A la mañana siguiente sonaba la alarma insistentemente hasta que Jason la apago, sentía que mi cuerpo apenas había tocado la cama, me tenia que levantar para preparar el desayuno. Ambos entrábamos temprano al trabajo pero él tenía que llegar antes por eso le tocaba el baño de primero, me hubiera gustado que nos bañaramos juntos pero era un lujo que no podíamos darnos
Ayer cuando me hacía el amor pensé en nuestra vida, lo cambiado que éramos a las personas que daban placer con el cuerpo, llegue a la conclusión que no siempre se puede tener lo que se quiere pero si lo necesario y con ello llegó una etapa de satisfacción sin limites al lado de Jason un Santo para Mí, si, eso es lo que es para mi. Nuestro pasado no determina la calidez humana que poseemos sólo nos determina para mejorar o empeorar dependiendo del punto de vista en el que nos encontremos
Me puse una camisa de él para cubrir un poco mi desnudez, no era que no me haya visto antes pero preferiría no tentar a la suerte, no me había dicho nada cuando se levantó parece que no estuvo tan bien como suponía, me quería morir de pena; estaba haciendo posibles escenarios donde Jason me dejaba porque no era lo suficiente buena para él o en todo caso estaba extralimitando mi capacidad cerebral hasta que sentí unos brazos alrededor de mi cintura. Era él, lo delataba su olor
-No sabes el intento sobrehumano que hago para no quitarte la camisa y hacerte mia aquí- señalo la cocina, esto me estaba excitando y mi poca vestimenta no ayudaba. Terminé de hacer unos hot cake bajo la atenta mirada seductora de Jason Alexander Welles, según él deben estar muy cocidos porque en caso contrario no saldrá del baño por un buen tiempo, nos dedicamos a comer, nadie hablaba algo pero no era un silencio incómodo. Ambos disfrutábamos de la compañía.del otro, terminamos de comer, me disponía a recoger los platos cuando me rodeó con sus brazos y me susurro cerca del oido
- No quiero ir a trabajar y por eso estaré pensando en ti todo el día además que en la noche quiero repetir lo de ayer- prometió, al fin terminó de morder el lóbulo de mi oreja
- Esta bien, yo también pensaré en ti- le respondí besandolo
Busco su chaqueta y luego se fue, tenia que alistarme para llegar a tiempo a mi trabajo, Lucas era el administrador del hotel pero era un tipo frío, calculador y malhumorado, me caí más mal que cuando Jason y yo éramos como enemigos, me fui al lugar apartando todo pensamiento negativo
Narra Jason
Definitivamente me desconozco, cuando me levante pensé que Fernanda se iba arrepentir y me comenzaría a decir cosas pero no fue así por eso lo primero que hice era darme un pequeño baño antes de ir al taller. Cuando salí y la vi no pude más que avanzar donde estaba ella y abrazarla, no era mentira lo que le había dicho de hacerla mía en la cocina, estaba duro de solo verla con mi camisa y me imagino de o andaba bragas. Ayer se las rompí, en mi defensa puedo decir que estaba desesperado y no se la podía quitar
Maneje con el mayor cuidado que mi mente coordinaba con todo mi cuerpo hasta llegar al taller, como todos los dias pero lo más raro es que no estaban trabajando, se encontraba un señor de unos cuarenta años de saco y corbata con un maletín en la mano derecha, al lado de este se ubicaba Don Elioth, él es el dueño del taller. Me acerqué lo más que pude para ver lo que pasaba hasta que dieron una noticia que no me esperaba
- Este señor- señalo al hombre de traje que estaba cercano a él, hablaba Elioth- es Frank Robinson y es mi abogado, los cite aquí porque el taller se pondrá en venta, no puedo seguir aquí por mi estado de salud y tampoco voy a dejar a alguien de responsable. Saben lo que me paso con Edward, no quiero que se repita la misma situación, se que todos contaban con este lugar para vivir pero me comprometo a buscarle a algunos un trabajo, tengo amigos en una Tabacalera al este de la ciudad además de otros que tienen taller igual a este, los puedo recomendar. Eso es todo, mi abogado les pagará
Me di la vuelta no quería pensar ni escuchar nada, tenia algo fijo y todo daba un giro. La pregunta del millón ahora ¿Qué haría? Don Elioth dijo que podia buscarnos un lugar de trabajo pero yo no queria dejar ese sitio que me demostró tanto en tampoco tiempo, me subí a la moto tenia que pensar con el salario de Fernanda no podremos vivir y lo que tengo en el banco no nos ajustará por mucho, estaba pasando por el trabajo de Fer cuando la vi sentada en una banca, por su posición parecía que lloraba y eso me hizo enfurecer, me bajé de mi moto casi corriendo. Cuando llegue donde estaba ella sólo pude ver rojo de la rabia, la mejilla derecha la tenia roja y su ropa estaba un poco desgarrada, no era necesario ser adivino para saber que trataron de abusar de ella. En ese momento quería matar a ese hijo de puta que le quiso hacer eso a ella pero esto no quedará asi, lo buscaré porque se la tengo jurada desde el instante que posó su vista en ella
-Nena, amor que tienes- le dije, ella levantó su rostro e hizo el intento de sonreír pero para mi eso fue una mueca