que Marsias y Uriel tomen por esposas a mujeres inadecuadasWolfram le tiró una mirada gélidaOtra cosa muy distinta es que tú y Iuola lo hagan

Wolfram no seas cruel, nuestros hermanos son felices eso es lo único que importa

Wolfram acarició el monóculoCorrígeme si estoy equivocado ¿He dicho que son infelices?

Georgia se cruzó de brazosWolfram tengo veintisiete años, ya soy una solterona. No debes preocuparte por mí, no estoy interesada en contraer nupcias

Wolfram se llevó el monóculo al ojoSolo ten cuidado, ese hombre no me da buena espina

 

Los recuerdos de Georgia fueron interrumpidos por un jinete que se acercaba a toda prisa. Éste se dirigía a donde estaban ellas y ésta lo reconoció al instante; era el hombre que estaba con el señor Harris.

El hombre se acercó lentamente donde estaban ellas y su caballo inquieto al ver dos yeguas.

—Buenos días—saludó este

—¿Qué le pasó en el brazo? —le preguntó Iuola. Georgia no había notado que este presionaba fuertemente su mano derecha en su brazo izquierdo.

Este hizo una mueca—Me caí del caballo y me corté con algo que había en el suelo. No es nada grave, me disponía a…

—Bájese del caballo—le ordenó Iuola y Georgia alzó las cejas—le sanaré esa herida

—No es necesario mi lady, yo….



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En el texto hay: gay, nobleza, novela historica

Editado: 11.09.2018

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