Seamos Dos

ABRAZO

CAPITULO 3 

°°° 

El sonido estridente de la alarma me sobresalta de la misma manera que me obliga a abrir los ojos, dentro de la poca conciencia que logro reunir levanto la cabeza para ver los números en la pantalla de mi reloj sobre mi pequeña mesa de noche, con un suspiro contemplo que marcan las 3:00am, momento de ponerse sobre los pies para cumplir con el trabajo. 

Aun cuando para cualquiera seria todo un reto levantarse debo decir que increíblemente el suspiro no fue en queja todo lo contrario salgo de las sabanas con la entera disposición a iniciar el día, es increíble que sea tan sencillo para mi poner mis pies en movimiento después de unas horas de sueño. Me visto lo más pronto posible, unos jeans, unas botas altas sin tacón, una chaqueta corta abrigadora por el viento que recibiré, recojo mi cabello en una coleta alta, tomo una bufanda que mantengo colgada en el perchero junto a la puerta donde también están las llaves, tomo el casco cuando escucha una voz. 

-Maddi – es Elena, llevamos compartiendo una pequeña casa desde hace un año poco más de la fundación de Siena – ¡sigo pensando...1 – anuncia  

-¡...que es mejor que lleve tu auto! – termino la frase por ella, aun en la sombra sabía que Elena tenía un rostro de disgusto – venga Elena ya lo discutimos  

-Eres la mujer más necia y desesperante del planeta tierra – no era novedad que Elena dijera eso solo reafirmaba que aun con los años de conocernos las cosas no cambiaban creo que éramos mucho más abiertas al contarnos las cosas 

-Eso es un 60% cierto – le afirmo, mi amiga no pudo evitar reír – conozco a otra persona igual de desesperante que yo – la despido con un abrazo – te llamo al llegar 

No espero una respuesta, tomo el pestillo de la puerta para salir. Lleno mis pulmones con una gran respiración por el frio que enfrento fuera que extrañamente no me estremeció y el viento solo me acogió con cordialidad. Lo único que llego a mi cuerpo fue la tranquilidad una muy extraña de que todo saldría maravillosamente ese día.  

*** 

El retumbar del motor fue cesado al momento que ingresé en una calle un tanto desierta el tiempo había transcurrido bastante pronto dado que, al comprobar la hora exacta, me sorprendí al notar que al extraviarme para llegar al local me había atrasado unos minutos 5:18am. 

Al disminuir la velocidad por la calle pude observar los diferentes locales y casas que se encontraban en ella, tal como me lo habían descrito se encontraba en una esquina de la calle con un gran rotulo que decía “vivero el Bosque” no era un nombre difícil de memorizar y tampoco sofisticado que a simple vista no llamaba mucho la atención. 

Estaciono la motocicleta justo al frente para poder desmontar, cosa que no demore en hacerlo al quitar el casco que cubría mi cabeza pude notar que estaba cerrado, en realidad no es extraño que lo este, lo que, si me pareció extraño es ver estacionarse a una camioneta negra muy lujosa en esas calles tan temprano justo detrás de mí, por un momento imágenes de películas donde tipos malos y armados se bajan de camionetas como esas llegaron a mi mente, sonrió ante mi pensamiento y continuo mi camino. 

Para intentar distraerme de aquellos pensamientos dramáticos busco el celular en la bolsa de mi chaqueta para localizar al proveedor que al parecer se encontraba más retrasado en tiempo respecto a mí, el sonido común de llamada es escuchado por mi tímpano un, dos, tres, cuatro veces, repito ese proceso tres veces más obteniendo el cortes mensaje de la operadora que me indica que es posible dejar un mensaje  

Bueno ahí se fue mi sensación de que todo saldría de maravilla, intento una vez más y guala responde 

-Halo – fue la respuesta que obtuve por parte del receptor de la llamada 

-Hola – respondo a su saludo – soy Madeline la señorita que….  

-¡oh! La amiga de Daniel, la de las orquídeas – dice antes de que pueda decir algo más, bien eso es magnífico puede que mi impresión se cumpla 

-Si bueno, creo que de esa manera soy más fácil de identificar – musito en la bocina de mi celular haciendo que el me responda con unas risas gruesas y marcadas  

-La puerta está abierta pasa – con esas instrucciones dirijo mis pies a la puerta olvidando por completo el vehículo, en realidad no debe afectarme 

-¡ey! – escucho que alguien tras de mi dice justo antes de terminar de cruzar la puerta, bueno pues lo lamento no voy a girar para averiguar ¿Quién es?, una de las cosas que menos me agrada es justo esa acción - ¡hey Tu! – nuevamente escuche que pronunciaron en un casi grito, con un suspiro y un evidente enojo giro  

-Buen día – proclame con la sonrisa falsa fue la única que fui capaz de brindar, mi enojo hizo que me demorara en notar que el personaje ante mis ojos era un tanto  atractivo con una sonrisa en la cara, unos preciosos ojos claros, el cabello en un corte que le quedaba de maravilla haciendo que todo su rostro fuera un foco, después de unos segundos de verlo note que sus ojos eran verdes claros y en ellos pude notar algo que no supe que era  

-Me podrías indicar – hablo el hombre frente a mí que no tenía la pinta de ser mayor a mi edad, ese fue el momento oportuno de observarlo de pies a cabeza, vestía uno jeans azules y unos zapatos negros casuales, una camisa de manga larga que tenía fuera del pantalón con los botones del cuello abierto y las mangas las tenía remangadas muy estéticamente hasta los codos - ¿Cuál es la puerta al local? – pero esa fue la pregunta más tonta dado que estaba justo sobre mi cabeza  



#32064 en Novela romántica
#5337 en Chick lit

En el texto hay: amor, amistad celos y lagrimas

Editado: 27.04.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.