Saturn [# 1 Cerises] Nueva Version

• 33 - Felicidad •

Ella no es mía, tampoco soy suyo, lo nuestro es temporal, somos un préstamo voluntario de momentos inolvidables que quizás podrían durar toda la vida.

Mario Benedetti.

 

POV. Lorena Williams

 

28 de octubre 2015

Santorini, Grecia

 

Felicidad.

Después de pasar por numerosas adversidades, incluyendo la pérdida de mis padres y mi nana, finalmente estoy experimentando una sensación completa de felicidad.

Estos momentos de serenidad me ayudan a no temer el futuro, ya que el miedo a lo desconocido se estaba convirtiendo en una rutina.

Aquí, siendo abrazada por Luca, me siento bien, tranquila y libre de miedo. Él me brinda seguridad y me anima a seguir adelante sin pensamientos negativos, aunque no solo por su presencia cercana, sino porque me ha ayudado a ser fuerte por mi cuenta.

— Creo que tendré que cubrirte, los hombres no dejan de mirarte y me dejarán sin esposa — susurra en mi oído, haciéndome sonreír.

Me hace gracia verlo celoso, ya que no es algo que ocurra con frecuencia, sólo en momentos necesarios.

— Entonces estamos a mano, desde que llegamos, las mujeres me quitaron a mi esposo — respondo, provocando una carcajada y un abrazo más fuerte.

Optamos por sentarnos frente a la playa para admirar la puesta de sol. Yo me encuentro entre sus piernas, con mi espalda apoyada en su pecho y rodeada por sus fuertes, pero cálidos brazos.

— Gracias — digo de repente, sabiendo que me pedirá que deje de agradecer, pero es algo que seguiré haciendo hasta el final de mis días.

— Ya te he dicho que no hace falta.

— Lo sé — lo interrumpo —. Pero es algo que quiero hacer siempre que pueda. Quiero agradecerte hasta el final, porque gracias a ti volví a ser fuerte y gracias a ti volví a sentirme viva, realmente viva, y quiero disfrutar todo lo que se me permita.

— Disfrutarás de mucho, y yo estaré encantado de disfrutarte siempre.

— Debes saber que el ‘siempre’...

— Existe, y siempre existirá para nosotros. No pienses lo contrario — asegura.

— ¿Más allá del para siempre? — le pregunto, girando mi rostro para admirar sus hermosos ojos, iluminados por los últimos rayos de sol.

— Mucho más allá, mi ángel. Como te prometí en nuestra boda. Incluso la eternidad es insuficiente para jurar mi amor por ti.

Con un beso lento, lleno de sentimientos, recargado de vida, sellamos nuestras promesas.

POV. Luca Cornell

 

31 de octubre 2015

Santorini, Grecia

 

Observo cómo sonríe mientras toma de la mano a los niños para bailar con ellos. Es asombroso cómo la gente la ama al instante. De repente, pasamos de estar paseando por Santorini a ser invitados a una fiesta infantil, gracias a la fascinación que el pequeño cumpleañero sintió por mi esposa.

Mi esposa sería una gran madre. Pienso mientras no desvío mi mirada de esa sonrisa que siempre ha vivido en mi memoria.

La amo tanto, y la amaré hasta el fin de los tiempos. Verla feliz, hacerla sonreír, es lo que más disfruto. Desde el primer día ella me cautivó; dicen que todos tenemos una misión en la vida, y la mía siempre ha sido hacerla sonreír.

Mi ángel… ¿cambiaría las circunstancias y el tiempo? Sí, pero disfrutaré cada momento al máximo, le daré lo mejor de mí, como ella lo hace ahora. Porque a pesar de haber estado sumida en la tristeza, me ha regalado sus sonrisas más sinceras y eso... eso es lo mejor.

— Ven a bailar, amor — la escucho gritar por sobre las risas de los niños.

— Tu culpa si piso a uno de estos pobre chicos — digo acercándome a ella, tomando de la mano a uno de los niños que están a nuestro alrededor.

— No le hagan caso, es un gran bailarín — les dice a los pequeños que no dudan en seguir bailando con nosotros.

Bailamos, reímos, conocimos a mucha gente, hasta que fue momento de retirarnos.

Decidimos ir caminando a nuestro hotel que no quedaba muy lejos del lugar donde fue el evento… y mientras caminamos a pasos lentos, observaba nuestras manos entrelazadas y es que, aunque haya tomado ya su mano tantas veces, siempre se siente como si fuera la primera vez, no deja de hacerme sentir pleno tan delicado toque entre nosotros.

— Quisiera haberte reencontrado antes — la escucho decir, haciendo que voltee a verla —. Haber disfrutado más de un noviazgo, ir a muchas más citas…

— Tendremos muchas citas, ya lo verás — me detengo y acaricio su mejilla con delicadeza —. Además, el abuelo y papá están trabajando en eso que tanto te preocupa, no nos pongamos negativos antes de tiempo. Ellos te quieren tanto que lo hacen con todo el ánimo.




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