Capitulo 2

MIRANDA

Ha pasado dos días y sin señales de trabajo, no hay ninguno que me quiera contratar con una condición, son personas malas que no quieren ayudarme a poder trabajar.

¡Qué dices Miranda! Tienen mucha razón de no querer contratarme, ¿Quién quería una empleada con un bebé en brazos?

Nadie.

Eso ha quedado claro, pero no tengo otra opción, no quiero dejar a mi Chase en brazos de una niñera que no sé qué hará cuando yo esté trabajando, lo peor de todo es que debo ir a trabajar y a cuidar de mi bebé en una empresa.

Mi tía le pregunte si quería ayudarme, pero ella me dijo que no quería saber nada del bebé, no entiendo porque actúa así conmigo, no le he hecho nada pero la comprendo, sin duda debe ser la menopausia que la ha dejado así de enojada, sin embargo en una parte tiene razón, no debe ponerse a cargo de un bebé pero aun así debería tener corazón y ayudar a su sobrina.

Pero mejor dejo eso de un lado porque es obvio que si trato de resolver ese problema, me quedare peor sin ningún resultado que me ayude, ahora lo que importa es conseguir algo, suspiro cansada al tener mucho tiempo a Chase en mis brazos, meciéndolo de un lado para otro ya que no se duerme, son las dos de la madrugada y llevo aquí como zombi moviéndome en todo el cuarto de mi bebé.

-Ya Chase – le digo cuando no deja de llorar, me siento agotada, todo el día he estado afuera con Chase buscando empleo, me fui a una cafetería que es mejor que donde me encontraba y aunque les dijera que su café era el mejor, no quisieron, es obvio puedo decir con sinceridad, luego me fui a una empresa para ser empleada normal pero eso no resulto, estaban a punto pero cuando les dije mi condición, me dijeron un hermoso e imaginable ¡No! – lo digo con sarcasmo.

Ahora lo único que me queda es ser niñera, pero luego pienso que apenas puedo con el mío ya podré con muchos niños, solo de pensarlo me canso.

-¿Qué tienes Chase? – le pregunto cuando me le quedo viendo, esta lloroso y no para de llorar, también esta desvelado, sin embargo no puede dormir y no entiendo él porque – deja dormir a mami, ¿quieres?

Solo llora como respuesta, ya le di de comer y aun así no se duerme, la calor me mata, el clima está caliente y me preocupa que sea su quejar por el clima…

¡Eso es!

Lo pongo de nuevo en su cunita para quitarle lo que tiene de ropa, lo dejo solo en pañales y cuando lo dejo así, en seguida se deja de quejar, me mira de forma tierna que dan ganas de comérmelo.

-¿Eso era? – Le pregunto cómo boba pensando que me responderá, solo me mira con los ojos muy abiertos - ¿el calor te afectaba?

Sus ojitos están a punto de cerrarse, espero que con ello se pueda dormir, me estiro para mover mis huesos de mis lugares ya que me duele la espalda de tenerlo casi una hora de esperar que se calmara.

“Querido diario hoy me di cuenta que Chase odio la calor, así que de ahora en adelante dejare que se duerma desnudito”

Me voy a la cama a recuperar el sueño que perdí, me acuesto de nuevo dejándome ir por la cama que aunque sea un petate viejo hace que mi cuerpo descanse, quizás porque ya estoy acostumbrada, dejo que el Morfeo se haga presente cerrando mis ojos con rapidez.

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Preparo un omelet de huevo mientras veo las noticias por televisor, solo son mentiras de los políticos, ya me tienen harta con sus disque verdades, sinceramente no entiendo como puede ver personas tan mala que tienen el descaro de robarse el dinero ajeno.

Chase se encuentra en su coche durmiendo, debo llevarlo para buscar empleo, es lo que debo hacer desde que no tengo niñera, no quiero hacerlo, aunque mi tía me ha dicho que no todas son iguales.

En ese caso prefiero tener desconfianza que dejar a mi bebé con una irresponsable, aunque sea novata en cuidarlo sé que podré mantenerlo mejor, son las siete de la mañana, terminare de comer para buscar trabajo a temprana hora.

Termino de preparar el omelet para luego comérmelo con ganas, tengo bastante sueño por la desvelada que me di gracias a mi gordito, mientras que él puede dormir a la hora que se le antoje.

-Cómo te envidio Chase – le digo con sinceridad, apago el televisor cuando termino de comer, para luego levantarme y agarrar un vaso, quiero tomar un poco de lo último que me queda de jugo, al ir al refrigerador me doy cuenta que estoy más pobre que los ratones, tengo muy pocos huevos…

¡Diablos, porque soy muy mal pensada hasta con mis mismos pensamientos!

Bueno solo tengo cinco huevos junto el jugo y de ahí todo vacío, ni siquiera tengo un pedazo de zanahoria, luego me voy hacia las gavetas de ahí para ver si tengo aun mucha leche y puré de fruta, me empiezo a reír al saber que Chase tiene más comida que yo.

Que desgracia…

Luego de tomarme todo el jugo me voy a la habitación con Chase para cambiarlo y ponerlo muy guapo, con un enterizo azul y sus calcetines del mismo color, veo a mi Chase muy guapo, listo para ser la atención de todos.

Es de lo único que me puedo jactar.

 Cuando ya estamos listos, me pongo el portabebés para poner a mi hijo ahí donde yo puedo verlo de enfrente y que el mire mi carita, agarro las llaves y me pongo la gorra lista para salir de aquí y espero tener suerte con conseguir trabajo, agarro el folder donde tengo mi currículo, cuando estoy saliendo de repente escucho un carraspeo, suspiro frustrada y pongo los ojos en blanco al saber de quién se trata.

-¿A buscar trabajo? – pregunta la señora Gloria cruzada de brazos con una sonrisa diabólica.