"Recién dos meses de embarazo y mi estado de ánimo es un asco" pensaba mientras encendía el aire acondicionado y mi celular sonaba sin parar.
WhatsApp recibido: "¿Cena en mi departamento? Esto es lo que me gusta de que Facu no esté.
WhatsApp enviado: "Jaja. No seas así. Es bueno... pesado; pero bueno. Vale en la noche voy."
Extrañaba a Facundo pero era necesario separarnos por un tiempo y que el disfrutara de su hermano, Tomé un baño de inmersión y sabia que me estaba olvidando de algo pero por más que me esforzaba no podía recordar qué.
Trini preparó una de mis comidas favoritas y compró gominolas para ver una película juntas.
-Barbi. ¿Recordaste de llamar a Facu? -Dijo preparando la sala para ver la peli.
-¿Porque debía llamarlo? -Pregunté mientras me quitaba los zapatos.
-Es su cumpleaños idiota...
-¿Estás segura? Hoy no es su cumpleaños.
Definitivamente con las fechas era un desastre. "en verdad era su cumpleaños" y yo lo había olvidado a consecuencia de la diferencia horaria que al fin de cuentas fueron una salvación pero me sentí patética, sentía que me había equivocado y que era imperdonable.
Llamada recibida
-Hola amor. ¿Cómo están? No sé nada desde que me fui.
-Hola amor, estamos bien. El calor aquí esta de pesadilla, pero bien...
-Se que te olvidaste mi cumpleaños... ya me lo esperaba. -Dijo riendo.
-¿Lo esperabas?
-No estás muy acostumbrada a estos acontecimientos, por eso sé que te lo
puedes olvidar.
-Supongamos, tengo una pésima memoria en lo que a fechas respecta.
-Amor, te llamo luego. Te amo.
-Vale. Yo también.
Al cortar supe de inmediato que tendría que hacer algo especial cuando regresara para compensarlo.
Trini. Tenemos que pensar en qué hacer cuando regrese Facu. Soy una estúpida.
-¿Tenemos? Por fin te has dado cuenta que eres estúpida... pero aun así te quiero. -Dijo abrazándome.
-Muy graciosa. Mejor que pensemos en algo y celebremos a lo grande.
-¿Qué te parece si primero tomamos un día de spa y luego pensamos?
-Trini... solo porque te adoro te diré que sí, pero tampoco te abuses.
Un momento de relajación me sirvió para pensar que hacer y la mejor idea era una fiesta sorpresa y alguna cosilla más.
Pasaron quince días y esa tarde-noche Facu regresaba de ver a Tim, preparamos la fiesta en mi viejo departamento para que él no sospechara.
Me senté en medio de la sala a la hora con un pequeño pastel en mis manos y las luces apagadas, la llave giró y la puerta se abrió. Me sentí inmensamente feliz de volver a verlo. Cerró la puerta con el pie; caminó hacia donde estaba se arrodilló ante mí con los ojos se ponían vidriosos.
-Feliz cumpleaños amor de mi vida. -Dije mientras le acercaba el pastel.
-Gracias amor. No sabes cuan feliz me haces.
-Seguramente tan feliz como tú a mí. Pide tres deseos que esto aun no termina.
Facundo sopló la vela y tomó un poco de crema para ensuciarme la nariz y me tomo en brazos para dirigirnos a la habitación.
-Aun vas a tener que esperar para eso. -Dije riéndome.
-Pero... ¿Qué más harás?
-Algo... No más preguntas.
Tomé una corbata y le vendé los ojos, lo saque de casa y lo dirigí al ascensor, y rogaba que Trini tuviera todo completamente listo. Le quité la venda al entrar pero todo estaba a oscuras.
-¿Dónde estamos Barbi? –Preg untó.
-Solo mira. –Respondí.
Una a una se comenzaron a encender las luces y todos sus amigos lo cargaron en hombros mientras yo saludaba a sus respectivas novias y a Trini, quien se merecía un gran regalo por tener todo resuelto.
Con las primeras luces de la mañana y Facundo un poco pasado de copas me cargó a la habitación donde las risas por la rotura del pantalón duraron hasta que logramos dormirnos.