Los audífonos son el experimento más maravilloso del hombre que puedo agradecer en este momento y puedo asegurar que el resto de mi vida, todo el viaje estuve con ellos en los oídos y concentrada en mi lectura, los novios estaban muy entretenidos hablando que yo no podía ser parte de tan gran charla.
Luis todo el camino estuvo intentando llamar mi atención y debo decir que me costó ignorarlo porque tiene muy buenas formas para llamar la atención sin embargo yo debía de hacer mucho esfuerzo por concentrarme son tres días, o bueno lo eran por lo que espero pronto estar de regreso en mi casa, bajamos del avión y en ese momento me entero que vamos a ir a el apartamento de Luis que ese será nuestro alojamiento estoy por discutir pero Astrid se hace cargo de mi para ir al taxi, estoy furiosa por esto simplemente me recuerdo que es por trabajo, las calles son enormes y hay muchas luces, y los transeúntes viven su vida, fijo mi vista en la ventanilla y no presto atención a lo que hablan, entonces recuerdo mi celular, quito el modo avión e instantáneamente llegan dos correos de Daniel y también de Fabian, se forma una sonrisa en mis labios y me dice que tiene tiempo hoy por la noche, busco la dirección en mi celular no conozco absolutamente nada en este lugar por lo que se la pido a Astrid la cual me la da encantada, la escribo, me alegra mucho que tenga internet y funcione mi celular porque es imposible que yo tenga un teléfono internacional, nos ponemos de acuerdo en todo y el llegara al parecer en un rato, es a media noche y yo estoy planeado salir en una ciudad desconocida, pero veo la hora y no es prudente que salga porque debo al menos dormir un poco porque tengo que estar trabajando mañana todo el día, suspiro y le digo que si es posible que sea el día siguiente en la noche porque hoy debo dormir, acepta y que me avisara en qué momento nos podemos ver porque debe de terminar algunas cosas y que pedirá unos días de vacaciones que le deben y por temporada baja de trabajo seguramente se los darán.
Entramos al edificio y yo lo único que quiero es dormir, estoy por preguntar en donde dormiré cuando habla Luis
-Fernando ya conoces la habitación – le hace una seña y ellos desaparecen al entrar en el lugar que es una sala pequeña que tiene acceso inmediato a un comedor y una cocina pequeña es muy bonito el apartamento está decorado en colores azules y grises lo cual no me sorprende – sígueme te mostrare donde dormirás – asiento con la cabeza, el lleva mi maleta desde que bajamos del taxi no me ha dejado acercarme a ella, con un suspiro lo sigo por el mismo lugar donde desaparecieron sus amigos y veo tres puertas, escucho ruido en la primera en la segunda nada así que no presto atención y me lleva a la tercera que se encuentra hasta el fondo.
Abre la puerta y me deja pasar, entro y la habitación es verde, me sorprende el color porque todo lo demás es azul,
- ¿te gusta? - asiento con la cabeza, giro a verlo, luego de ello se acerca lo rodeo para tomar mi maleta y mi bolsa que ha dejado parada en la puerta
-sí, gracias y si no es mucho pedir puedes irte porque quiero dormir – le mi tono de voz es seco al punto que me duele tratarlo de ese modo, me ve mal por unos segundos y luego él sonríe, lo acabo de sacar y él sonríe me cruzo de brazos y espero a que salga – te vas
-No porque esta es mi habitación - me atraganto - ¿sorprendida?
-me puedo quedar en la sala – hablo en un susurro
-no será cómodo para ti dormir en un sofá - dice con toda la confianza del mundo y yo quiero golpearlo
-dormiré mejor que en la misma cama contigo
-tienes miedo – me habla como buscando que estalle
-serás cobrón... - trago – no, no te tengo miedo y tampoco dudo de mí solo que no quiero dormir contigo en la misma cama – necesito una mesa donde trabajar algunos detalles que faltan de la boda – farfullo - ¿Dónde puedo trabajar?
-en la sala hay una mesa – asiento la cabeza y salgo con mi catera, de la habitación, me quito la chumpa que me abriga, coloco todo lo que necesito, sin demora al trabajar, mi cuerpo grita descanso en todos los sentidos, me esfuerzo por estar despierta y avanzar y es lo último que sé.
Siento que soy movida un poco pero mi cuerpo esta tan cansado que lo menos que puedo es reaccionar a lo que sucede a mi entorno, luego siento algo cálido en mi cuerpo, hasta que el movimiento a mi lado me despierta y un sonido fastidioso, abro los ojos y me sobresalto cuando veo a Luis entrando a la habitación con una toalla pegada a su cintura y su piel mojada, me giro rápido para no verlo y siento que mis mejillas arden al igual que mis orejas, trato de respirar y pensar que debo hacer.
Salgo rápido de la cama y siento frio en las piernas y entonces me doy cuenta que estoy en blusa es mía, la reconozco, me congelo un momento porque estoy semi desnuda frente a un hombre desnudo así que regreso a la cama y me cubro con la cobija.
- ¿Cómo llegue aquí? - hablo entrecortado
-yo te traje – dice en lo que se acerca a su maleta y se pone la ropa que está dentro
- ¿Quién me quito la ropa? - lo veo, pero por un momento pierdo valor por lo que aparto la vista
-Astrid te cambio
- ¿Dónde dormiste? - pregunto y tengo miedo a su pregunta
-justo ahí a tu par -señala la cama y yo grito y el hombre frente a mí se sobresalta y me ve con preocupación – nunca antes he dormido con un hombre, me escondo tras mis manos y también me hago bolita en la cama, mi corazón se acelera, eso lo dije para mí para reaccionar a lo que sucedió, pero lo único que ocasiono es avergonzarme más
-Maddi estas exagerando – dice y siento que está sentado en la cama – no pasó nada entre nosotros no es para tanto – su comentario me enfada y me siento y lo veo a sus ojos directo
-no es para tanto? - farfullo – para mí lo es, nunca he dormido con un hombre de ninguna manera y la primera vez que lo hiciera me hubiera al menos haber estado consciente no me importa si fue solo dormir o con sexo simplemente me hubiera gustado decidir - su rostro cambia a uno de preocupación, niego con la cabeza – pásame mi maleta que me tengo que vestir – me ve con la ceja alzada preguntando “no te bañaras” lo empujo de la cama quito la manta y me enrollo en ella para no mostrarle mis piernas, tomo mi maleta y me dirijo al baño, supongo que es la otra puerta, la abro y bingo es el baño, bajo la ducha me lavo el cuerpo y me siento avergonzada por lo que me sucedió, estaba tan condenadamente cansada que no sentí en qué momento me llevo a la cama, me regaño cuando digo eso porque suena mal, muy mal, y sé que no pasó nada simplemente que me hubiera gustado yo estar de acuerdo con dormir con él.