Luego de volver a ver a Elián me sorprendí mucho, seguía siendo ese chico con aura melancólica, pero la pubertad le había pegado fuerte. Podría decir que su cara había sido tallada por los mismos dioses.
Mi curiosidad por él volvió a despertar, pero no era muy sano.
Al principio me conformaba observándolo así imaginaba lo que podría pasar por su mente, pero de un momento a otro eso ya no me satisfacía, necesitaba saber de él hasta el mínimo detalle.
Esa obsesión me estaba volviendo loca, hasta el punto que tenía una libreta con cada cosa que aprendía de él. Llámenme loca, pero eso me enorgullecía. Y bueno aquí estoy, viendo como acaba de entrar a su casa, anote rápido su dirección y me subí a mi bicicleta lo más rápido que pude. Al llegar a mi casa suspiré aliviada y colgué una de las tantas fotos que le tomaba, ese chico era perfecto. Estaba como una loca enamorada plasmando todos mis sentimientos en una carta de amor para Elián, esperaba con ansias que correspondiera mi amor.
Luego de terminar de escribir la carta me empecé a preparar para ir al instituto, me maquille un poco para resaltar las partes de mi cara que me favorecían, me sentía linda.
Tome mi mochila y me senté a esperar el transporte público, en el recorrido me puse a comparar las casas pensando cómo me gustaría que fuera la mía cuando me case con Elián.
Me bajé del transporte ansiosa por ver a Elián, quería confesarle todo lo que sentía lo más rápido posible, pero mi sonrisa se borró al no verlo en ningún lugar, ¡Estaba segura de que en este salón y horario tenía su clase de matemática!
– Tal vez está enfermo. – murmure para mí misma, luego me acerque a su profesor para preguntar por qué había faltado. – Profesor Darío, ¿Sabe por qué falto Elián Miller? – cuestione con una sonrisa.
– Ah falto porque está enfermo, Por favor mándele la tarea, ahora te daré su mail. – Explico.
– ¡Claro! Sera un placer. – Dije con una sonrisa.
Estaba algo decepcionada de que no haya venido, pero me animo tener que ir a su casa para pasarle la tarea, es decir, ¿Para qué mandar un mail si puedo ir a su casa? Ay ya me imagino su cara sonrojada por la fiebre. Ah ya sé, también le voy a llevar te caliente y galletas para que se sienta mejor, va a ser muy romántico y así se enamorara de mí. Estuve ansiosa todo el día, esperando que todas mis clases terminaran para ir a la casa de Elián.
– ¡Al fin! – Grite en mi mente, ya se habían terminado todas las clases y podría ir a la casa de Elián. – Chau a todos. – salude aunque me miraron raro porque nunca los saludaba, ¡Dios Elián que buen humor me das!
Estaba mirando el campo por el que había que pasar para ir a la casa de Elián, pedaleaba lo más rápido que podía para llegar temprano.
– No me canso de decirlo, su casa es muy linda. – musito. – Bien voy a tocar el timbre, me pregunto cómo será mi futura suegra. – Dije para acercarme a la puerta.
Editado: 10.01.2022