Visiting Hours - Ed Sheeran
RENACER
“El proceso más amoroso de recuperación es aquel que habla sobre nosotros mismos. Todo lo que es posible hacer es amorosidad pura cuando estamos dispuestos a renacer.”
Ana Claudia Quintana Arantes
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Tres años después de la muerte de Lorena…
Julio
Dicen que, para celebrar la vida, debemos de aceptar la muerte.
¿Sencillo? Nadie dice que lo sea, pero tampoco se nos dice que sea algo imposible.
Tres años habían transcurrido desde la muerte de Lorena, tres años en los que cada uno de los que la vieron partir y sufrieron su perdida, se dedicaron a cumplir con las promesas que le habían hecho y empezaron a sanar.
Porque claro estaba que Lorena lo último que quería era saber que sufrieran.
Para algunos fue más complicado el recobrar la fuerza para no dejarse vencer, porque las pérdidas que sufrimos son experiencias totalmente personales, cada uno logra aceptarlas de forma única. Claro que otras personas — amigos, familiares — pueden estar ahí para nosotros, y de cierta forma hacernos un poquito más fácil el pasar por el proceso de duelo.
Existe la afirmación de que todo ser humano es capaz de soportar un duelo y salir fortalecido de él… algunas veces nos preguntaremos incluso ¿Cómo es que lo hemos logrado? ¿Cómo es que logramos aceptar la realidad? ¿Cómo es que logramos adaptarnos al nuevo mundo que se formó cuando aquello que perdimos se ausento? Y por último… ¿Cómo es que pudimos rencontrarle sentido a la vida para eso… para seguir viviendo?
Nicholas… de los que más tardo en asimilar la ausencia de Lorena, luego de su oportunidad de verla una última vez de forma “cercana” y sacar aquello que lo atormentaba, pudo empezar a seguir adelante, tenía promesas que cumplir y debía recordar que su amiga confiaba en él, no podía defraudarla, y si, le costó mucho, incluso, tuvo el apoyo de quien menos pudo imaginar, pero ahora ahí se encontraba…
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Vancouver, Canadá.
POV Nicholas Wright
Con agrado desde el balcón del primer piso, observaba a cada una de las personas que circulaba en el edificio.
“Centro Médico Éternité”
Hace tres años que mi cerecita se fue, el primer año fue el más complicado, la depresión de su partida había llegado a mí de forma arrolladora, sobre todo por el sentimiento de frustración y culpa por no haber podido despedirme de ella y decirle lo mucho que la quería… quiero y lo especial que era… es para mí.
Ya hace dos años que por fin cumplí la promesa de hacerme cargo del hospital que ella dejó para mí.
Hace dos años que no he vuelto a verla en mis sueños ni cuando visito la que era su habitación, pero en los que sí he sentido su presencia en mi corazón cada vez que busco calma ante la inquietud que me llega a provocar recordar que no está más aquí.
Y Luca, curiosamente él, a quien me empeñaba tanto en odiar, se ha vuelto de mis mejores amigos junto a Jonathan…
Flashback
Luca apaga el motor de la camioneta y nos quedamos un momento en silencio.
Luego de visitar el lugar donde vivía Lore y de que la vida me permitiera hablar con ella una vez más, he vuelto a casa, sintiendo un peso menos sobre mis hombros.
—Gracias. — le digo con sinceridad, volteando a mirarlo.
Suspira y gira en el asiento, quedando frente a frente conmigo. — No es nada Wright, ella no quería verte hundido en la tristeza, solo te di un poco de ayuda. — alza sus hombros.
—Perdón por cómo te traté en el pasado, yo…
—No te disculpes Wright, son cosas pasadas. — coloca su mano en mi hombro. — ya es momento de seguir adelante, tienes una clínica que dirigir, y yo estaré contigo, se lo prometí, que no te dejaría solo, ella siempre fue muy lista, antes de partir ella ya presentía que tu serías el que más sufriría con su partida, porque a diferencia de mí y los demás no pudiste ir aceptando que ella en algún momento dejaría de estar a nuestro lado...
—Me hubiese gustado hacer todo de forma diferente. — niego con la cabeza. — Daría todo por regresar el tiempo y haberla dejado que me explicara.
—El hubiera ya no existe Nicholas, ahora has aprendido de ello, solo resta seguir.
—Lo haré, te llamaré cuando esté listo para que nos vayamos a Canadá, ahora tengo que decirle a mi familia. — lo miro y continúo hablando. — Ella hubiese sido muy feliz de seguir aquí, eres un buen hombre.
Sonríe. — El tiempo junto a ella fue el mejor de todos y estoy seguro de que algún día volveré a estar con ella. Esperaré la llamada. Por cierto, te llevarás una sorpresa cuando lleguemos allá. — sonríe recordando algo.
—Bien, entonces nos vemos.