Los israelitas cruzan el Jordán: Josué y su gente llegan al río Jordán y se preparan para cruzarlo. Josué instruye a los sacerdotes y al pueblo a seguir el arca del pacto, que representa la presencia de Dios. Dios promete estar con Josué como lo estuvo con Moisés. Cuando los sacerdotes tocan el agua, el río se detiene y el pueblo cruza en tierra seca cerca de Jericó. Los sacerdotes permanecen en el lecho seco hasta que todos pasan.