Kiara Coleman POV.
Tomé el último mechón faltante de mi anaranjado cabello y pasé la plancha del cabello tratando de crear ondas perfectas, cuando terminé dejé la plancha a un lado y me apliqué un poco de corrector y base en mi rostro, no quería parecer fantasma para Dave, quería verme perfecta.
Tomo el enchinador atrapando mis pestañas en este para después pasar una capa de rímel, quería que mis grandes ojos azules resaltaran entre todo, quería resaltar entre todas.
Labial rojo a mis labios, un poco de perfume y estaba lista.
Bajé las escaleras con cuidado de no tropezar mientras arreglaba las pulseras de mi mano izquierda, me dirigí a la cocina y tomé una manzana, la partí en pequeños pedazos y la mezcle con un poco de yogurt y granola.
Cuando termine subí rápidamente a lavarme los dientes y me di una última mirada en el espejo comprobando que todo siguiera Perfecto.
— ¿Te espero afuera hermanita? — Escuché la voz de Ryan, mi hermano gemelo.
— ¡Ya voy! — Grité bajando nuevamente las escaleras — ¿Por qué tanta prisa? — Pregunté mirándolo mal una vez que llegué a su lado.
— ¡Segundo día de clases! — Dijo con tono de emoción en su voz — No puedes mentir con que no te emociona tu último año.
—Anda, sube o llegaremos tarde — Reí abriendo la puerta de la entrada principal.
Tomé las llaves de mi coche y manejé hasta el instituto escuchando las mejores canciones Coldplay y Billie Eilish.
— ¿Cómo vas con Dave? —Preguntó Ryan echándome un vistazo.
—Bien, creo no hemos hablado tanto últimamente — Hice una mueca estirando mi brazo para un poco el volumen — Sigue sin despegar su vista de Nicholas.
— ¿No está enamorado? — Ryan me dio una sonrisa burlona haciendo que rodara los ojos.
—Claro que no tonto, lo más seguro es que le tenga envidia por ganar el cuadro de honor — Respondí estacionando de reversa mi coche.
—Puede que tengas razón — Respondió mirando por el retrovisor atravesó de sus lentes de sol en caso de que chocara con el azulado coche de un lado — O puede que no — dijo antes de salir del coche y correr hasta sus amigos.
Suspiré y tomé mi bolso, me di un último vistazo en el espejo y salí del auto, presioné el botón de bloquear y caminé a mi casillero.
Recibir miradas en el pasillo era algo a lo que estaba acostumbrada, no era nada nuevo; Simplemente las ignoraba, solo me importaba una persona, y a esa persona no lo importaba yo.
Abrí mi casillero y guardé los libros que tenía en mi bolso sustituyéndolos por los libros que necesitaría en mi clase de inglés, tomé mi termo lleno de agua y le di un gran trago.
— ¡Kiara! — Escuché la voz de Hanna la cual venía corriendo con su cabello marrón sacudiéndose con cada paso que daba.
Hanna y yo habíamos sido mejores amigas desde hace dos años gracias a un proyecto de clase de educación física, teníamos tantas cosas en común y nos llevamos tan bien desde el primer día que decidimos juntarnos más aunque ya habíamos terminado el proyecto.
—Hola — Le sonreí — ¿Cómo estás?
—Agh, cansada y eso que solo es el segundo día — Gruñó recargando su espalda en los demás casilleros — Estoy pensando en darme de baja.
—No pierdas la esperanza, puede que conozcas a alguien este año — La animé sacudiéndola de los hombros.
— ¿Hola? tú también deberías de darte una oportunidad de conocer a alguien más — Elevó una ceja — Dave siempre tiene su maldita cabeza en la luna.
—Lo sé, solo que te olvidas de un pequeño detalle.
— ¿Cual? — Arrugó su nariz.
—Yo no controlo mis sentimientos — Respondí cerrando mi casillero y comenzando a caminar en dirección al aula de Ingles.
—Pero tienes a un montón de chicos detrás de ti — Hanna corrió hasta alcanzarme y caminar a mi lado — Además tienes a Nicholas.
—Hanna — Dije en tono amenazante para que parara.
— ¿Que? tienes que admitirlo ¡Está buenísimo! además es el capitán del equipo de americano, tiene una muy buena familia, está loquito por ti... y por último, ¡Está buenísimo!
—No se trata de eso, Hanna — Entré al aula y me fui a sentar hasta atrás, Hanna se acercó y recargo sus brazos en el escritorio quedando frente a mí.
—Yo solo te estoy diciendo tus opciones — Se defendió — Además ya tienes bastante años intentando con Dave y nada.
—No estoy intentando nada — Murmuré acomodando mis libros en el escritorio.
—Aja, claro — Rodó los ojos negando con la cabeza — Solo digo que te mereces lo mejor, no a alguien que ni siquiera se da cuenta que te tiene a un lado.
La campana sonó haciendo que el salón se fuera llenando de poco a poco con alumnos alborotados y medio dormidos.
— ¿Tienes inglés? — Pregunté cambiando de tema.
— ¿Ingles? — Abrió los ojos y se acomodó su mochila en su hombro — ¡Tengo matemáticas! ¡Abran paso! — Respondió con un grito antes de salir corriendo empujando a todos aquellos que se interpusieran en su camino.
Reí negando con la cabeza y me recargué en la pared cerrando un poco los ojos tratando de recuperar las cuatro horas de sueño que me habían hecho falta en cuatro segundos.
—Hola guapa — Escuché una voz y abrí los ojos de golpe.
—Hola Nicholas — Contesté amablemente mientras lo observaba sentarse a un lado de mí.
— ¿Cansada? — Preguntó sonriéndome.
—Un poco — Acepté — No pude dormir bien, mis vecinos decidieron hacer una fiesta.
— ¿En martes? — Preguntó confundido.
—Sí, no sé qué les pasa por la cabeza — Reí levemente.
Nicholas iba a contestar cuando una chica se acercó interrumpiéndolo antes de que pudiera hablar.
—Nicholas — Saludó coquetamente la rubia de ojos verdes — ¿Cómo estás?
—Un poco ocupado — Respondió él con indiferencia.
— ¿No tienes un momento para mí? — Se sentó en mi escritorio y la miré mal tratando de alejar mis cosas de su trasero.